El emblemático Hotel Nacional de Cuba ganó en 2017 otro Premio World Travel Awards (WTA), por lo que suman ya trece galardones otorgados por el principal programa de premios de la industria de viajes a nivel mundial

Enclavado en el corazón del Vedado, arteria principal de la bohemia Habana, el Hotel Nacional de Cuba es de esos lugares que son mucho más. Traspasar sus puertas es hacer un viaje en el tiempo, experimentar de manera total la historia y la elegancia de la legendaria e icónica capital de los cubanos. Esta locación mágica atrae al huésped transeúnte incitándolo al retorno, pues es uno de esos sitios donde la complacencia y el buen gusto se unen para atrapar.
Su añeja magnificencia, con su indiscutible glamour y defendido orgullo ególatra, vuelve a ganar otro Premio World Travel Awards (WTA), por lo que suman ya trece galardones otorgados por el principal programa de premios de la industria de viajes a nivel mundial. Esta distinción, conocida internacionalmente como «el Oscar de la Hotelería», constituye el sello final de calidad el cual reconoce, premia y celebra la excelencia en todos los sectores del turismo cosmopolita.
Los World Travel Awards arribaron en 2017 a su edición vigésimo cuarta desde su creación en 1993, estructurándose por categorías de índole gerencial y gastronómica, y la segmentación geográfica correspondiente a cada institución turística. Incluido el Hotel Nacional en la Zona Caribeña, que volvió a ostentar otro título, precisamente por su mezcla de experiencias e innovación, un servicio cordial e íntimo que hace sentir al cliente como en casa.
Las votaciones para aspirar a los WTA comenzaron el pasado abril y concluyeron en julio de 2017, concediéndole nuevamente la victoria anual a este hotel cubano.
Por sus valores arquitectónicos, históricos y patrimoniales este hotel fue declarado Monumento Nacional en 1998, y en el 2010 fue inscrito en el Registro Memoria del Mundo por la Comisión Nacional Cubana de la Unesco. Además, resguarda en sus jardines dos de los cañones de la antigua batería española, emplazada a finales del siglo XVIII en el mismo sitio que hoy ocupa el hotel, considerados Patrimonio de la Humanidad.
La belleza natural y las exquisitas vistas son el sello de garantía de la otrora construcción, regalando al huésped una sinfonía única entre las olas asomadas del malecón habanero y el ruido de los autos antiguos (popularmente conocidos como “almendrones”), retrato de la cubanidad y el reticente intento de la citadina capital por no envejecer.
Ciertamente, no son pocos los lustros que dibujan el paisaje de la bohemia cubana. En estos instantes pictóricos no puede dejar de mencionarse el monumental edificio con su elegancia del pasado, su esencia republicana de los años 30, la decoración exacta y bien aderezada de sus salones, los recuerdos retratados en sus paredes y la buena música cubana. Es de destacar su arquitectura ecléctica, al mezclarse los estilos art decó, el neocolonial, el clásico romano y el morisco español; así como el uso de materiales nacionales como mármoles, maderas duras y preciosas, piedras de jaimanita, entre otros.
Y cómo olvidar su Cabaret Parisién, dueño de una historia impresionante que mantiene vivo el mundo del espectáculo, donde se combinan música, baile, vestuario, luces y colores para animar la noche.
La magnificencia de este hotel ha atrapado a cientos de celebridades de las artes, las ciencias, el deporte y la política como Winston Churchill, Frank Sinatra, Ava Gardner, Sarita Montiel, Johnny Weismuller (Tarzán), Nat King Cole, María Felix, Jorge Negrete, Alexander Flemming, entre muchos otros.

 

» Dos décadas de trabajo sostenido en el rescate de la memoria histórica.
» Considerado Monumento Nacional en el año 1998 e inscrito en el Registro Memoria del Mundo en el 2010.
» Resguarda dos de los cañones de la antigua batería española de finales del siglo XVIII,
considerados Patrimonio de la Humanidad.
» Hotel Museo, que dispone de una exposición sobre la crisis de los misiles en sus jardines.
» Orden de la Cultura Nacional.