- Motivo de orgullo.
A partir de 1959, en santiago de cuba se produjo una verdadera revolución en el campo de la educación
La educación es general y eterna, tiene un carácter histórico social y clasista, y abarca todos los procesos de la sociedad. Es necesaria para aprender a analizar cualquier proceso socioeducativo. Puede desarrollarse de diferentes formas, vías y métodos que comprenden costumbres, modas, supersticiones, religiones, la vida cotidiana, el trabajo, la literatura, los medios de difusión masiva, la música, la imprenta y el correo..., sin embargo, la enseñanza que más se aprecia es la que lleva adelante sus procesos formativos en las instituciones destinadas a ese fin.
La evolución histórica de la educación en Santiago de Cuba, a las puertas de los 500 años de la villa, ha transitado a través de los siguientes hitos: se asume que se inició a partir de la creación de su primera escuela, hecho fundacional que data de marzo de 1523, cuando el obispo de Cuba, Juan de White, desde Valladolid, España, al designar las dignidades de su diócesis de Santiago de Cuba, incluyó una maestrescolía o scholatría.
En consecuencia, fue nombrado maestrescuela de la catedral de Santiago de Cuba, Sancho de Céspedes. Años más tarde, ofició como maestro, considerado el primero nacido en estas tierras, Miguel de Velázquez, mestizo, hijo de madre india y padre español, quien logró estudiar en las universidades de Sevilla y Alcalá de Henares.
Durante el siglo XVI la educación se reducía a la labor de una pequeña escuela dependiente de la Iglesia Catedral. Ya en el XVII surgieron otras asociadas a las iglesias parroquiales, donde los párrocos enseñaban rezos, algo de Historia Sagrada y primeras letras. Los hijos de familias ricas recibían de estos mismos párrocos clases particulares y una instrucción más esmerada, al tiempo que algunos eran enviados a superarse a España. En este período se reconoce también a las Escuelas de Amigas.
En 1722 se fundó el Colegio Seminario San Basilio Magno y un siglo después el Colegio Santiago, instituciones que se transformaron en los referentes culturales más importantes en esta larga y lenta etapa de vida en la sociedad santiaguera. Por esta fecha encontramos figuras destacadas como Juan Bautista Sagarra y Blez, tomado como el educador por excelencia; Laureano Fuentes Matons, músico y compositor; y José de Jesús María Villafañe y Viñals, eminente matemático.
Durante el período republicano, la educación se caracterizó por la penetración norteamericana en los planes de estudios, programas y libros de texto; el favorecimiento de la escuela primaria, el florecimiento de la escuela pública; el surgimiento de instituciones que elevaron el nivel formativo de generaciones, como la Escuela Normal para Maestros y Maestras de Oriente (1916), la Escuela de Comercio (1928) y la Universidad de Oriente (1947). Esta última vio la luz sustentada en el lema Ciencia y Conciencia, que mostraba el compromiso con el desarrollo del oriente cubano, apoyado en la ciencia.
Sobresale en estos años la toma de conciencia y la lucha del magisterio por sus derechos, y su protagonismo en las acciones por lograr la patria que soñó el Apóstol José Martí. José Ramón Villalón y Asensio, Juan María Ravelo y Asencio, Luis María Buch y Rodríguez, Rodolfo Hernández Giro, Francisco “Pancho” Ibarra Martínez, Leocadia Araujo Pérez (Cayita), Frank País García, Caridad Lacoste, Dulce María Serret Danger y María Caridad Rodríguez constituyen nombres ilustres que encabezaron este movimiento.
Fue la Revolución triunfante la que cambió radicalmente los procesos formativos. Ya desde los años de la guerra liberadora se implementaron acciones educativas en las montañas y llanos de las zonas liberadas. Posteriormente se reorganizó el Ministerio de Educación que emprendió acciones radicales de gran impacto social, que modificaron la situación imperante: elevado nivel de analfabetismo, corrupción administrativa y robo de los fondos destinados a la educación.
Por eso se consiguió de inmediato la creación de 10 000 aulas de primaria, la conversión de 69 cuarteles en escuelas, la construcción masiva de centros escolares de todo tipo, la primera Reforma Integral de la Enseñanza, la Nacionalización de la Enseñanza y la Campaña de Alfabetización. En ese entorno transformador, Santiago de Cuba hizo del Cuartel Moncada la Ciudad Escolar 26 de Julio, orgullo y símbolo de la Revolución.
En adelante se continuó la espiral de desarrollo que parte de que la educación es responsabilidad del Estado revolucionario y se basa en los principios de su carácter masivo y con equidad, la combinación del estudio con el trabajo, la coeducación y la escuela abierta a la diversidad, la gratuidad y el enfoque de género, entre otros.
Los logros de la educación confirman su privilegiado lugar en la estrategia social de la Revolución. Existe la escolaridad promedio de 9no. grado en toda la población, hay cobertura escolar en primaria cercana al ciento por ciento, y en media básica de más del 95, así como un promedio de un docente por menos de 40 habitantes. Asimismo todos los niños y adolescentes con deficiencias físicas o retraso mental tienen asegurada la escolarización.
En Santiago de Cuba se cuenta con Centros de Estudios Pedagógicos, más de un centenar de Doctores en Ciencias Pedagógicas, un gran bagaje teórico y una vasta práctica educativa.
Tiene además el privilegio de poseer instituciones de reconocido prestigio formativo, como el Internado de primaria Abel Santamaría Cuadrado, con un director que es Héroe del Trabajo de la República de Cuba, el MsC. Rolando Beltrán Hurtado; o como la Escuela de Iniciación Deportiva Orestes Acosta, primera de su tipo en América Latina, o como la Universidad de Ciencias Médicas, primera creada por la Revolución, y donde han egresado cientos de miles de médicos de más de 60 naciones.
Los educadores santiagueros, como parte de su quehacer como cubanos de bien, muestran un desempeño caracterizado por el patriotismo, la calidad profesional y altruismo, valores que permiten asegurar procesos educativos que hacen sustentables y sostenibles los sueños de construcción de un mundo mejor.