Faro del Morro: Primera señal de entrada a La Habana
El trasiego de oro y plata que se generó entre el proclamado virreinato de Nueva España en los territorios de México conquistados por Hernán Cortés y la Península, a partir de la década de 1520, convirtieron al puerto habanero en punto de concentración de la flota, antes de emprender la ruta abierta por el norte de Cuba, sobre la Corriente del Golfo hasta Europa.
Desde 1543, según revelan documentos históricos, las naves que efectuaban el recorrido entre América y España lo hacían en grupos de no menos de diez embarcaciones, que obligatoriamente debían recalar en el puerto de La Habana. A partir de entonces comenzó a ser llamada Llave del Nuevo Mundo y Antemural de las Indias Occidentales.
El sistema de flotas tuvo su complemento en el de las fortificaciones para proteger el puerto de La Habana. Además del Castillo de la Real Fuerza (1558-1577) en 1589 se edificó el de San Salvador de la Punta y se inició la construcción del Castillo de los Tres Reyes del Morro.
Sin embargo, no fue hasta casi dos siglos más tarde, cuando quedó expuesta su verdadera importancia estratégica, durante el ataque a La Habana por los ingleses en junio de 1762 y su ocupación durante un año, a partir de agosto. Ya en ese momento, La Habana era la tercera urbe más poblada y primer puerto del Nuevo Mundo, en el que sobresalía el real Astillero, el mayor de América, en el que se fabricaron naves de hasta 120 cañones y donde trabajaban unos 3 000 hombres.
El fin de la ocupación inglesa ocurrió el 6 de julio de 1763. Una de las primeras decisiones del nuevo gobernador español de la Isla, el Conde de Ricla, fue la reconstrucción del Castillo del Morro, seriamente dañado. Es en ese período, que se le asigna también la función de Faro del Puerto de La Habana.
En 1818 con una fuente de luz a base de gas y más tarde de aceite, estableciéndose un faro giratorio con tres luces y cinco reflectores que en el intervalo de dos minutos daban dos destellos y dos eclipses. La inauguración oficial del Faro del Morro debió aguardar hasta 1845, cuando dispuso de todos los recursos e instrumentos para orientar la navegación internacional.
Con el paso del tiempo se transformó en signo de identidad por excelencia de la ciudad de La Habana, uno de los sitios más fotografiados de la ciudad, sitio simbólico, reflejado en postales, pinturas, artesanías, camisetas y objetos de todo tipo.
En la actualidad el Faro del Morro tiene una altura de 25 m, una distancia focal de 44 m mostrando dos destellos de luz blanca cada 15 s. Su función es servir de guía a las embarcaciones hasta puerto seguro.
El faro del Morro prosigue su incansable labor de primera señal de tráfico de entrada al puerto de La Habana, y durante los casi cinco siglos de existencia de la ciudad su más fiel vigilante.
Morro’s Lighthouse: The First Sign When Sailing into Havana
The traffic of gold and silver between the viceroyalty of New Spain in the Mexican territories conquered by Hernan Cortes and the Peninsula, starting in the 1520s, turned Havana into a fleet gathering spot, before setting sail for the route north of Cuba, on the Gulf Stream to Europe.
The fleet system was complemented by the fortresses to protect Havana’s harbor. The Real Fuerza Castle (1558-1577) was joined by San Salvador de la Punta Castle in 1589 and the Tres Reyes del Morro Castle. They later became an identity sign for Havana City. Morro’s Lighthouse still stands out as the first traffic signal when sailing into the port of Havana. For almost five centuries, it has been the city’s most loyal vigilante.