La monumental ciudad de cuenca nos abre sus puertas para mostrarnos su majestuosa personalidad.

Su clima mediterráneo templado ofrece un paisaje natural de gran variedad que presenta una vegetación formada por bosques de pinos flanqueados por unas impresionantes hoces, y una importante reserva vegetal vastas poblaciones de álamos, olmos, sabinas o quejigos. Admirados quedarán los visitantes a tan sólo ochenta kilómetros de la ciudad, junto a la Vega del Codorno, donde el nacimiento del río Cuervo da lugar a unas vistas maravillosas por la caída de sus aguas desde altas cornisas naturales que han moldeado la piedra a su antojo dando lugar a unas magníficas cascadas naturales. Pero si hay algo en Cuenca que ofrece una verdadera impresión de fantasía es la mundialmente conocida Ciudad Encantada, declarada en 1929 Sitio de Interés Nacional. Estas formaciones rocosas, conocidas como Mogotes, originadas gracias a la erosión del viento, el agua y el hielo durante los siglos, ofrecen al ojo humano una visión seductora, como esculturas naturales con formas humanoides, animales, y de objetos cotidianos que surgen entre sus laberínticas calles de grandes edificios, plazas, puertas y puentes de rocas calcáreas o calizas, custodiado todo ello en su entrada durante los siglos por la cabeza de un gigante enterrado hasta los hombros. Característico del paisaje conquense es por encima de todo la conjunción urbanística proyectada sobre las hoces de sus ríos, Júcar y Huécar, destacando las edificaciones medievales suspendidas sobre el precipicio natural de la Ronda del Huécar conocidas éstas como las Casas Colgadas. Estas construcciones exhiben hoy sus renovadas fachadas y balconadas de madera cuidadosamente trabajada, aunque sólo tres de ellas son visibles: las Casas del Rey construidas en el periodo medieval español entre los siglos XIV y XV, adaptadas en el siglo XX para darles un nuevo uso, y la Casa de la Sirena, un edificio de tres plantas de carácter popular, con un entramado visto de madera y mampostería enfoscada, que representa uno de los edificios más característicos de la ciudad de Cuenca. Monumentos, paseos y rutas inolvidables La visita a la urbe está configurada para que las necesidades de los turistas que visiten la ciudad se vean perfectamente satisfechas. Cuenca nos propone siete rutas turísticas que recorren sus sinuosas calles, preparadas para mostrar al visitante más exigente las propiedades más significativas que dan forma y color a esta majestuosa ciudad. Estas son: la ruta de los museos, la ruta de los Balcones del Júcar, la ruta de los Casones o Palacios, el Paseo por el Huécar, la ruta de las Rondas, la ruta del Alcazar y la Judería, y la ruta de la Arquitectura Vertical y el Camino de la Modernidad. Monumentos que no se pueden pasar por alto diseminados por todo el entramado urbanístico son, entre otros: el Archivo Histórico Provincial, antigua sede del Tribunal de la Inquisición y más tarde cárcel provincial, que data de del siglo XVII; el Arco de Bezudo, el cual forma parte de los restos de la fortaleza del Castillo, junto con una parte de un torreón y algunos restos de muralla. Actualmente se puede acceder mediante unas escaleras a la parte alta del arco y disfrutar de fabulosas vistas. El Ayuntamiento, notable edificio de estilo barroco del tiempo de Carlos III levantado sobre tres arcos de medio punto. Su construcción, según consta en su fachada, se remonta al año 1762; Carmelitas Descalzas, se trata de una de las más originales y hermosas casonas de Cuenca, edificada en el siglo XVII para sede de una comunidad de la orden. Es de traza absolutamente irregular, y en ella hay que distinguir la parte conventual, la Casa de la Demandera y la iglesia. La Catedral es el más notable monumento conquense. Se empezó a construir a finales del siglo XII, pero su núcleo fundamental tomó forma en el XIII; en el XIV se levantaron las naves que van desde el crucero hasta la fachada; la girola se transformó en el XVI para adaptar su estructura original a las nuevas concepciones estéticas. De esta época fue también su primera fachada, sustituida en el siglo XVIII por otra que fue preciso derruir a comienzos del XX. El Cerro del Socorro es un excelente mirador de la ciudad. Situado en lo alto, aparece un monumento del Sagrado Corazón de Jesús. Allí se llega por una autovía que sale desde la carretera de Palomera.

DISFRUTANDO LA CIUDAD En Cuenca son imprescindibles el Museo de las Ciencias, el Museo Dio­ce­sa­no, el Museo de Arte Abstracto, el Museo Arqueológico de Cuenca; las Galerías Jamete, La Escalera y Pilares, la Diputación Provincial, Marcos Garrote y X Amor al Arte). Hay zonas de compras donde es importante destacar el Mercado de Frutas, el Mercadillo y el mercado de Artesanía.

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