Plaza de la Catedral de Vilnius. En primer plano estatua del Duque Gediminas, considerado fundador de Vilnius.
Calle Vilnius en Kaunas.
Castillo de Trakai en el lago Galve
El “Cisne Blanco” en Kaunas
Plaza del Ayuntamiento de Vilnius
Laura Vaiciukevičiūtė, especialista principal de la división de proyectos del Departamento de Turismo de Lituania
Iglesia de Santa Ana

INVADIDA POR LOS MONGOLES, MÁS TARDE ANEXADA A POLONIA, LUEGO AL IMPERIO RUSO Y DESPUÉS A LA ANTIGUA UNIÓN SOVIÉTICA, HASTA QUE RECUPERÓ LA INDEPENDENCIA EN 1991, LITUANIA HA SIDO DESDE TIEMPOS REMOTOS UN CRUCE DE CAMINOS Y CIVILIZACIONES. SU TRAYECTORIA EN EL TIEMPO LE HA LEGADO UN RICO PATRIMONIO HISTÓRICO Y CULTURAL, LOS CUALES CONSTITUYEN UN RECURSO TURÍSTICO EN SU DESPEGUE HACIA LA MODERNIDAD

 

Lituania, miembro de la UE desde 2004 y del Espacio Shengen desde 2008, marcha  hacia la modernidad. Uno de sus primeros intereses es el turismo, siendo la mejora de la conectividad aérea su principal prioridad en el sector, según expreso a Viajes Excelencias nuestra anfitriona Laura Vaiciukevičiūtė, especialista principal de la división de proyectos del Departamento de Turismo de Lituania. En lo relativo a España, actualmente desde Madrid hay que tomar un vuelo con escala en Frankfurt o Bruselas, aunque en el 2015 se espera obtener vuelos directos desde Madrid. Sin embargo, aun con este largo viaje con escalas, el tiempo invertido se recompensa desde la llegada a la capital lituana. Desde Barcelona si existen enlaces directos hacia Vilnius con aerolíneas de bajo coste.

 

VILNIUS: VIAJE AL PASADO BARROCO

Los lituanos dicen que su capital es una de las ciudades más bellas del Báltico y tienen razón. Cuando se recorren a pie las callejuelas del centro histórico, se comprende porque es el mayor casco antiguo de estilo barroco en Europa del Este, con la categoría de Patrimonio de la Unesco desde 1994. Pero errara quien piense que solo se puede hallar monumentos e historia, aunque hay mucho de ambos. Vilnius tiene gran actividad cultural y una mentalidad abierta, rasgo que le dio no pocos disgustos durante la ocupación soviética. Hoy los tiempos han cambiado, la ciudad exhibe su modernidad con un singular espíritu de tolerancia. Música, teatro y ballet son platos cotidianos en una urbe que no en balde fue Capital Europea de la Cultura en el 2009.

Vilnius combina su tradición cultural de las artes, la música, la ópera y el ballet con los movimientos emergentes del diseño y el vanguardismo, que pueden disfrutarse en el Teatro Nacional, la Opera y diversos museos, así como en numerosos festivales durante el año. Nuestro guía Miguel, un pozo de conocimientos turísticos e históricos, explica que la mejor fiesta de Vilnius desde hace 400 años es la de primavera Kaziuko Muge, durante la cual se comercia con trabajos caseros de madera, metal, cerámica y otros materiales. La noche más romántica es la más corta del ano: la fiesta de Rasa o Kupolines (fiesta de San Juan), cuando se concede atención especial al agua, a las hierbas –que dan belleza y salud– y al fuego –que purifica el alma–. Se dice que esa noche florece un milagroso anillo de helechos y quien lo encuentre será eternamente feliz.

El casco antiguo sorprende por su diversidad arquitectónica, pues aunque predomina el barroco, también abundan el gótico y el renacentista. Los estrechos callejones medievales, el Castillo Superior, las fortificaciones y la gran cantidad de iglesias, reflejan la rica historia de esta ciudad multicultural, con uno de los cascos antiguos más bellos de la Europa central y oriental.

Miguel recomienda como buen lugar para comenzar el recorrido la Plaza de la Catedral, punto neurálgico donde está la Catedral de San Estanislao y San Vladislav custodiada por la Torre de la Campana, los monumentos más fotografiados. Tras la catedral está el Palacio de los Grandes Duques de Lituania y la estatua del Gran Duque Gediminas, considerado el fundador de Vilnius. Atravesamos la plaza para subir por el funicular al Castillo y la Torre de Gediminas que permite unas vistas estupendas de la ciudad. Desde lo alto se ve, por un lado, gran parte del casco antiguo y desde la parte opuesta el denominado Nuevo Vilnius; un barrio moderno donde no faltan rascacielos, por lo cual algunos de sus habitantes lo llaman “el micro Manhattan”. Cerca de la Catedral requieren visita obligada la Universidad y el Palacio Presidencial. La primera, creada por los jesuitas en 1579, además de ser la más antigua de Europa del Este, es un espléndido conjunto arquitectónico donde predomina el barroco, y la Iglesia de San Juan Bautista. El Palacio Presidencial es un edificio de corte clásico, primero residencia oficial de los obispos de la ciudad y en la era soviética, la del gobernador general de Lituania. Se cuenta que fue visitado por diversos personajes históricos, como el zar Alejandro I, el rey Luis XVIII de Francia y hasta por Napoleón.

 

EL CENTRO HISTÓRICO

El centro histórico de Vilnius gira alrededor de dos calles: Pilies, que recorre de norte a sur el casco antiguo desde la Plaza de la Catedral hasta la del Ayuntamiento. Es quizá la más turística, con numerosos comercios, restaurantes y tiendas, sobre todo las que exhiben el ámbar lituano, que merece capítulo aparte. La segunda calle importante es Gedimino Prospektas, también desde la Plaza de la Catedral hasta el rio Neris. En ella se encuentran las tiendas de grandes marcas internacionales, un indicio de la globalización que ya ha llegado a Lituania. También hay edificios destacados como el Parlamento, y por una calle lateral se llega al Museo de la KGB, donde tenía su sede la antigua organización soviética. No pueden olvidarse en este apresurado recorrido las iglesias de Vilnius. Las más espectaculares son la gótica de Santa Ana, edificada en ladrillo rojo y la de San Pedro y Pablo, la gran eclosión del barroco del siglo XVII.

 

UNA REPUBLICA DENTRO DE OTRA

Uzupis es un barrio de Vilnius, residencia de artistas y bohemios que lo han ido adaptando a sus gustos y en el que se pueden encontrar edificios decorados de forma peculiar, especie de mezcla entre el Montmartre parisino y el Christiania de Copenhage. Pero lo más curioso es que Uzupis es una república dentro de otra, pues sus habitantes tienen su propia Constitución y su presidente, lo cual en un tiempo fue algo real pero hoy es una curiosidad del pasado. Aunque aún se conserva a modo de broma la moneda propia de Uzupis con la cual se puede comprar en alguna de sus tiendas.

 

KAUNAS, LA CAPITAL PROVISIONAL

Capital de la República entre 1920 y 1940, es la ciudad lituana que más ha preservado su personalidad y carácter nacional, donde mejor se ve la mezcla ecléctica de tradiciones y modernidad. Es la segunda ciudad del país y aunque no es monumental, algunos de sus edificios son parte del patrimonio nacional. Pero al igual que Vilnius, posee gran actividad cultural, sobre todo con los eventos musicales del verano. El centro de la ciudad se divide en la Nueva (Naujamiestis) y la Vieja (Senamiestis), ambas valen la pena de ser visitadas aunque requerirían dos días para verlas a satisfacción, y nosotros tuvimos apenas dos horas.

Las dos arterias más importantes son la calle Vilnius, que termina en el centro de la ciudad en la Plaza Rotušes, y la Avenida de la Libertad (Laives Aleja), alrededor de la cual se articula la Ciudad Nueva. Construida a finales del siglo XIX, la Avenida es ancha y peatonal con la mayoría de las tiendas, cafés y restaurantes. Otro signo de la modernidad: hay wi-fi gratis. La calle Vilnius es una vía adoquinada con bellos edificios del siglo XVI. Justo antes de entrar en la Ciudad Vieja, dejamos a la derecha el antiguo Palacio Presidencial y la calle muere en la animada Plaza Rotušes con el edificio más emblemático de la ciudad, el antiguo Ayuntamiento, construcción del siglo XVI llamada popularmente el Cisne Blanco. En la plaza hay gran cantidad de bares y restaurantes y el Museo de Medicina y Farmacia, donde sirven un preciado elixir que dicen combate la inapetencia sexual.

El museo más curioso de Lituania y tal vez único en el mundo es el Museo del Demonio, donde se encuentran más de tres mil obras plásticas dedicadas al diablo. No son de gran belleza, pero sobrecogen por el realismo que invocan. No debe olvidarse el museo al aire libre de Rumsiskes, el único de su tipo en Europa. Ocupa 340 ha. en un parque nacional y contiene réplicas de las cinco regiones etnográficas de Lituania, cuyos habitantes se diferencian no solo por el dialecto, sino por las particularidades de sus caracteres y hábitats. El museo incluye las viviendas, útiles y muebles que utilizaban las diversas clases sociales en distintas épocas.

 

ORGULLO DORADO EN EL CENTRO DE EUROPA

No puede hablarse de Lituania sin mencionar al ámbar, que desde tiempo inmemorial constituye una de las riquezas del país como materia prima para adornos y joyas. Circulaba por una ruta comercial desde la época del Imperio Romano, que hacia el siglo I probablemente se convirtió en una calzada romana dentro de las fronteras imperiales, desde las costas bálticas hasta el Mar Adriático. Por eso –explica Laura– entre nuestros esfuerzos promocionales más importantes esta la creación de la “Ruta del Ámbar”, como producto turístico. El denominado “Orgullo Dorado” de Lituania tiene también propiedades curativas que se aplican en el turismo de salud en los balnearios del país. Quien visite Lituania se encontrara, tal vez sin saberlo, en el centro de Europa. Erróneamente suele clasificarse el país dentro de Europa del Este, definición que incluye a los antiguos estados socialistas, pero realmente es más Occidental que Oriental, y el verdadero centro geográfico del continente europeo se encuentra en ese país. En el año 1989 el Instituto Nacional de Geografía de Francia destaco que el verdadero centro geográfico de Europa se encuentra en el pueblo de Purnuškės (54°54' de latitud norte y 25°19' de longitud este, a 26 km de Vilnius, lo cual figura en el Libro Guinness de los Records)

 

TRAKAI, LA CIUDAD SOBRE LAGOS

Recorremos en autobús los 28 km que separan a Vilnius de Trakai para la última etapa de nuestro recorrido, un hermoso rincón natural, parte del Parque Histórico Nacional de Trakai, pero su peculiaridad es que en toda la región hay aproximadamente 200 lagos, de los cuales el más profundo es Galvė (46 m), e inclusive tiene 21 islas. Trakai es una ciudad construida sobre el agua, rodeada de lagos, y data de los tiempos de los grandes duques de Lituania. Fue una de las capitales históricas del país. En el centro de la Isla del lago de Galve se alza el Castillo de Trakai, que además de sus tesoros de patrimonio cultural, maravilla por su arquitectura integrada al paisaje.

 

TURISMO Y MODERNIDAD

Con Laura abordamos nuevamente el tema de los mercados turísticos. Los más importantes para Lituania son Alemania, Polonia y Rusia –observo– y en España el flujo desde Cataluña, en lo cual pesan los enlaces y vuelos directos de Barcelona a Vilnius. Por eso esperamos que tal vez para el año próximo, llegue a Lituania desde Madrid una aerolínea de bajo costo.

En cuanto al mercado iberoamericano –explico– es interés del Departamento Estatal de Turismo de Lituania, y se realizan esfuerzos conjuntos para ofrecer al turista latinoamericano que quiere viajar a Europa una variante al turismo tradicional, presentándole los países bálticos como una alternativa interesante y con una oferta cultural y gastronómica de primera categoría.

En la última década Lituania ha doblado el número de turistas con más de dos millones, y con respecto a España están creciendo los visitantes. Desde el departamento –comento Laura– queremos incrementar la promoción para que el turista no se quede en Vilnius, que también conozca otras partes del país. Es nuestra prioridad en España y vamos viendo personas con interés en conocer otras regiones de Lituania.

Enfatizamos las bellezas naturales, –agrego– y el patrimonio histórico y cultural, pues Lituania tiene una historia muy interesante, ha sido paso de muchas civilizaciones y forma parte de la historia más reciente de la ocupación soviética. Cuando en 1991 recuperamos la independencia, ha visto un renacer y una nueva época, un hecho cultural interesante. En los últimos años hemos avanzado mucho en los servicios de turismo, hay una competencia intensa y el número de participantes sube sin cesar, por tanto la infraestructura va mejorando con todas las comodidades modernas.

En resumen, Lituania es un país con reducido riesgo político y económico y una tasa de crecimiento entre las más altas de Europa, con un alto nivel de vida como cualquier nación moderna. Se prevé que para enero del 2015 estará integrada en la zona euro, pues tras un siglo de inestabilidad económica por los conflictos bélicos, ya forma parte del club de los países desarrollados, según el Fondo Monetario Internacional. Mientras el Banco Central Europeo prevé que en menos de 20 años podrá estar a la par con sus vecinos del norte del continente.

 

Agradecimientos: Al Departamento de Turismo del Gobierno de Lituania; a Laura Vaiciukevičiūtė, especialista principal de su División de Proyectos, así como al guía Miguel, quienes nos acompañaron durante el viaje, nos colmaron de atenciones y nos ofrecieron sus conocimientos de primera mano sobre el país.

Más información: www.lithuania.travel