El Cohiba es la clave mayor de toda la inmensa sinfonía de El Laguito.

El Laguito, la casa materna de los Cohiba, es un lugar de obligada visita si se quiere conocer a fondo la historia de esta emblemática marca, para muchos la más representativa de la exquisita calidad de los tabacos cubanos.

Esta planta, ubicada en el reparto Siboney, de La Habana, la capital cubana, es la más paradigmática de la industria tabacalera de la Isla, lo cual se debe en gran medida al celo de sus trabajadores con sus recetas y sistemas de control de calidad.

El director de esa fábrica, Osmar Hernández, de 40 años y con ocho de experiencia en la industria, donde anteriormente fungió como jefe de producción; es ejemplo de ejecutivo empeñado en que todo a su alrededor esté en orden.

El joven directivo explica que la industria, con 230 empleados y cursos renovados siempre de por lo menos 16 aprendices de torcedores, está en planes de ampliarse, siendo lo más importante el amor de los trabajadores por el oficio.

En El Laguito se elaboran la Línea clásica de la marca Cohiba y la Línea 1492 con sus Siglos del I al VI; este último sólo se fabrica en esa planta. Además producen el Trinidad, que salió al mercado hace seis años con la solitaria vitola de Fundadores. Posteriormente el vitolario de Trinidad se enriqueció con tres nuevas vitolas, Robusto Especial, Reyes y Coloniales.

Osmar Hernández enfatiza que la calidad tiene muchas aristas en su fábrica. Aparte de prácticas como la tercera fermentación y la tradición productiva de los trabajadores, allí también es decisiva la dedicación de los empleados, su concentración y el control continuo.

Señala que un aspecto importante es la preocupación por las necesidades de los trabajadores y sus situaciones familiares, que parten de un salario que verdaderamente estimula a la producción. Además existen otros mecanismos para que la gente se sienta bien, como facilitarles accesos a centros recreativos, paseos y otras ventajas, aunque opina que todavía no son suficientes.

Para este ejecutivo, el sentido de pertenencia es muy importante en El Laguito. Allí hay varias generaciones de una misma familia trabajando, y esa tradición se respeta. Los nuevos torcedores, los muchachos que van a su pequeña escuela de enrollado, provienen de esas familias y se forman junto a sus padres. Incluso, actualmente muchos hijos conocen la industria en sus períodos vacacionales observando lo que hacen sus familiares. Por otra parte, ya el ciento por ciento del tabaco que se produce pasa por la Máquina fumadora, para probar el tiro, y los mecanismos de control de calidad son lo más rigurosos posibles.

Otros dos elementos novedosos que señala el ejecutivo son el empleo de una Cámara para la Congelación y otra para la Moja o Humectación. La primera permite tratar el tabaco eliminando la Cámara para Fumigación al vacío, la cual está en la lista de las que pueden dañar la capa de ozono.

Además, con esta congelación a temperaturas de menos de 30 grados centígrados se mata todo lo que puede perjudicar a la hoja de tabaco. "Creo, dice Osmar, que si bien esta es una industria muy tradicional, artesanal, no podemos darle la espalda a la ciencia y a la técnica. Por ello aplicamos estas tecnologías".

Por otro lado, en El Laguito ya instalaron una cámara para humectar el tabaco, conocida como la Moja, una idea del investigador cubano José María Guardiola, con 30 años de experiencia en el sector, quien recomendó su fabricación y fue realizada por una empresa italiana.

Esta nueva cámara permite programar la humedad necesaria, y además de humanizar mucho más el trabajo no deja espacio para errores, se pierden menos hojas, y añade el elemento de ahorrar agua y electricidad.

En esencia, El Laguito constituye un centro de alta calidad para los puros Cohiba, surgidos hace 40 años y considerados los más significativos de las marcas de habanos, simbólicos y líder de los aparecidos luego del triunfo de la Revolución Cubana en 1959.

Cohiba y El Laguito, historias La marca Cohiba, cuya comercialización se inició en 1982, fue fundada en 1966 en una fábrica que aún hoy permanece, El Laguito, en el residencial barrio de Siboney, hacia el oeste de La Habana.

Su diferencia sustancial con el resto de las marcas es que ellos son fruto de la tercera fermentación de las hojas de tabaco que se utilizan en su elaboración.

Poseen una Línea Clásica (Espléndido, Robusto, Corona Especial y Lancero) y una Línea 1492, integrada por los Siglos de Cohiba (I-II-III-IV-V-VI), esta última aparecida en 1992 cuando se cumplían los 500 años de la llegada de Cristóbal Colón a América y por lo tanto del conocimiento de la hoja del tabaco.