Situado aproximadamente a 20 kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba, el Parque Baconao abarca una amplia región, con una superficie total es de 84 600 hectáreas, declarado Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO.
Actualmente es uno de los destinos turísticos más visitado por excursionistas nacionales y extranjeros, con una diversidad de atracciones, que van desde el Prado de las Esculturas, el Valle de la Prehistoria y el Delfinario, hasta playas con aguas cálidas del Mar Caribe.
El nombre Baconao proviene de una leyenda local de un niño indígena que vivió en el sur de Cuba durante la etapa Precolombina. Cuentan que sobre un árbol mágico llamado Bacona, se le enseñó al indiecito a tocar música usando los caracoles de la laguna.
El pequeño niño era reconocido por su habilidades en la pesca y en la natación, además era un asiduo jugador de Batos un juego indígena similar al béisbol actual.
Todos en la villa estaban fascinados y pensaban que las habilidades para tocar música de un caracol fueron dadas por el árbol. Por eso, empezaron a llamar al niño Baconao. Un día salió a dar sus paseos habituales por los alrededores de la villa, y nunca se volvió a saber de él.
Con el tiempo la música que producía el niño con sus caracoles se escuchaba en la foresta y los pobladores pensaron que la magia del niño había quedado en los árboles, y con el paso del tiempo, empezaron a llamar a la zona Baconao.
Una de las atracciones es el Valle de la Prehistoria, compuesto por docenas de dinosaurios de piedra hechos a tamaño natural. Fue inaugurado en los años 1980 y cuenta con más de 200 grandes esculturas que representan dinosaurios, mamuts y otras especies que poblaron la tierra hace millones de años a tamaño natural.
Existe una escultura del hombre del Cromagnon, de 12 metros de altura siendo la más alta de todas las del valle. Todas las figuras fueron construidas siguiendo la técnica del ferrocemento.