Desde tiempos remotos la curiosidad y su inagotable sed de conocimientos impulsaron al hombre a viajar para saber lo que hay “más allá” de sus fronteras, atravesando tierras y mares, y estableciendo contacto con otros seres humanos y otras culturas.

Recordemos a Heródoto, a Tácito, Marco Polo, a Alejandro de Humboldt, David Livingstone. Colón, Vasco de Gama, para solo nombrar a algunos. Podemos afirmar que el turismo nació desde que el hombre empezó a viajar, utilizando los medios de transporte a su alcance, según la época: caballos, trineos, camellos, elefantes, canoas, carabelas, trenes, automóviles, buques de vapor, aeroplanos, dirigibles… hasta llegar a los aviones en todas sus variantes y a los modernos cruceros, verdaderos palacios flotantes que hoy surcan los océanos. No olvidar que a Thomas Cook se le considera el fundador de los viajes organizados en la medida en que utilizó, en 1841, un tren rentado para transportar turistas de Loughborough a Leicester, y que la literatura y el cine nos llevan de la mano en el género policíaco y el suspense a bordo del Expreso de Oriente o el Transiberiano.

Fue a partir de la terminación de la II Guerra Mundial, y sobre todo de la década del 50 del pasado siglo, que el turismo hermanado con el transporte –en especial por el desarrollo tecnológico alcanzado por la aviación- se lanzan en vertiginosa carrera en un boom que llega hasta nuestros días, revolucionando el concepto de viajar y el uso del tiempo libre, con gran variedad de destinos y de modalidades de turismo que hoy conocemos.

Cuando esta entrega de EXCELENCIAS DEL MOTOR esté circulando, habrá abierto sus puertas la XXVI edición de la Feria Internacional de Turismo de La Habana, donde el tema del transporte estará ocupando un significativo espacio, al presentar una amplia gama de los adelantos con que cuenta el turismo cubano en este terreno. Esto pone de manifiesto, una vez más, que sin transporte no hay turismo, y que ambos rubros van de la mano, en la obtención de más y mejores opciones y oportunidades, para lograr un mayor desarrollo.

José Carlos de Santiago