ROLANDO CAÑEDO
Las carreras de automóviles en Cuba se terminaron a inicios de los años 60. De esa época todavía quedan corredores que jamás abandonaron el automovilismo y siguieron en el deporte a motor sobre cuatro ruedas, en diferentes modalidades. Hoy traemos a uno de los ganadores de aquellos tiempos, de los que muchos no olvidan y otros quieren saber.
Cañedo nos habla del automovilismo en Cuba como protagonista, colaborador y activista durante más de medio siglo. Estos son los recuerdos de un corredor cubano.
A los 12 años Rolando tomó en sus manos un timón de automóvil por primera vez, aún no había visto una carrera y ya “tiraba duro” en las curvas.
RC: Las primeras carreras que vi fueron las de Pinar del Río-La Habana, allá por el año 1955, entonces yo tenía 16 años.
ExM: ¿Cuál fue tu primera carrera y cómo continuó tu pasión por el automovilismo?
RC: Al triunfo de la Revolución, el Gran Premio Libertad en La Habana, la pista era la del aeropuerto de una instalación militar, luego convertido en escuela. Fue una carrera internacional, vinieron los mejores corredores del momento, como el inglés Stirling Moss, subcampeón del mundo. Luego vinieron otras: Gran Premio de Alamar donde corrí y gané. En el GP ICP (Instituto Cubano del Petróleo), en la avenida 26, iba delante, pero en la última vuelta se rompió mi carro. No gané el premio, pero me gané al público. Sin embargo, mi circuito talismán fue el de la Avenida del Puerto, allí logré ganarle a los mejores corredores de aquella época, como el Gallego (Rafael Cabrera) y Abelardo Carreras. Desde que comencé a correr hasta que se acabaron las carreras de autos, obtuve dos terceros lugares, un segundo y tres primeros.
ExM: ¿Qué pasó cuando se acabaron las carreras de autos?
RC: Vinieron los karts. Mi amigo Pancho (Francisco) Abascal tenía uno, todavía no había carreras. La SEPMI (Sociedad de Educación Patriótico Militar) apoyó el karting y comenzaron las carreras. Dos categorías: Juvenil y Máster. Gané cinco años la Máster. Eran karts fabricados por nosotros, con motor de motocicleta y chasis manufacturado. Pero en los años 90, con la ELF (petrolera francesa) se hizo un Gran Premio en el Malecón y donaron los karts para desarrollar el deporte en Cuba y el nuevo milenio fue la época de oro del karting. Se hizo un circuito en la playa El Salado y nacieron muchas escuderías con la colaboración de firmas extranjeras.
ExM: ¿Qué hace hoy por el karting?
RC: Las carreras han mermado, pero sigo de alguna manera apoyando este deporte. Además, hay una escuela con karts infantiles donados por la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) que visito y doy mis modestos consejos. Allí han formado buenos pilotos que ya han ido a competir al extranjero.
ExM: ¿Qué haces actualmente?
RC: Soy especialista principal en SASA (Servicios Automotores S.A.). He pasado 60 de mis 76 años de vida en talleres. Y sigo ahí.
ExM: Gracias campeón.