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1 - ESTABLECE EL PRECIO MÁS COHERENTE

Haz un pequeño estudio de mercado de alojamientos de tu zona. Compara capacidad, confort, calidad. Posiciona tu alojamiento según la calidad. Establece precios según temporadas y cantidad de tiempo reservado. Compensa al viajero y asegurarás mayor tiempo de ocupación con un mismo inquilino.

2 - SÉ CUIDADOSO CON LA LOGÍSTICA

Intenta que el cliente se sienta como en casa, escoger con detalle tu decoración y mobiliario, distinguirá tu casa de las decoraciones comunes e impersonales de los hoteles. Recuerda que los colchones deben llevar fundas y las toallas deben ser suficientes para los inquilinos. Sorprende a tu cliente con artículos “extras”: barbacoas, cajas fuertes, lavavajillas, flores...

3 - VELA POR TUS INQUILINOS ANTES, DURANTE Y DESPUÉS DE SU ESTANCIA

Mantén una comunicación fluida y respetuosa en el proceso de reserva, durante la estancia y en la devolución. Un inquilino satisfecho no dudará en recomendar tu alojamiento a su círculo de amigos o en publicar un comentario satisfactorio en la web.

4 - ESTABLECE LAS REGLAS DEL BUEN ARRENDATARIO

Ten por escrito y en un lugar visible las normas básicas de comportamiento en su casa: si es posible recibir amigos, fumar, si existen horarios de entrada y salida, soluciones en caso de pérdida de las llaves, etcétera.