En el mes de febrero la ciudad de Las Tablas, capital de la provincia de Los Santos, se transforma mágicamente. Alegría, música y color se adueñan de las calles cuando se celebra el carnaval más vistoso y concurrido del país.

Las Tablas es la ciudad más poblada entre todas las que se encuentran al sur del istmo panameño. Se localiza del costado del Pacífico y aunque no se sabe con exactitud el momento de su fundación, la tradición indica que fue establecida por el marinero español Don Gil Jacinto de Barahona, a finales del siglo XVII. La particular modalidad de celebrar el carnaval con dos tunas o bandos es lo más singular de estos festejos y su especial fuente de animación. Tuvo como origen el contrapunteo entre los devotos de la Santa Cruz y los de Santa Librada, grupos contendientes que en tan pequeño poblado pugnaban por imponerse y que en sus respectivas procesiones de culto salían a las calles de la villa a «echarse puyas». Fieles a la tradición hispánica, los feligreses de la Iglesia de Santa Librada se organizaban en «tunas» o «estudiantinas» y cantaban picantes coplas a sus contrarios, lo que no pocas veces concluyó en reyerta. Al fin y al cabo, la Santa Librada terminó siendo elegida patrona del pueblo, pero la tradición de echarse puyas permaneció año tras año, en Semana Santa. Fue, se dice, cuando llegó por allí un Obispo de severa línea y prohibió estas prácticas en tan sublime momento, pero que conciente del arraigo de la tradición, ordenó que se trasladasen las tunas para unas fiestas cardenalicias del mes de febrero, hasta entonces bastante poco lucidas. Estas con el tiempo se convirtieron en el Carnaval de Las Tablas, el más importante de Panamá y considerado por muchos entre los más vistosos y alegres de América Latina y el Caribe. La rivalidad entre las tunas de Calle Abajo y Calle Arriba, los culecos o mojaderas y el toque de murgas y tamboritos son algunos de los elementos a los que debe su éxito el Carnaval de Las Tablas; junto a la hospitalidad de sus pobladores, su alegría, la belleza de sus mujeres, la seguridad y el esplendor propios de lugares donde vivir es una verdadera fiesta.

Los Santos Los Santos es una sureña provincia del istmo panameño localizada en la Península de Azuero, a cuatro horas de la Ciudad de Panamá, con una economía primordialmente basada en la agricultura y la ganadería. Sus habitantes, los santeños, son trabajadores y hospitalarios y donde quiera que estén llevan consigo su gran amor por la patria chica, sus tradiciones y folklore. Posee riquezas naturales entre las que se encuentran el parque forestal Cerro Hoya y el Refugio de Vida Silvestre de Pablo Barrios; extensas playas como El Rompío, Los Guayaberos, La Honda, Monagre, Las Coloradas, Las Comadres, El Jobo, La Laja, El Uverito; y las cotizadas playas de Pedasí y Tonosí, con excelentes instalaciones e ideales para la práctica de deportes náuticos como el surf, el buceo y la pesca deportiva. Bajo su jurisdicción territorial está también Isla Iguana, sitio muy apreciado por sus valores ecoturísticos.

* Se atribuye al gallego Don Gil Jacinto, la aparición por estas tierras de la imagen de Santa Librada, para la que fue erigida una iglesia hacia 1721 –hoy Monumento Nacional–, cerca de otra donde se veneraba a la Santa Cruz. El navegante encalló en la zona y logró sobrevivir con su tripulación, llevando al incipiente asentamiento parte de la carga que transportaba en el galeón averiado y, además, sus maderas y elementos reutilizables, por lo que los antiguos pobladores llamaron a los recién llegados «las gentes de las tablas», lo que se convirtió en el nombre de esta ciudad.