Crucerismo: actualidad y tendencias
EL TURISMO DE CRUCEROS REPRESENTA UNO DE LOS SEGMENTOS DEL MERCADO TURÍSTICO QUE MAYOR CRECIMIENTO HA EXPERIMENTADO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS. LAS DIFERENTES COMPAÑÍAS SE HAN PROPUESTO SEGUIR SUMANDO UN MAYOR NÚMERO DE PRESTACIONES PARA QUE LAS TEMPORADAS VENIDERAS SEAN AÚN MÁS EXITOSAS
El turismo de cruceros representa uno de los segmentos del mercado turístico que mayor crecimiento ha experimentado en los últimos años, especialmente en la región del Caribe. El privilegiado patrimonio histórico, natural y cultural que distingue esta singular parte del mundo constituye su principal atractivo y motivo de inversión de las empresas internacionales. Sin duda alguna, esta actividad se ha transformado en un fenómeno global.
En los últimos años, los expertos de la industria de cruceros ratifican que el Gran Caribe es el primer mercado mundial, con una oferta de unos 7 000 itinerarios y más de 245 buques que lo navegan recorriendo un espacio marítimo de alrededor de 4,2 millones de km2. De ese modo comparten más de 35 destinos turísticos en torno al Golfo de México, el Caribe centroamericano y el Mar de las Antillas.
Sacando provecho de que se trata de un destino seguro y exento de terrorismo, las líneas de cruceros han ofrecido descuentos, variedad de atracciones y programas para llamar a una clientela más amplia, con segmentos de vacacionistas de todas las edades, al tiempo que han abierto nuevos puertos de embarque en Estados Unidos, incorporado otros de arribo en el Caribe insular y, en estos últimos dos años, varios puntos de atraque en Cuba, especialmente en La Habana.
La irrupción de Cuba en el turismo caribeño es la demostración y la declaración de que una industria vibrante y creciente puede generar la más amplia gama de nuevos puestos de trabajo, aumentar las horas laborales y los ingresos de los empleados de forma más clara, y resulta la mejor opción para producir actividad empresarial y desarrollo de pequeñas y medianas empresas locales relacionadas con el servicio y el turismo en toda la región.
Para los vacacionistas, la estancia en un barco de crucero suele ser considerada como una experiencia realmente inolvidable y única, difícilmente comparable a unas vacaciones en tierra. Para los tripulantes, pocos trabajos permiten viajar y conocer amplias zonas del planeta, contemplar paisajes exóticos y conocer a tantas personas y de tan dispar procedencia. Todo ello puede convertir al protagonista de tal experiencia en una persona de conocimiento y conciencia mundial, y con una amplitud de miras hacia los problemas y realidades del orbe.
El ser tripulante de un buque de crucero exige, no obstante, vocación de servicio y resulta duro por el entorno sociológico que significa convivir largos períodos de tiempo a bordo de un barco. La contraprestación es la adquisición de la experiencia profesional en un sector específico de gran crecimiento y con amplias posibilidades de proyección profesional.
CON VISTAS AL FUTURO
De que se trata de un jugoso negocio no lo pone en duda nadie. Por tal razón las compañías de cruceros, representadas por la Cruise Line International Association (CLIA), se han propuesto seguir sumando un mayor número de prestaciones para que las temporadas venideras sean aún más exitosas. Por ello han pensado no solo en explotar embarcaciones dotadas de las más recientes innovaciones en términos de tecnología y comodidad, sino también en idear itinerarios que llevan a los viajeros a los sitios que ni siquiera estos se atreven a imaginar, mientras viajan a bordo de una embarcación que cuenta con los mejores camarotes, los espacios lúdicos más novedosos y los espectáculos más impresionantes.
Así, con el inicio de 2019, las ofertas no se han hecho esperar. Líneas como Costa Cruceros, Costa Venezia, Pullmantur Cruceros, Norwegian Cruise Line, Oceania Cruises, CroisiEurope… están haciendo hasta lo imposible por atrapar a un número cada vez mayor de clientes. La primera de ellas, que por lo general opera en países hispanoparlantes, no únicamente ha creado opciones centradas en el Caribe, sino que su travesía podría llegar a Japón o a las Maldivas, la principal joya del Océano Índico. También Costa Venezia ha puesto su mirada en tierra nipona (Tokio), pero su propuesta permitirá al entrar en contacto con lugares singulares como Creta, Dubái, Cochín, Colombo, Kuala Lumpur, Singapur, Chân Mây o Hong Kong.
En este año que recién comienza, Norwegian Cruise Line desplegará seis barcos en el continente europeo con la llegada del Norwegian Pearl, que ofrecerá llamativos itinerarios desde Ámsterdam, un puerto estratégico que permitirá a los pasajeros acceder de forma fácil al centro de la ciudad y al tercer aeropuerto más grande y de mayor crecimiento de Europa. Asimismo, en abril venidero, el Norwegian Joy partirá desde Seattle con el fin de atracar en Alaska después de siete días de navegación, junto al Norwegian Bliss y al Norwegian Jewel.
Oceania Cruises, por su parte, ha elegido puertos de Asia, África, el Caribe, el Pacífico Sur y Australia, para concebir rutas asociadas a actividades como la práctica de yoga o taichí en los lugares más exóticos, mientras que durante el verano, Nieuw Statendam de Holland America Line pretende moverse por el norte de Europa de manera que los cruceristas puedan admirar la belleza de los fiordos noruegos, el Báltico, Islandia y el Cabo Norte.
EL GRAN CARIBE EN 2018
Para esta modalidad turística, el Caribe y el Mar de las Antillas representan una principal zona de cruceros. Su estructura geográfica facilita la navegación en corta distancia y la visita a poco más de dos decenas de pequeños estados insulares y puertos en su cuenca, para enfrentarse a diversidad de culturas y costumbres, idiomas y raíces coloniales, un verdadero mosaico de nacionalidades.
La temporada 2018, que acaba de finalizar, reportó más de 25 millones de cruceristas que visitaron los más de 30 destinos caribeños incluidos en los itinerarios, generando 3 400 millones de dólares en ingresos para la región, según el reporte de la Asociación de Cruceros Florida-Caribe (FCCA, 2018).
Entre los principales destinos de cruceros, Cozumel en el Caribe Mexicano, se consolida como líder con ingresos de 478 millones de dólares; seguido por Bahamas (U$ 406 millones), Jamaica (U$245 millones) e Islas Caimán (U$ 225 millones). Estos destinos acaparan el 40% de los ingresos reportados por los cruceristas que desembarcaron en estos puertos.
Los datos presentados en los informes sirven de punto de partida a los formuladores de políticas para ampliar y apoyar dicha industria mediante la descripción de sus impactos económicos directos, indirectos e inducidos. Se señala que sus beneficios económicos se derivan de cinco áreas básicas: gastos de los pasajeros y de la tripulación; de sus operaciones, el marketing y turismo; de las líneas de cruceros en bienes y servicios para las operaciones y la logística; de la línea de cruceros por los servicios marítimo-portuarios; y de la línea de cruceros para el mantenimiento y reparación de los buques.
Con la incorporación de nuevos itinerarios por parte de las compañías de cruceros se refuerza la expectativa de un mayor crecimiento de turismo de cruceros para la región en su conjunto, lo que debe conducir a un compromiso por parte de los gobiernos para que los destinos refuercen sus buenas prácticas en el logro de la obligada sostenibilidad turística.
EL CASO CUBA
Ante la nueva incorporación de Cuba, los estados caribeños están en la posibilidad de comenzar a diseñar ofertas de multidestino y buscar oportunidades para mejorar, de manera colectiva, la cooperación e integración regional. De ese modo podrán negociar «en bloque» como destino multioferta, poseedor de novedosos programas que incluyan cultura, naturaleza, lo histórico-patrimonial, sol y playa.
La temporada de cruceros 2018 marcó cifras récords tanto en buques como en número de escalas y visitantes desembarcados en la Isla. Es sabido que los ingresos económicos son mucho menores que los que aporta el turismo de estancia, pero los costos también lo son. A lo largo de 365 días, 29 buques cruceros realizaron más de 320 escalas (195 procedentes de EE.UU. con unos 340 000 pasajeros) en los puertos de La Habana, Santiago y Cienfuegos, dejando en tierra a 595 000 pasajeros y más de 210 000 tripulantes y personal de servicio.
El sector turístico cubano está apostando al crucerismo como componente importante de su estrategia de desarrollo turístico a medio plazo. Lo toma como un complemento importante del turismo de estancia, que continuará siendo el principal objetivo y origen de la mayor parte de los ingresos. Sin embargo, el primero tiene un potencial de crecimiento mayor a corto y mediano plazo que el segundo. Es evidente que Cuba, al ser un destino más nuevo y atractivo, tiene posibilidades de obtener una parte muy importante del negocio.
En este aspecto hay que tener en cuenta el elevado interés de los turistas de Estados Unidos por visitar la Isla. Hacerlo desde un crucero, además de la variedad de puertos de escala que les ofrece el archipiélago, superior a cualquier otro destino en la región, resulta una alternativa para no violar las restricciones impuestas por su Gobierno.
La participación ascendente de Cuba en el mercado de cruceros del Caribe puede cambiar las relaciones de poder de los destinos turísticos de los pequeños Estados caribeños frente a las poderosas compañías de cruceros, otorgando a Cuba un rol especial a la hora de representar, negociar y propiciar los intereses de todos en el área; y de ese modo ayudar a aumentar los beneficios para las economías caribeñas y sus sociedades locales.