La Cocina Afrodisíaca Caribeña
La cocina erótica no es un acontecimiento de tiempos recientes. El hecho de vincular la comida con el erotismo puede considerarse hasta un impulso natural de auto conservación de la especie. ¿Cómo sería posible la preservación humana sin la participación conjunta o separada, de estos dos placeres? En el empeño de unir este binomio, han surgido infinidad de alternativas y curiosidades que han ido acercando al hombre con la superstición, la magia, el oscurantismo, la cábala, las creencias populares y, más cercanamente, con la ciencia. Por lo general, la cocina erótica se asocia más con latitudes tropicales que con las de climas templados y fríos. El hecho de que la privilegiada zona caribeña se encuentre ubicada precisamente en esa franja geográfica, matiza la opinión con respecto a su cocina sensual. Las influencias étnicas de la región han sido tan diversas, que la cocina muestra en una amplia gama todas las posibilidades, donde ninguna cultura externa escapa. Las inquietudes gastronómicas afrodisíacas criollas han abonado un terreno donde se insertan muchas conjeturas popularmente aceptadas. No faltan por tanto, platos variados con productos procedentes del reino animal o del reino vegetal, o ambos en conjunto. Y como es un tema que denota de manera excepcional la propia idiosincrasia regional, se mezclan parejamente aspectos de otras manifestaciones como la música y la danza; sin dejar de estar presente siempre la insinuación. También bailar está cerca de ser una misteriosa conspiración amorosa; el contoneo erótico de los ritmos caribeños, son un espectáculo que despierta una euforia de mucha fuerza y hace que la sangre corra rápidamente, antesala o preludio de una manifestación sensual en toda su amplitud. Entre los productos del reino animal habituales en la leyenda culinaria antillana, no faltan los quelonios, el tiburón y sus preciadas aletas, los crustáceos refinados, los testículos y la cola del toro, los huevos de pato o codorniz, el cobo, las ostras en general, el erizo, el cocodrilo, la jalea real y peces de carne suculenta. Todos preparados con especias y sabores excitantes. Se incluyen asimismo productos vegetales como jengibre, mangle prieto, marañón, pimienta, raíz de indio, canela, cebolla, ajo, quimbombó, maní, ajonjolí, menta, pétalos de rosa, cebolla, leche de coco, cacao, papaya y otras frutas anonáceas de sugerente textura. Y si de pociones de amor se trata, el jugo de la caña de azúcar y el ron en solitario o en afamados cócteles, no faltan en esta lista. Mención aparte merece la aromática y popular albahaca. Sus hojas secas trituradas fueron el elemento fundamental de un poderoso elixir seductor con el cual la diosa haitiana Erzulie –representación emblemática tropical de Afrodita–, fue capaz de enamorar a más de mil hombres a partir de tan valioso auxiliar. Muy sencillamente dicho, también por su cocina, el Caribe es sensual.
Receta afrodisíaca de larga tradición Lave 100 gramos de huevas de carey hembra y escúrralas, aplástelas hasta obtener una pasta; mézclelas con pimienta y comino, ligeramente aceite y caldo de mariscos. Cocine a fuego medio 2 cucharadas de aceite, 1 cucharada de vino blanco y 2 vasos de caldo. Cuando rompa el hervor, vierta 2 cucharadas de fécula remojada y espéselo. Separe la cacerola del fuego. Revuelva el caldo mientras se van echando las huevas. Ponga de nuevo el recipiente al fuego, pruebe de sal y redúzcalo. Distribuya sobre el caldo jamón ahumado y masas frescas de cangrejo