Ernesto Aguilera y su proyecto Humidores Habanos junto al mueble para Montecristo (Subasta Habanos 2017).
José Ernesto Aguilera y maestros artesanos de Humidores Habana en la producción del mueble que irá a la subasta de este año.
José Ernesto Aguilera junto al colectivo del proyecto Humidores Habana del FCBC.
Jorge Luis Gil Rodriguez, artista del proyecto Unión Humidores.
Marlene Silvera Segura y José Antonio González Rodríguez (Tony) creativos del FCBC junto al colectivo del proyecto Caoma.

LA FANTASÍA DEL MUEBLE COMO OBRA DE ARTE

Expectativa, Glamour y Exclusividad son atributos que acompañan a la subasta de  humidores que realiza Habanos, S.A. en cada edición del Festival Internacional del Habano, al punto de convertirse en uno de los momentos más atractivos no solo del evento, sino del año, pues en ella se revela la expresión más genuina de arte de los creativos del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC), quienes llevan a la realidad, con empeño y sabiduría, su pasión por el Habano.
José Ernesto Aguilera Reina, creativo del FCBC y su proyecto comunitario Humidores Habana, integrado por 40 artistas, entre ellos, artesanos, carpinteros, ingenieros, ebanistas, diseñadores…, reconocido como uno de los mayores exportadores de esa institución, tiene el propósito de fabricar en Cuba los mejores muebles para el mejor tabaco del mundo: “Desde 2005 hemos producido humidores que han recaudado en las subastas de Habanos, S.A. 4.7 millones de dólares destinados a la salud pública cubana, de lo que estamos muy orgullosos, pues han sido considerados obras de arte, creadas para relevantes personalidades y famosos coleccionistas, expuestas y distribuidas en las principales capitales de Europa y Estados Unidos.
Actualmente contamos con varios contratos internacionales, exportamos a Suiza, Francia, Irlanda, Holanda, Bélgica… y estamos produciendo tres de los seis humidores que van a subasta en el XXI Festival Internacional del Habano, dedicados a las marcas Cohíba, H. Upmann y Romeo y Julieta, cuya marquetería producida con diferentes tipos de maderas recicladas de muebles antiguos, nos garantizan calidad y una gama de colores naturales increíblemente bella que adornada con motivos metálicos y perfeccionada por un montaje exacto y fino acabado, le dan un toque especial.”- afirma José Ernesto.
Y es que el secreto del éxito está en el mundo de fantasía y de historias que teje este artista alrededor del mueble; así fueron surgiendo personajes como Punch, el duende que roba tabacos, los gallos que simbolizan el duelo eterno entre Capuletos y Montescos, el secreter y el librero de la sabiduría de Edmundo Dantes para Montecristo…piezas únicas hechas totalmente a mano, personalizadas para cada cliente que traducen lo irrepetible y exclusivo que exige el status social del fumador de Habanos. “La esencia del diseño nace en el sótano junto a mi equipo creativo, luego se lleva a la realidad en una tormenta de ideas, donde participan técnicos y especialistas del proyecto. Este año, el humidor de H. Upmann estará decorado con una pieza plateada que alude a la unión entre banqueros; el de Cohíba llevará el símbolo del ídolo del tabaco; y el de Romeo y Julieta se vestirá de pasión y joya calada, como su amor” – agrega José Ernesto, quien oficializado como artesano de la orfebrería del metal desde los años 90, descubre esta afición por los humidores al ponerse en contacto con la cultura de los torcedores de tabacos, defensores de la tradición de este oficio que valoriza la denominación de origen del Habano.
“Nuestro trabajo artesanal, certificado y comercializado por el FCBC, lo hemos conseguido internacionalizar, a través de Habanos, S.A., quien nos ha proporcionado la principal plataforma para dar a conocer nuestras obras que serán expuestas próximamente en una galería de arte que inauguraremos muy cerca del casco histórico para celebrar el 500 Aniversario de la ciudad.”- concluye Pablo Plasencia Risoto, jefe de producción de Humidores Habana.
Y en la Calle Cuba, corazón de La Habana Vieja, cuna de la producción del Habano que se consume en Europa desde el siglo XVIII, encontramos el estudio-galería de Jorge Luis Gil Rodriguez, uno de los artistas del proyecto Unión Humidores, quien junto a Yoryana Pérez Morffi, Alejandro García Llapir, Jackmel Yera Cotarelo y tres maestros artesanos, participa en la producción de dos humidores que van a la Subasta de Habanos, S.A. de este año.
“A esta subasta, igual que en la edición anterior del Festival, llevamos propuestas para las marcas Montecristo y San Cristóbal de La Habana, de ahí que sus diseños estén inspirados en la novela de Alexandre Dumas y en nuestra Villa que está cumpliendo 500 años. La primera es un navío de 1.20 m de altura por 80 cm de envergadura con la arboladura de una vela hecha en acero y titanio que va ha ser todo un acontecimiento y la otra es un mueble de mesa que reproduce un fragmento de la Muralla de La Habana con todas las de la ley: portón y depósitos para tabacos, donde no faltan figuras emblemáticas como La Giraldilla, los cañones, el farolito, las puertas de clavo…, de ahí su encanto.
Jackmel es el motivador de este proyecto que tiene mucho que ver con mi espíritu de orfebre y se complementa con la labor de Alejandro, maestro artesano quien trabaja y selecciona las maderas antiguas para la confección de los humidores que decoramos con piezas metálicas fundidas y maquinadas hasta convertirlos en joyas que van a subasta, después de cuatro o cinco meses de producción. En este taller esculpo piezas que me enamoran porque habitan en la anatomía humana y me llevan a otros derroteros como este, relacionados con esta ciudad, donde produzco elementos de su historia en pequeñas escalas para estos muebles que son verdaderas obras de arte.” –confiesa Jorge Luis Gil, quien colabora actualmente con la Oficina del Historiador en la reproducción de la Santísima Trinidad, buque insignia de la Armada Española que se fabricó en Cuba.
Y como obras de arte son concebidas también las creaciones para Habanos, S.A. del proyecto CAOMA del FCBC que desde el 2015 está integrado por Marlene Silvera Segura, artista graduada de la Academia de San Alejandro, José Antonio González Rodríguez (Tony) y un equipo de artesanos, quienes intentan llevar la escultura al mueble como objeto utilitario sin perder su línea artística, además de realizar exportaciones para las casas del Habano del mundo. “Este año proponemos el humidor de Hoyo de Monterrey, una marca antigua que nos inspiró trabajar maderas como el cedro criollo viejo, la caoba y el ocume, con sus vetas y tonalidades, respetando toda su riqueza en un diseño de Jackmel Yera Cotarelo, donde se fusiona lo antiguo con lo moderno, revelado en una forma cilíndrica que estará dentro de una cáscara de madera para resguardar el preciado Habano.  A su vez, tendrá en la parte superior un espacio multifuncional para guardar otros objetos y estará rodeado por un entreramado en bronce en forma de nervios de hojas de tabaco, cuyo motivo recuerda la verja de la finca Hoyo de Monterrey, situada en la región pinareña de San Juan y Martínez, donde se da el mejor tabaco del mundo.”-  aseguran Marlene y Tony.  
Cada año es un reto superior en cuanto al grado de dificultad del diseño y calidad de estas producciones totalmente artesanales, esperadas con ansiedad por los participantes de la subasta del XXI Festival Internacional del Habano y por el público, dado el destino humanitario de sus recaudaciones, de ahí que sea un privilegio para los artistas del FCBC realizarlas. 

 

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