Turismo LGTB. Viajeros del Arcoiris
El 15 % del turismo mundial corresponde hoy al segmento LGTB (Lésbico, Gay, Transgénero y Bisexual): 150 millones de personas con base en un estimado de 1 000 millones de viajeros anuales, lo que constituye un mercado de enorme potencial, con el añadido de que el consumidor homosexual gasta 47 % más que el heterosexual, según la International Gay and Lesbian Travel Association (IGLTA).
Cuando Argentina se convirtió en julio en el primer país de Latinoamérica y noveno del mundo en aprobar el matrimonio homosexual, la Secretaría de Turismo de Ciudad de México se apresuró a ofrecer una luna de miel gratis a la primera pareja de este tipo que sellara legalmente su unión, en un gesto que consideró como «reconocimiento a la tolerancia, pero sobre todo para incentivar el turismo gay-friendly», un concepto de servicio que se ha abierto espacios en muchas ciudades y negocios de todo el mundo. Más que una moda es una tendencia que no se limita al terreno de la lucha por los derechos civiles –aunque la promueve– y revela la importancia que en estos tiempos de crisis le ha asignado la industria turística al viajero LGTB (Lésbico, Gay, Transgénero y Bisexual), considerado de gran interés por ser, en elevado por ciento, de alto nivel profesional y adquisitivo, capaz de destinar parte importante de su sueldo a ocio, turismo y cuidado personal; no estar ceñido a la estacionalidad, su fidelidad a marcas y destinos turísticos y el tiempo que dedica a viajes de vacaciones y placer (29 días al año).
Destinos gay-friendly Holanda fue el primer país en legalizar el matrimonio homosexual (2001), antes que Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Islandia y Argentina. Su capital, Ámsterdam, es considerada la capital gay de Europa, con variedad de servicios para este segmento, entre bares, cafés, hoteles y otros negocios gay-friendly desde la década de los 50. Es una de las mecas mundiales del turismo LGTB y, sobre todo, el mejor ejemplo de que en esta apuesta por el mercado homosexual, más allá de los decretos oficiales y la iniciativa empresarial, resulta determinante hasta la historia, en este caso respaldada por una mayor tradición de tolerancia e inclusión. Además de Ámsterdam, hace muchos años están establecidos en el mapa mundial de destinos gay-friendly sitios como Nueva York, San Francisco, Las Vegas, Chicago, Londres, Brighton, Viena, Berlín, Toronto, Montreal, Sidney, París, Mykonos, Ciudad del Cabo, Barcelona, Sitges… Y de Latinoamérica aparecen en lugares destacados Buenos Aires, Río de Janeiro y Sao Paulo, mientras que comienzan a ganar fuerza Puerto Vallarta y Ciudad de México, e islas del Caribe como Curazao, elegida en 2009 «Mejor destino emergente» por el sitio Trip Out Gay Travel. Webs como miargentinagay.com, thegayguide.com.ar, guiagayargentina.com, buegay.com.ar, mundogay.com y el portal de la Federación Argentina LGTB, muestran el empuje de esa comunidad en el país austral, la que –algo significativo– junto a la de Brasil y la de México, es líder en Latinoamérica en términos de aporte al PIB desde la cultura. Y cultura es una de las ofertas de Buenos Aires para el turismo y en particular para el segmento LGTB. Desde opciones generales como una impresionante cartelera de espectáculos, vida nocturna, museos y paseos al aire libre, estas van hasta una más específica de bares gay, discos gay, pubs gay e incluso festivales de tango gay. Según cifras del sector, el segmento LGTB representa el 20 % del turismo total en el país y dentro de él un 50 % de los turistas provienen de Estados Unidos, 35 % de Europa y 15 % de países latinoamericanos. La edad media es de 35 a 55 años y el gasto promedio diario llega a 250 dólares. La guía gay de Buenos Aires (GayBA) recoge 168 lugares gay-friendly, entre ellos 38 restaurantes (de las más diversas cocinas), 32 lugares para alojamiento, 30 boliches para bailables, 9 milongas, un par de spas y hasta una radio online. Entre las zonas de más ambiente están Palermo y Puerto Madero; y goza de mucho reconocimiento la playa gay Calú Beach, en Mar del Plata; y otra sobre el Río Paraná, en Rosario, una ciudad que también tiene su ambiente y su guía gay, con gran apoyo oficial en los últimos años. Otros destinos con opciones son Córdoba y Mendoza; Bariloche (donde se celebró en septiembre la primera edición de la Semana de Esquí Gay) y la Patagonia. Todos esperan beneficiarse con el crecimiento del turismo gay y el impacto de la nueva Ley del Matrimonio Igualitario, que estratégicamente permite también el matrimonio de extranjeros (aunque luego no sea válido en sus países). Aún cuando Argentina y Buenos Aires tienen hoy mayor repercusión en el mercado turístico homosexual, no quedan atrás las ciudades brasileñas de Río de Janeiro, Florianópolis, Salvador y Sao Paulo, la cual mantiene el récord de celebrar el mayor Desfile del Orgullo Gay en el mundo. Brasil dispone de alto número de sitios y portales web dedicados a este segmento y un tejido institucional diverso, con entidades como la Coordinación de Asuntos de Diversidad Sexual y la Asociación Brasileña de Turismo para Gays, Lésbicas y Simpatizantes (ABRAT-GLS), según la cual se trata de un mercado formado, solamente en el ámbito doméstico, por 18 millones de personas. Datos del sector turístico de este país dan cuenta de que este viajero gasta aproximadamente 200 dólares por día, dejando bien atrás los 74 dólares que como promedio gastan los turistas heterosexuales; y que entre los países de mayor emisión figuran Estados Unidos, Argentina, Francia, Italia, España y Alemania. En México, el DF lleva la delantera. Ya ha celebrado matrimonios homosexuales y abrió una oficina para el viajero lésbico-gay. El gobierno local, que en mayo pasado se afilió a la IGLTA, calcula que de los 5 000 millones de dólares que genera el turismo en la ciudad, el 8 % corresponde al segmento gay. En su mira está el mercado norteamericano, cuya comunidad gay representa 6 500 millones de dólares anuales para el sector turístico mundial. La capital mexicana ofrece arte, cultura, gastronomía y servicios de alta calidad. «Hay más de 120 museos, está la infraestructura restaurantera y hotelera más grande del país y nuestros recursos humanos son los mejor capacitados», ha dicho su secretario de Turismo, Alejandro Rojas. Además de circuitos y establecimientos gay-friendly en la urbe de 20 millones de habitantes, la Secretaría de Turismo del DF promueve dos rutas turísticas para la comunidad lésbico-gay: la Azteca-Maya, para visitar Cancún, y la Azteca-Cabos, dirigida a Los Cabos. Iguales, pero diferentes.
Expertos y directivos de la IGLTA apuntan que en cuanto a gustos de entretenimiento no hay grandes diferencias entre el turismo GLTB y el heterosexual: ambos buscan disfrutar las opciones de ocio en cada destino, la playa o la naturaleza, la cultura, el alojamiento, la gastronomía y otras atracciones. Sin embargo, aunque consume productos «no gay», el turista homosexual quiere conocer qué se ofrece específicamente para su segmento y es muy fiel a empresas que apoyan su causa y le proveen con espacios inclusivos y tolerantes. Tiene rasgos que lo diferencian como consumidor: según la IGLTA, gasta un promedio de 1 166 dólares por persona y estancia en un destino (frente a 627 dólares del heterosexual); en casi el 50 % de los casos es profesional o empresario; gasta más en turismo y artículos de lujo, y a la vez es más atento al producto y muy leal a las marcas que utiliza. Como pareja está en el estrato poblacional de «doble ingreso sin hijos», y acostumbra a realizar varios viajes al año. Un directivo de la IGLTA comentaba que «es una industria multimillonaria. Apelar al mercado LGTB es una de las mejores formas de hacer crecer a tu empresa». Pero no es un turismo que pueda crecer en «islotes», por lo que serán vitales la tradición de tolerancia y la aceptación popular de los cambios que implica captar a este segmento. Tal vez, a la larga, el turismo LGTB, además de ingresos, aporte a las ciudades-destino un «plus» en términos de mayor aceptación de la diversidad y más inclusión social.
La International Gay and Lesbian Travel Association (IGLTA) fue creada hace 20 años en Estados Unidos y llega hoy a más de 30 países, con unos 17 000 asociados. En su página web el usuario halla información especializada sobre el país al cual quiere viajar y todos los asociados allí, ya sean gay-friendly o gay-exclusive (hoteles, apart-hoteles, zonas de ocio e inclusive cruceros dirigidos únicamente al mercado LGTB).
Hechos y eventos • En julio de 2010 se abrió en Argentina el Pink Point Buenos Aires, un centro de información turística para gays y lesbianas. Además de informes, ofrece folletería y ventas de excursiones y tours. • En mayo de 2010 se abrió en Sao Paulo un centro de información turística para el segmento GLS. Cuenta con sugerencias especializadas sobre establecimientos y servicios, y ofrece una guía con datos útiles y sitios de interés general en la ciudad. • En julio entró en funciones en México DF una Oficina de Turismo Lésbico Gay, en la sede de la Secretaría de Turismo y afiliada a la International Gay and Lesbian Travel Association (IGLTA). • En 2012, Florianópolis será la sede de la convención anual de la International Gay and Lesbian Travel Association (IGLTA), el congreso más importante del sector. • Según The Gay, Lesbian and Straight Education Network, en Estados Unidos, la derrama económica mundial de este grupo de consumidores podría alcanzar los 700 000 millones de dólares anuales. • Del 15 al 17 de octubre se celebrará en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Torremolinos la Feria Internacional de los Negocios y el Turismo Gay, Expo Gay, que incluye el festival Gayvisión. Asistirán más de 200 empresas y 10 000 visitantes. Según sus organizadores, en el mundo hay 980 millones de gays: «si se unieran se convertirían en la quinta potencia económica mundial».
El turismo LGTB viaja una media de 29 días al año y mueve unos 87 000 millones de dólares en el mundo cada año (IGLTA). Se expande también en países como Uruguay, Chile y Perú, donde ya existen agencias de viajes y paquetes exclusivos para gays.