El tiempo transcurre sin que apenas percibamos el paso inexorable de las horas. ¡Resulta tan agradable la conversación con este hombre cordial y alegre, sencillo y sagaz a la vez, comunicativo y pletórico de vida, quien ya está inscrito oficialmente en el club de los 120 años, como para reafirmarnos que tendremos “tabaco Robaina para rato”! El optimismo, unido a esa mirada franca y abierta, caracterizan a este campesino nacido en Alquízar, provincia de La Habana; pero que se considera también sanluisero, por cuanto en la zona de San Luis, de Pinar del Río, ha transcurrido casi toda su vida.

Amante de los gallos, la pelota, el boxeo y de los ejercicios aerobios, sin embargo todo lo que ha hecho en su vida, según sus propias palabras, es cultivar tabaco. Si hoy puede hablarse de Robaina como el mejor productor de tabaco del mundo, es precisamente por ese valioso secreto que él sintetiza en estas palabras: «La tierra siempre ha sido mi vida; el amor que le tengo, más la experiencia que me transmitieron mi padre y mi abuelo, además de la mía propia; la conciencia de que con estas tierras se me entregaba un tesoro y de que mi deber era el de cultivarlas con cariño, constituyen el secreto que han hecho que yo, en estas tierras, junto a mi familia, hayamos rebasado, con la calidad de nuestra producción tabacalera, las fronteras nacionales».

Si bien Alejandro Robaina resume en la anterior afirmación lo que considera su más valioso secreto, también es un gran conocedor de importantes aspectos y técnicas que tienen que ver con la siembra y la cosecha; las distintas variedades de tabaco; formas más actuales de secado, entre otros elementos. Así, por ejemplo, la variedad de tabaco que utiliza es el denominado Corojo 98; por otra parte, siempre siembra tabaco negro, por cuanto lo considera de mayor fortaleza que el rubio; también revela importantes aspectos relacionados con las fases de la luna y su relación con la época de siembra y recogida de la cosecha «Hay que sembrar el tabaco en luna creciente y recolectar en menguante. Yo siempre comienzo la siembra el 28 de octubre, porque el producto que se recoge en enero es el de la mejor cosecha. No hay un mes que dé mejor textura y color que enero»; también posee un profundo conocimiento acerca de las formas tradicionales de secado y de los procedimientos más actuales, como es el del tabaco curado en cal frisa, el que, según expresa, puede dar un 85 por ciento de capas cuando se realiza una recolección bien hecha.

Los tabacos Robaina están en ochenta o cien países, según declara su productor; quizás donde más se consumen sea en Malasia, Israel, El Líbano y El Cairo. En realidad, han invadido el mercado mundial con su elevada calidad, representando con orgullo a Cuba.