Audi A1 quattro 2013
Entre sus peculiares características destacan: la defensa delantera con grandes entradas de aire, ópticas con una pestaña de color rojo, techo negro brillante, cristales traseros sobretintados, alerón al final del techo, doble salida de escape y unas nada discretas llantas blancas con una monotuerca falsa de color rojo sobre un aro negro. El blanco es el único color de carrocería.
Por dentro los cambios son menores: hay unos asientos deportivos que recogen bien el cuerpo e impiden que haya que hacer fuerza para no deslizarse por ellos en las curvas (tapizados de cuero, con el apoyacabezas integrado y la parte posterior del respaldo de plástico negro brillante), un pomo del cambio de marchas metálico y el cuentarrevoluciones tiene el fondo de color rojo.
El motor es de cuatro cilindros, dos litros de cilindrada, inyección directa y turbocompresor. Deriva del que el Grupo Volkswagen usa en muchos modelos con las denominaciones TSI o TFSI. En este caso la potencia máxima es 256 CV y el par 350,Nm, que mantiene constante entre 2,500 y 4 500,rpm. La respuesta del motor es vigorosa a más de 3 000 rpm y hasta que llega el corte de inyección, esto último no siempre frecuente en motores sobrealimentados. Por debajo de 3 000 rpm la respuesta del motor es suficiente para circular con agilidad en ciudad sin recurrir al cambio de marchas. Se trata, por tanto, de un motor muy agradable, tanto en un uso normal como en una conducción deportiva.
El A1 quattro se vende exclusivamente con cambio manual, de seis relaciones. La palanca es pequeña, los recorridos son tirando a cortos y se maneja haciendo el esfuerzo justo para que ni canse ni parezca demasiado blanda.
S.E.