Raúl Valladares Díaz, jefe de capas y asesor de la Presidencia del Grupo Empresarial del Tabaco (TABACUBA)

Las bondades del suelo y el clima de la Isla, el amor que ponen los campesinos en su cultivo y curación, junto a los procesos naturales de fermentación, son los atributos de la capa del habano

Un auténtico habano, de fama universal, se distingue a primera vista por la calidad de su capa, la cual todo buen fumador reconoce por la riqueza de colores de la hoja, de una belleza inigualable, que es seleccionada rigurosamente para vestir de gala al habano, producto cuya exclusividad de aroma, sabor y combustibilidad lo hacen el mejor puro del mundo.

Para Raúl Valladares Díaz, con más de 50 años laborando en el sector tabacalero, son varios los factores que contribuyen a la obtención en Cuba de una capa de tabaco tan excepcional: «La naturaleza (suelo y clima) de esta Isla; el amor que ponen los campesinos en su cultivo y curación; así como el celo, dedicación y aplicación del Instituto de Investigaciones del Tabaco en el cuidado y conservación de nuestras variedades».

«También contribuye a ese resultado, añade, contar con procedimientos de beneficio únicos para todo el país en el cultivo del tabaco tapado -que es donde se obtienen nuestras capas-, labor donde lo principal es la calidad, y hacia ello se orienta, miden y controlan todos los procesos con el mayor rigor».

Según Valladares Díaz, jefe de capas y asesor de la Presidencia del Grupo Empresarial del Tabaco (TABACUBA), el nivel cualitativo que diferencia a la capa cubana a similares de otras latitudes radica en las bondades de suelos y clima en zonas como las de Vuelta Abajo y Partido donde se produce el tabaco tapado para capas desde principio del siglo pasado.

Subrayó que la tradicional competencia entre vegueros de esas zonas fue favoreciendo sus producciones y con ello la calidad de las hojas para capas; tradición de trabajo que junto con la aplicación de los avances obtenidos por el Instituto de Investigaciones del Tabaco en este importante eslabón del cultivo del tabaco, ha permitido alcanzar en la actualidad los más altos niveles cualitativos.

Todas las capas cubanas, destinadas únicamente para las producciones de tabacos torcidos del país, son de alta calidad, excelentes por cada uno de sus tipos, y la capa madura, no está exenta de esa reconocida calidad.

Cuba ya contaba en las décadas de los años 30 y 40 del siglo pasado con fábricas que producían exclusivamente habanos elaborados con capa madura.

«Ahora recuperamos lo mejor de la tradición de la capa madura cubana, que utiliza las hojas superiores de la planta y obtiene su característica gama de colores y textura mediante un proceso de fermentación totalmente natural».

Esta capa, con el importante valor añadido de un añejamiento de cinco años, es la que se utiliza en la nueva línea Maduro 5 de Cohiba, y que dota a sus tres vitolas de características únicas.

Aunque los niveles de calidad requeridos son muy altos y el proceso natural de la capa de Maduro 5 es muy complejo, pueden estar seguros que no vamos a defraudar las expectativas de todos aquellos que puedan acceder a este producto único», concluyó Valladares.