Alexis Leyva Machado -Kcho- irrumpe en las artes plásticas de Cuba, el Caribe y el mundo, en la década de los noventa del pasado siglo, de una manera avasalladora y convincente. A partir de esos años, Kcho presenta una impresionante trayectoria, siempre ascendente, de exposiciones en los cuatro puntos cardinales, premios internacionales, adquisición de sus obras en importantes museos y colecciones públicas y privadas y sobre todo, el reconocimiento de la crítica más entendida que ha sabido aquilatar significados y valores en una obra que se renueva cada día. Excelencias ha querido acercar a sus lectores a la trayectoria y a la obra del joven artista.

Kcho nació hace 34 años, en la Isla de la Juventud -antigua Isla de Pinos- al sur de La Habana. En aquel lugar surjen su inquietud por el dibujo y la escultura, y a los trece años inicia sus primeros estudios de pintura en la Escuela Elemental de Arte de Nueva Gerona, que culmina en 1986. En esa fecha también presenta su primera exposición personal Kcho expone Favelas y se traslada hacia la capital cubana -donde vive y trabaja desde entonces- a fin de continuar estudios en la Escuela Nacional de Arte, que concluye en 1990. Ese año expone Paisaje Popular Cubano, en la Galería de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, lo que constituye su primera muestra personal en la capital cubana. En 1992 expone por primera vez en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, y un año antes, en 1991, había presentado Los hijos de Guillermo Tell, en el Museo Alejandro Otero de Caracas, que sería la primera exhibición internacional de sus obras. El creador, aún en plena juventud, acumula un extenso inventario de obras, que han dejado su impronta -madura y sólida- en el panorama del arte de nuestros días. El mar y los elementos afines resultan tema recurrente en su producción artística. Así vemos botes, embarcaderos, propelas, remos, cámaras... presentes en sus esculturas, instalaciones, grabados y dibujos. El eje vertebrador de esta vertiente descansa en las tensiones entre el viaje y la insularidad. Históricamente, el Caribe ha sido "paradigma" del flujo intercontinental. Por eso se dice que la región estructura su fisonomía a merced de un legado histórico de desplazamientos ansiados o forzados, beneficiada por una configuración geográfica privilegiada que la convierte en el Mar del viaje, de la travesía perpetua... Kcho ha definido esa reiterada presencia, expresando lo siguiente: "...el mar es la frontera invisible. Y lo único permanente en Cuba es que siempre será una isla. Para mí el mar es algo muy importante. también sé cúanto significa para todos los cubanos, las historias que hay en él. Intento en mi trabajo ayudar a pensar, a reflexionar sobre estos temas." En 1999, Kcho realiza una residencia en el Atelier Alexander Calder, en Saché, Francia. Esta oportunidad de trabajar con las herramientas y en el propio espacio del Maestro, estimulan al artista y dan lugar a una importante serie de móviles con remos, propelas y otros elementos, que expone posteriormente en Tours. A propósito, Kcho ha señalado: "Me gusta trabajar con materiales usados, por la energía concentrada que emana de ellos, tienen mucha luz. Yo no trabajo con desechos, sino con vida pasada. Ha sido fundamental en mi obra. Esos materiales tienen una historia anterior. Mis piezas se concentran en esa energía, que además le da participación al otro." Sería imposible reseñar en este espacio las más de 40 exposiciones personales realizadas por Kcho en diferentes partes del mundo y las más de 130 exposiciones colectivas en todos los continentes. El artista ha expuesto en Cuba, España, Estados Unidos, Italia, Canadá, Israel, Japón, Francia, Portugal, Brasil... Las más importantes bienales han acogido su obra: La Habana, Venecia, Johannesburgo, Sydney, Sao Paulo, Dakar, Valencia, Estambul... Obras suyas se encuentran en importantes colecciones públicas como: Museo Nacional de Bellas Artes (La Habana); Museo de Arte Moderno (MOMA) (Nueva York); MOCA (Los Ángeles); Reina Sofía (Madrid); Galería Nacional Jeu de Paume (París); Fundación Ludwig (Colonia y Aachen); Museo de Israel (Jerusalén); Museo Van Reekum (Aperdoorn); Fundación Miró (Palma de Mallorca); Centro Internacional de Arte Contemporáneo (Montreal); Estudio Calder (Tours); Museo de Arte Sofía Imber (Caracas) y Museo Kwang-Ju (Corea del Sur). Además de los premios recibidos en su país natal, el artista fue Gran Premio de la Bienal de Kwang-Ju, Corea del Sur; Premio UNESCO para la Promoción de las Artes, Francia; Residencia Atelier Calder, Saché, Francia y IV Bienal del Caribe, República Dominicana.

Sin lugar a dudas, Kcho, inquieto, alegre, señor de sí -aunque más parece un torbellino que lo mueve todo por donde pasa- ha logrado una obra de impresionante madurez, paradigmática en Cuba y el Caribe, y que lo afinca para siempre en el arte contemporáneo mundial.