Tener la visión del Cóndor
Hará muy pronto una década del nacimiento de Arte por Excelencias en los fragores de la Bienal de La Habana de 2008, y fue a la capital colombiana y a su feria de arte contemporáneo adonde llegamos después con nuestra naciente revista, casi del mismo viaje de conocer la entonces aún existente Feria Arte América en Miami.
Y es que aquella ArtBo, fundada desde entonces como programa de artes de la Cámara de Comercio de Bogotá, es hoy una importante plataforma de intercambio cultural e investigación en la región, que se ha establecido por su selección de galerías y contenido diverso e innovador, con más de setenta galerías nacionales e internacionales, una inmensa vitrina del arte contemporáneo que se extiende por toda la escena artística de la ciudad.
Conviene recordarlo ahora, que regresamos con un stand en la edición número 14 de la Feria ArtBo, por séptimo año consecutivo, con la presencia del periodista y crítico de arte José Antonio Piñera y la hermosa revista Arte por Excelencias, que viene de la exitosa feria Swab Barcelona y estará igual presente en Estampa Madrid como media partner y con enviados especiales. Entre reportajes y entrevistas exclusivas de más de quince países de América y el Caribe, nuestra última edición trae la presencia de Génesis Galerías, la promoción del Fondo Cubano de Bienes Culturales y la reciente exposición del artista Alberto Lescay.
Nuestra presencia en ella se debe a que creemos en la sinergia de las ferias y festivales, como en los seminarios y congresos, y hemos apostado por acompañar sus procesos de crecimiento y estímulo como la mejor inversión para el incentivo del intercambio cultural y el turismo. Lo prueban nuestros Premios Excelencias, que en el 2019 volveremos a entregar en el epicentro de la capital española durante la nueva edición de Fitur, y que abarcan la categoría de arte y cultura en el décimo aniversario de nuestra publicación.
Ahora que en La Habana está a punto de descorrerse el telón de su 26 Festival Internacional de Ballet y acuden lo mismo figuras de Estados Unidos, el ballet de Argentina, que fanáticos de todo el orbe, me regocija abrir el primer número de la revista Excelencias Turísticas, publicado en 1997, que contiene cuatro páginas dedicadas al Ballet Nacional de Cuba y a la pasión de Alicia Alonso en la creación de una compañía sin igual, y de su escuela de ballet, muy singular en la manera en que se estableció frente a sus similares en el mundo hace setenta años.
Pensaba en todo ello cuando veía feliz en la Trinidad de Cuba a la costarricense Katherine Muller, en su condición de directora regional de la Unesco, lo mismo inaugurando junto a numerosos creadores una exposición en la galería de arte, que subida a una pequeña escalera, cucharón en mano, ayudando a servir en plena calle la canchánchara más grande de la Isla -en un gran tinajón de barro una mezcla de aguardiente y miel, con algún cítrico a mano y varias decenas de botellas de ron trinitario-, realizada durante los dos días del Seminario Tradición Gourmet, que convocó la Oficina del Conservador de Trinidad y fue asesorado con humildad por nuestro equipo.
Justo allí nació la idea de que se documente el casabe como propuesta conjunta de Cuba y República Dominicana para incluirlo en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, de una pregunta del público a la ponencia de la chef dominicana Tita sobre los valores del casabe o casabí como alimento aborigen común a Quisqueya y a la zona oriental cubana, que desató el entusiasmo de los presentes y el apoyo de la presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio de Cuba y de la directora Regional de la Unesco.
Y es que en mucho se relacionan Bogotá, La Habana, Santiago de los Caballeros y Trinidad, como las artes visuales y el ballet, la canchánchara y el casabe: hay que saber tener la visión de trescientos sesenta grados del cóndor americano para poder subir el vuelo en la defensa y promoción del arte y la cultura de nuestros pueblos de Iberoamérica.