Zona Maco 2015
ANCLARSE EN EL FUTURO
La feria internacional de arte contemporáneo Macoméjico 2015 tuvo en el DF, entre los días 4 y 8 del pasado febrero, su 12da. edición. Por ella desfiló un número significativo de galerías y artistas, mexicanos e internacionales, con mucho de lo ya visto, de lo que ha de verse y aún otro poco de lo que siempre ha de volverse a ver. Obras representando a más de mil quinientos artistas y ciento veinte galerías de veintidós países se dejaron ver, examinar, admirar y, mejor aún, comprar, en el acto de fe que constituye la mise en scene en el Centro Banamex, una de las nuevas catedrales del arte contemporáneo en América Latina, con sus diversas maneras de apropiarse de conceptos, formas y contenidos del tejido social globalizado, posmoderno y a la vez tan definitivamente parecido, como siempre ha sido, de la turbulencia, naturaleza y compulsiones que desbordan y conforman al género humano.
De ahí que en esta feria se haya dado cita todo un universo de temáticas, materiales y técnicas en disímiles manifestaciones como pintura, fotografía, escultura, video, instalación y diseño. Todo bajo la firma de maestros consagrados y emergentes convocados por la importancia de un evento que ya constituye una de las plataformas más presenciales, al decir de no pocos la más importante, del arte contemporáneo internacional en el ámbito latinoamericano.
Fundada y dirigida desde entonces por Zélika García —quien en la inauguración apuntaba que «Zona Maco abre sus puertas a las nuevas propuestas artísticas que perfilan nuevas rutas en el mundo del arte internacional»—, la feria reunió, como cada año, a reconocidas galerías y firmas artísticas que mostraron sus clamorosos criterios durante los cinco días que duró la muestra. Dividida en cinco secciones —General, Nuevas Propuestas, Arte Moderno, Zona Maco Diseño y Zona Maco Sur—, apuesta, como en años anteriores, por la integración de estilos, movimientos artísticos, tecnologías, propuestas atrevidas y hasta aburridas que mezclan elementos convencionales, textos, grafiti, cristal, materiales de construcción, arte cinético, geométrico, abstracción, ladrillos, espejos, objetos, madera y un prometedor y desenfrenado etcétera.
La sección General, ubicada en el área central y mayor del recinto ferial, mostraba el proyecto de galerías consolidadas y conocidas como Ethra (México DF), Bill Brady (Miami), Raffaella Cortese (Milán), Paul Kasmin (Nueva York), Von Bartha (Basilea), Victoria Miro (Londres), Cayón (Madrid), Pepe Cobo (Lima) y David Zwirner (Nueva York).
En esta zona se encontraban artistas interesantes pero menos cotizados y otros de fuerte calado internacional como la perseguida Yayoi Kuzama, presente con su obra en estas tres últimas galerías, con varios cuadros y la pieza Perro (2014), escultura de un perro azul con lunares amarillos de 180 000 dólares en la David Zwirner, o Pumpkin, su escultura de una gran calabaza en la Victoria Miró londinense.
También en David Zwirner una serie de pequeñas pinturas de Francis Alÿs y la obra de Richard Serra, ampliamente representado en la muestra por tres galerías europeas. En la galería Carreras Mugica (Bilbao) fortísimas piezas del catalán Antoni Tapies, una gran pintura al carbón y grafito del 2014 de Raúl Domínguez, obras de Pello Irazu, otra vez Richard Serra y piezas del mítico Eduardo Chillida, entre ellas la escultura Lurra, de 275 000 dólares. La galería Mai 36 (Zúrich) unía a los cubanos Raúl Cordero y Flavio Garciandía (Disney ataca de nuevo, 2015) con obras de Thomas Ruff y John Baldesari, una escultura en bronce de Rita McBride y fotografías de Robert Mapplethorpe.
El cubano Carlos Garaicoa con obras en la galería Continua (San Gimignano
/ Beijing / Les Moulins) y también Anish Kapoor y Michelangelo Pistoleto. Artistas mexicanos como Abraham Cruzvillegas, Gonzalo Lebrija y José Dávila con sus espejos en equilibrio en la galería Travesía Cuatro (Madrid / Guadalajara).
En esta sección la galería Arte Mexicano, que cumplía ochenta años, mostraba el grafiti en todas las paredes de Stefan Brüggerman, con obras de los tres grandes muralistas mexicanos: Siqueiros, Orozco y Diego Rivera. Y mucho más, como las muy visitadas obras con neones y espejos del chileno Iván Navarro en la galería Paul Kasmin de Nueva York o la de la artista japonesa Chiharu Shiota en la galería española NF.
Nuevas propuestas, curada por Pedro de Val, director artístico de Zona Maco y conformada por veintitrés galerías, mostraba el arte de artistas emergentes y obras de menor costo creadas por artistas independientes, en una apuesta por los nuevos valores y tendencias de las diversas maneras de acometer el arte y proyectar una nueva visión con las herramientas de la contemporaneidad.
Allí habitaban obras como los hermosos y sapientes dibujos al carbón y grafito del cubano Frank Mujica en la galería Servando (La Habana). La galería Knoerle & Baettig (Winterthur) mostraba la obra de tres artistas latinoamericanos: el argentino Martín Cordiano, cuya obra se hace pintura a partir del desecho; el mexicano Alejandro Pérez Falconi, graduado del ISA en La Habana, con su serie de fotografías de vocación ecológica sobre los desechos arrojados en la playa; y la pintura sugerente y entregada a la persistencia de su propia identidad y naturaleza del cubano Alejandro Campins.
La galería española Paula Alonso trajo al serbio Nebojsa Despotovic con unas pinturas sombrías donde pugnaban figuración y concepto, y también las del español Chema López. La galería Yam se vestía con las fotografías de la instalación del chileno Norton Maza, y la galería Johanes Vogt (Noruega) con la obra de la brasileña Tatiana Blas, pintura de pequeño formato inspirada en la obra de Henrik Ibsen, el famoso dramaturgo noruego. Mientras la galería Proyectos Ultravioleta (Guatemala) presentaba la obra del japonés Akira Ikezoe merecedora este año del Premio Tequila 1800.
El espacio para la sección de Arte Moderno estuvo curado por Mauricio Macía. Catorce galerías mostraban obras que a partir de la primera mitad del siglo xx muestran la llegada de la modernidad a los predios iberoamericanos.
Galerías como Mayoral (Barcelona) con poderosas y muy caras obras, como un móvil del norteamericano Alexander Calder de un millón de dólares; una pieza de Joan Miró de 875 mil dólares, y obras de Pablo Picasso, Salvador Dalí e incluso una pieza de Jean-Michel Basquiat.
Artistas como Víctor Vasarely, Mathias Goeritz, Siqueiros, Orozco, Filguerez, Leonora Carrington, Wilfredo Lam, Agustín Cárdenas, Julio Le Parc, Cruz-Diez, Fernando Szyslo, Max Ernst y Eduardo Chillida en galerías como Cayón (Madrid), Durban Segnini (Miami), GAM (México DF), Enrique Guerrero (México DF), KM Fine Arts (Chicago / Los Ángeles), RGR+ART (Caracas) y Oscar Román (México DF).
Zona Maco Diseño gozó de una bien visitada propuesta, defendida por veintidós firmas mexicanas y extranjeras y curada por la diseñadora industrial Cecilia León de Barra, que evidenció la validez de incluir al diseño como elemento funcional ayuntado con el arte de modo que valide un disfrute tan sensorial como utilitario. La propuesta incluía trabajos con objetos, joyería, abrigos de lana, sacos de piel, mobiliario y diseño de interiores. Piezas tan disímiles como las creaciones de artesanos oaxaqueños con objetos de bajos precios hasta mosaicos de Francisco Toledo de alto costo.
De todos modos en esta zona lo más conspicuo fue la Galería Other Criteria, casa editorial y de diseño del súper valorado artista británico Damien Hirst, con sus cráneos pintados y alfombras con puntos y manchones de colores a precios espectaculares.
La presencia de stands con la firma de Fitzgerald (Nueva York), Downtown (París), Odabashian (Miami), IAGO (Oaxaca), además de Pirwi, Orfeo Quagliata, Rococo y Tane, Ánfora, Artell, Bi Yuu, Centro de Diseño Alemán, Esrawe y Trouvé, todos de México DF, prestigiaron la entrega.
La sección Zona Maco Sur, curada por Joâo Mourâo y Luís Silva presenta propuestas en las que las galerías y artistas participan por invitación directa de los curadores. La intención está en dialogar con el futuro del arte desde una búsqueda e identificación con las raíces de los principios teóricos y conductuales que habilitaban el sentido del arte en épocas pasadas.
Aquí se vio el poderoso trabajo en obras como la instalación de las banderas de los países latinoamericanos, pero todas de un único color rojo, de Mauricio Ianês de Brasil con Y Gallery (Nueva York), y la escultura de Gdl Mateo López (Colombia) con Casa Riegner (Bogotá) & Travesía Cuatro (Madrid / Guadalajara), que por demás fueron vendidas con altos precios. También participaron, entre otros, Gabriel Acevedo (Perú) con la galería Livia Benavides (Lima); Asier Mendizabal (España) con Carreras Múgica (Bilbao); Petrit Halilaj (Kosovo) con Chert (Berlín); Ryan Gander (Gran Bretaña) con Marc Foxx (Los Ángeles); Mariana Castillo Deball (México) con Kerimanzutto (México DF) y Carla Filipe (Portugal) con Múrias Centeno (Oporto).
Disfrutar el arte desde los códigos de la contemporaneidad, pero sin dejar de mirar al pasado, puede ser uno de los pilares que sustenta hoy una feria como Zona Maco, donde el arte contemporáneo despliega todo su arsenal de asombro, cosmopolitismo y atrevimiento, pero las definitivas raíces que sustentan su esplendor tienen todavía hoy un nexo consecuente y revelador. Sin dudas, para galerías y artistas de todas partes, esta feria va siendo un evento a tener en cuenta, donde mostrarse y ser valorado. Va siendo una confirmación imprescindible de que se tiene algo que decir y por tanto, se piensa en futuro.