Hotel Nacional de Cuba Monumento del buen arte
APENAS UNO ATRAVIESA LA LARGA ENTRADA DEL HOTEL NACIONAL DE CUBA, SIEMPRE FLANQUEADA DE PALMAS REALES Y AUTOS ANTIGUOS, LA ATMÓSFERA ELEGANTE, CLÁSICA Y DISTINGUIDA DE ESTE EDIFICIO DOMINA NUESTRO ESPÍRITU.
No podría ser de otro modo. Es mucha la historia, la cubanía y las tradiciones que atesora desde su inauguración en 1930, este lujoso inmueble. Su arquitectura majestuosa donde confluyen estilos tan diversos como art decó, el neo clásico y el morisco, resulta imponente incluso en una ciudad como La Habana, pródiga en edificaciones de alto valor patrimonial. El detalle exclusivo de su cúpula rematada con grandes piezas de ajedrez en honor al Maestro José Raúl Capablanca - quien para la época en que se construyó el hotel alcanzaba la fama como Campeón Mundial-, su fachada de piedra Jaimanita salpicada de fósiles marinos, los antiquísimos relojes que atesora el lobby, sus pisos originales fabricados expresamente para este inmueble en Sevilla, las vistosas lámparas y jardineras, las esculturas de mármolde Carrara al estilo de La Venus de la Piedad ubicada en la Pérgola del edificio, y muchas, muchas otras reliquias, conforman un valioso inventario de más de 300 piezas patrimoniales que convierten al Hotel Nacional en una sui generis galería de arte. En cualquier dirección donde se mire, la cultura tiene aquí protagonismo absoluto. Sus jardines sobre la loma de Taganana, otrora sitio habitual de desembarcos piratas, exhiben piezas únicas de artillería como el Ordóñez, uno de los cañones de la legendaria Batería de Santa Clara, cuya construcción fue decidida por las autoridades españolas a partir del cese de la dominación inglesa en 1763.
Cada lugar del hotel tiene sus propios motivos de los que mostrarse orgulloso. El elegante Apartamento de la República con entrada directa y toda la privacidad necesaria para un Jefe de Estado -del que hicieron uso personalidades como el exministro británico Sir Wiston Churchill; la acogedora Suite Presidencial; la Sala 1930 Compay Segundo, escenario habitual de afamados artistas cubanos como el propio Compay y las presentaciones exclusivas de las estrellas del Buena Vista Social Club; o la invaluable colección de pintura cubana e internacional que exhiben sus pasillos y salones, le dan al Hotel Nacional de Cuba méritos suficientes para clasificarlo como uno de los de mayor relevancia en la vida cultural del país. Pero como todo Hotel que se respete, la mayor fama se la han dado sus ilustres huéspedes: una pléyade de personalidades de la política, las artes, la ciencia, el deporte y la vida social de todo el mundo que han hecho del Nacional su sitio preferido para su estancia en Cuba. Figuras emblemáticas del cine y del mundo del espectáculo como Johnny Weismuller (Tarzán), Buster Keaton, Ava Gadner, Jorge Negrete, María Félix, Libertad Lamarque, Rita Hayworth, Errol Flyn, Josephine Baker; Walt Disney y Marlon Brando; escritores de prestigio y premios Nobel como Gabriel Garcia Márquez, figuras de la realeza europea como los duquesde Windsor, celebridades de hoy entre las que se destacan Kevin Costner, Steven Spielberg, Naomi Campbell y Robert de Niro, además de una larga lista de Jefes de Estado y monarcas de todo el orbe han distinguido con su presencia a esta casi octogenaria instalación. Declarado Patrimonio de la Humanidad en 1982 por la UNESCO y Monumento Nacional de Cuba, el encanto, la cubanía y el carisma del Hotel Nacional de Cuba está para siempre ligado al nombre de una mítica ciudad como La Habana, de donde ningún viajero se marcha sin dejar de admirar la recia personalidad de este sitio que ha tejido con los años su propia y auténtica leyenda.
Declarado Patrimonio de la Humanidad en 1982 por la UNESCO y Monumento Nacional de Cuba