Estos años son solo el inicio de una verdadera cruzada por La Habana. Hemos aprendido mucho de cómo hacerlo, en lo adelante será sistemático, lo incluiremos y lo defenderemos en cada plan de la economía. Ahora seremos más los entusiasmados, tenemos más confianza en nuestras posibilidades», aseguró Reynaldo García Zapata, cuando Excelencias impresionada por el programa de obras en construcción, y las ya reanimadas, ejecutadas para celebrar el quinto centenario de la capital de todos los cubanos, le preguntó al Presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular, si continuaría esta labor de recuperación de viejas instalaciones, y el remozamiento de otras tras la esperada fecha del 16 de noviembre.

«Sí, continuaremos esta labor, seguiremos restañando las heridas de la Vieja Habana, que no es solo La Habana Vieja, es la ciudad en toda su extensión, los 15 municipios. Seguiremos mejorando la vida de los habaneros y asombrando a los visitantes con el rescate de lugares que parecían perdidos, y con la construcción de nuevas viviendas, servicios y modernísimos hoteles». 

La recuperación del tornado y el continuar trabajando por encima de cualquier circunstancia, de coyunturas energéticas, demuestran que Cuba ni su capital se paralizan…  ¿Qué opinión le merece hoy este empeño por la conmemoración de los 500 de La Habana, en medio del contexto actual?

«Desde 2017 se iniciaron las labores para conmemorar con alegría los 500 años de La Habana.

«Las otras seis villas, de las siete primeras fundadas durante el proceso de colonización, habían llegado ya a su medio milenio; Baracoa, Santiago, Camagüey, Trinidad, Bayamo y Sancti Spíritus realizaron esfuerzos extraordinarios para mostrarse bellas, crear obras nuevas, trabajaron fuerte en el rescate de su patrimonio y sus pobladores festejaron los 500 con el mejoramiento de la vida social en cada una de ellas.

«Tuve la dicha irrepetible de trabajar en Santiago de Cuba por llegar a la celebración con una ciudad rejuvenecida, recuperada de los horrores del Sandy, y disfrutar junto a los santiagueros de las grandes transformaciones que se lograron en esos años.

«El 2018 fue aquí un año de duro trabajo por el 500: se puntualizaron los planes, se recibieron muchas propuestas de la gente para hacer proyectos bonitos y de gran utilidad, se desencadenó la campaña de comunicación, se llamó al pueblo a sumarse, a dar por La Habana lo más grande. 

«Era la convocatoria más participativa, más inclusiva. Todos podrían aportar algo grandioso para su ciudad: los estudiantes podrían proponerse obtener buenas calificaciones en las diferentes asignaturas, pasar de grado, graduarse en sus carreras; los cederistas, una donación de sangre más, un trabajo voluntario oportuno y productivo; los obreros sobrecumplir sus normas de producción… También se incluyeron las grandes restauraciones, las construcciones de nuevos edificios de viviendas,  bellos hoteles… Lo más grande era el mejor verso, la mejor canción, traer al mundo un nuevo habanero, salvar la vida de un niño, que un pelotero de Industriales impulsara la carrera del triunfo en un juego decisivo, una flor y un pensamiento para el héroe que no está… en fin, todos los aportes valían.

«La naturaleza puso a prueba esta perspectiva con el tornado del 27 de enero y los habaneros respondieron desde los primeros minutos con entrega y gallardía, con solidaridad y amor a montones, con trabajo y resistencia. Con la compañía permanente de la dirección del Partido y de los Organismos de la Administración Central del Estado, y de muchos cubanos y amigos de otras naciones, desaparecieron los escombros, se plantaron nuevos los postes de la luz, se fueron levantando las casas devastadas, se techaron las fábricas, se repararon las escuelas y los hospitales, la vida en los municipios afectados volvió a su curso de normalidad en breve plazo. Fue una auténtica lección de cuán capaces éramos para empinarnos si lo hacíamos juntos. Por eso el tornado, lejos de abatirnos, nos dio más fuerzas, multiplicó los sueños para el 500 aunque solo nos quedaban 10 meses para llegar a la fecha.

«Mientras nos empeñábamos por seguir haciendo se dictaron una tras otra, las nuevas medidas del gobierno de Estados Unidos para recrudecer el bloqueo y obligarnos a desistir de nuestros sueños, asfixiarnos y ponernos de rodillas. Pero ante cada anuncio brutal se ha crecido el empeño por resistir y avanzar, y, por supuesto, festejar nuestros 500 años por todo lo alto, es lo que merece la capital de esta Isla rebelde y valiente.

«Y aquí estamos, ya de fiesta sin que nada ni nadie pueda arrebatarnos la alegría de la celebración».

Hay importantísimas obras emprendidas que determinan la vida de la ciudadanía y ya se ven. ¿Puede mencionar las que más trascenderán este aniversario cerrado? ¿Cuáles le dejan más satisfecho?

«La celebración de los 500 ha movilizado las acciones transformadoras, ensanchado la creatividad y agilizado las manos que construyen. Por eso la urbe cumpleañera recibe por estos días los más hermosos regalos de su pueblo.

«Servicios que resurgen de las ruinas, luces led que borran la penumbra, sitios para disfrutar del arte, la naturaleza y la alegría de los niños y los jóvenes. Ideas buenas y bonitas para llenar el cuerpo y el espíritu.

«Los 500 años de La Habana han resultado un excelente pretexto para iniciar cientos de obras, muchas de ellas serán concluidas para la fecha, para el 16 de noviembre, y seguiremos trabajando en las demás.

«Todas son importantes por lo que significan para el pueblo, viejos anhelos de la gente, demandas de muchos años. Desde la reparación de una bodega, una escuela del barrio, hasta devolver su magnificencia al Capitolio Nacional; sin embargo, siempre recordaré con gran emoción, las viviendas edificadas para los afectados del tornado, la rehabilitación capital del Capitolio, la modernización del Boulevard de San Rafael y la apertura allí de nuevos servicios, la rehabilitación y los nuevos espacios en el Barrio Chino, la construcción del mercado de Cuatro Caminos, los nuevos hoteles, las minindustrias que ha construido la agricultura, la recuperación de instalaciones emblemáticas del turismo, el Complejo Recreativo La Giraldilla, el Club 500 José Antonio Echavarría, el Complejo Turístico 1830, la recuperación de nuevas salas y salones de operaciones en los hospitales y otras acciones en los policlínicos de la ciudad, pero también del Jardín Japonés; el Palacio Tecnológico Finca de los Monos, el Parque Forestal, los Jardines de la Tropical; nuevos espacios para la cultura como el Centro Cultural del Cerro y la Casa de la Música de Galiano que ha recuperado su esplendor».

¿Qué perspectivas de desarrollo tiene esta ciudad tras su medio milenio? ¿Cuáles son sus sueños más perseverantes?

«La capital de Cuba crece y protagonizará el avance del país hacia la prosperidad y la sostenibilidad que se ha programado para los próximos años, sin renunciar al socialismo.

«La Habana posee una fuerza de trabajo altamente calificada y competitiva que asume la producción, los servicios y la investigación científica en todos los sectores, con resultados prometedores y una productividad cada vez más elevada.

«La urbe que cumple medio milenio es fuente inagotable de espiritualidad, de creatividad, de solidaridad y de empuje. Los habaneros, que celebran por estos días la fundación de su ciudad, cosmopolita y mágica, protagonizan también la hazaña de hacer progresar su economía a pesar del bloqueo, y para ello avanzaremos en el mejoramiento de la calidad de vida de nuestra gente, en la modernización del plantel industrial, insertaremos nuestras producciones y servicios en el mercado internacional, y crearemos condiciones para la inversión de capital extranjero con numerosos proyectos en cartera y otros que se van elaborando».  

¿Un mensaje hacia los cubanos que vivirán esta capital en los próximos cien años?

«A los cubanos, a los ciudadanos de cualquier lugar del mundo que le darán la vuelta a la ceiba en el año 2119, les dejaremos el mensaje de amor infinito de los habaneros de estos tiempos por su ciudad, de fidelidad a la  Revolución y de consagración al trabajo, al estudio y a la defensa de la capital de todos los cubanos.

«Aspiro a que los habaneros de esa época sientan que otros corazones palpitaron de emoción cien años atrás, un 16 de noviembre, y amen también su historia para que continúen haciendo por su Habana lo más grande».