En San Alejandro se experimenta.
Entre las acciones más nuevas y polémicas en materia de pintura en Cuba, se encuentra la que se lleva a cabo en la Academia Nacional de Artes Plásticas «San Alejandro» en La Hababa, el centro de estudios más antiguo de su tipo en Hispanoamérica. Desde septiembre de 2007, se gesta allí una de las experiencias más renovadoras del actual panorama plástico cubano: «Los nuevos fieras». Por supuesto, la apelación cubanizada al movimiento fauvista* no es casual.
Aquel movimiento pictórico basado en la exaltación del color puro, que se originara en torno a Henri Matisse en el París de entre 1904 y 1907, constituyó la primera revolución artística del siglo XX. Y un grupo de alrededor de 20 alumnos, tanto del curso diurno como del nocturno, mayormente del tercer año, participa de un Taller —orientado y dirigido por la prestigiosa pintora y profesora Rocío García, graduada en Máster en Arte en San Petersburgo— en el que «la exaltación del color puro», resulta el objetivo y punto de partida. No es el único. Como parte del proceso docente —explica el subdirector de la Academia, profesor Ángel Víctor Madruga—, se unen al programa sistemático diversas opciones en cada curso (papel manufacturado, escultura, cerámica). También piensan dedicar espacio al uso de modelos vivos y a la práctica de la pintura «académica». Estos talleres complementan y enriquecen los conocimientos del alumnado y propician mayor libertad de creación para los futuros profesionales, sin exámenes ni notas, sólo por los deseos de crear.
Pero estos nuevos «fauvistas», se proponen una experimentación mucho más amplia, que involucra todo un siglo de desarrollo mundial de la pintura: desde el impresionismo al cubismo, desde el figurativismo al abstraccionismo, como líneas de creación diferentes en cada uno de ellos. La exposición —donde muestran sus resultados durante el primer ejercicio—, se encuentra en la Galería José A. Díaz Peláez, de la propia Academia, y acoge dieciséis piezas todas en óleo sobre lienzo y sin títulos, de trece alumnos: Enrico Álvarez, Yoguleidi Calvo, Eydel Beltrán, Yulaine Rodríguez, Janier Mora, Camila García, Josmany García, Noydel Herrera, Yagmani Medina, Eddy Mikel Sotomayor, Yunes Cura, Malcolm A. Baró y Alejandro Collantes. Yoguleidi, por ejemplo, en este ejercicio utiliza la figuración a la manera cubista, no sólo para fragmentar las cosas sino también los colores. A ella le gusta el uso de las manchas, la variedad de pinceladas, y la obra de Picasso, Guayasamín y Monet. De los cubanos, Carlos Enríquez y Kcho con sus instalaciones y dibujos en carboncillo.
Otro es el caso de Malcolm. De él se expone un impresionante paisaje urbano, entonado en una amplia gama de rojos, donde experimenta la representación de las sombras con el mismo color. Es que le gusta trabajar la armonía. Pero además de la pintura, le gusta el grabado. Especialmente la calcografía. Janier cuenta que es la primera vez que pinta con óleo y a la manera fauvista: una marina en verdes y azules. Le gusta el paisaje, «pero no realista —dice—, sino mi interpretación».
A Enrico le satisface la figuración. Lo que presenta en esta muestra es —en cierta medida— un autorretrato, en tanto Naidel ha pintado un interesante San Lázaro. Él prefiere —como se observa en su cuadro— los amarillos, azules y naranjas. Pero a Yunes le fascina la escultura la cual ejerce influencia en su pintura. Le interesa expresar los conflictos internos de sus personajes. Así son en conjunto estos «fieras » de San Alejandro, que quizás mañana sean una revelación.