Herman van Hooff, Director de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe

Declaraciones exclusivas de Herman van Hooff, Director de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe

En el aniversario 25 de la inscripción de La Habana Vieja en la Lista del Patrimonio Mundial, Herman van Hooff, Director de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe, afirma que es muy significativo reflexionar sobre el por qué de esa inscripción, y los avances que se han logrado en la recuperación del patrimonio.

«Cuando se inscribió La Habana Vieja, en 1982, se inscribieron otros dos sitios de América Latina: La Citadelle, en Haití, y Olinda, en Brasil. Resulta interesante que las primeras inscripciones en la Lista del Patrimonio Mundial datan de finales de la década del '70 del pasado siglo, cuando había muy pocos sitios. Ahora ya suman más de 800 en el mundo. Solo en América Latina hay 117 y en Cuba ocho».

«La UNESCO siempre ha acompañado a las autoridades cubanas en los procesos de recuperación y de gestión de La Habana Vieja. En 1982 se lanzó una campaña internacional para el rescate de la Plaza Vieja, y en esa década se creó el Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología (Cencrem), mientras que en 1994 el proceso recibió un nuevo impulso cuando se encargó a la Oficina del Historiador de la Ciudad la coordinación de la gestión en el Centro Histórico».

Herman van Hooff, arquitecto de profesión, afirma sentirse muy impresionado por La Habana, «una ciudad maravillosa como conjunto urbano, que posee numerosos monumentos y edificios emblemáticos. Su coherencia en la arquitectura y el urbanismo es algo impresionante. Esa continuidad está presente en La Habana Vieja, Centro Habana, el Vedado, Miramar, Cubanacán. Ese es un valor excepcional de La Habana: la continuidad en su desarrollo urbanístico y arquitectónico desde hace 500 años».

Luego de casi dos años de trabajo en la isla, van Hooff afirma que ha sido una experiencia enriquecedora dirigir la Oficina Regional de Cultura, asumiendo a la vez la representación de la UNESCO en Cuba y República Dominicana.

«He podido apreciar la riqueza del patrimonio cultural y natural del país y la diversidad de sus manifestaciones culturales. Y es meritorio el compromiso con la cultura que tienen la población cubana y sus autoridades».