Un espacio típico para degustar los mejores platillos del mar, a la vez que un importante punto de venta es El Mercado del Marisco de ciudad panamá

Todo aquel que recorra el camino adoquinado entre el Mercado del Marisco y el muelle de la Autoridad Marítima de Panamá, se detendrá, sin mayor excusa, ante un tropel de restaurantes y cebicherías que revolucionan el ambiente de este puerto que no duerme.
Es un lugar bullicioso y turístico, pintoresco y muy concurrido. Pescadores que van y vienen desde las cuatro de la madrugada y hasta las seis de la tarde con sus canastas repletas de producto fresco, dejando a su paso una esencia difícil de ignorar. Atraídos por el sabor de la gastronomía marina, unos 20 000 o 25 000 visitantes llegan cada mes hasta este mercado, para disfrutar de un buen desayuno o llevar a casa y los negocios, ingredientes limpios y en buen estado.
Extranjeros y nacionales —no importa su procedencia— vegetarianos, chinos o congoleses vienen en busca del salpicón de mariscos, el sancocho y los diferentes tipos de ceviche que se preparan a los pies del mar en estas fondas.

Una mesa bien servida
Cada establecimiento presume de servir los más deliciosos sazones y provocar la mayor afluencia de público. Con sus creativos nombres: Econo-Fish, No se fía, El Rompeolas o El Arrecife, estas pescaderías logran que sus clientes tengan cebiches y decenas de cervezas sobre su mesa, tan solo a las 10 de la mañana.
Pero el grueso de la clientela llega al mediodía, sobre todo los fines de semana. Se debe estar preparado los viernes, sábados y domingos para satisfacer el apetito del doble de comensales.
Aunque se trata de puestos ambulantes en su mayoría, muchos aseguran que aquí se comen los más deliciosos cangrejos en salsas y la famosa sopa de almejas. No es el pescado ni los langostinos, tampoco el pulpo, el calamar o los camarones. Es más bien la mezcla de todos estos productos lo que da ese particular aroma al Mercado del Marisco.
En los finales de la Cuaresma y próximo a la Semana Santa, los mariscos ganan mayor protagonismo en la mesa de las familias panameñas. Los dueños y administradores de restaurantes del sitio esperan un mayor movimiento de público por el colorido y oloroso punto del marisco en la ciudad. Los camareros ofrecen con afán las delicias del menú e invitan a pasar a los curiosos. Algunos, se dejan convencer con poco y se animan a probar algún plato. Otros, llegan decididos y hambrientos con una corvina frita en mente.
¿El plato más solicitado? Pues la disputa se divide, precisamente, entre la corvina frita entera con patacones y los cebiches, sobre todo aquellos que combinan pulpo, calamar y camarones. Sin embargo, el filete a lo macho, los patacones rellenos de camarón o el guacho, no dejan de ser primeros platillos en las más disímiles mariscadas panameñas.