Si a Zeus, el padre de los dioses, le entraran ganas de fumar un habano, no le quedaría más remedio que bajar a Cuba y buscar a Cueto. Solo este experimentado tabaquero sería capaz de ofrecerle un puro digno del coloso, como ese que con 20.40 metros de extensión ostenta hoy el Récord Guiness de ser el tabaco más largo del mundo.

La historia de esta singular breva comenzó el día en que a José Castelar Cairo, para amigos y conocidos simplemente Cueto, se le ocurrió hacer algo para atraer más clientes a la tienda La Tríada, ubicada en el complejo La Cabaña, antigua fortaleza española que domina la bahía de La Habana.

Aunque quizás diga mal, porque sus orígenes están mucho más atrás, el día que el tabaquero, apenas un adolescente, entró a la fábrica de tabacos La Corona, y empezó a aprender los secretos de combinar las hojas y apretarlas con sus manos para hacer un habano, al punto de que hoy puede hacer cualquier tipo de vitola.

Por eso un día pensó que un tabaco de seis metros en sus manos no sería nada del otro mundo, y eso fue apenas el principio de sus singulares hazañas. El 18 de abril de 2001, tres días después de iniciada su labor, el torcedor cubano entraría a los Guiness con un puro de 11.04 metros de largo. ¡Ah!, pero a Cueto todavía le picaban las manos y lo halaba la chaveta intranquila. Así, superándose a sí mismo, casi dos años más tarde, el 23 de mayo de 2003, rompió su propio récord con otro puro de 14.86 metros.

Hay que decir, para ser justos, que al cubano le han salido competidores en otras partes del mundo. El dominicano Mauricio Peña, quien reside hace treinta años en Puerto Rico, echó mano a principios del 2005 a nueve kilos de tabaco de Puerto Rico y Pensilvania para hacer en cuatro días un puro de 18.6 metros. Sin embargo, Cueto, quien no está dispuesto a dejarse arrebatar el título, el 24 de febrero de ese mismo año terminó en apenas tres jornadas, durante el VII Festival del Habano, lo que hoy constituye el nuevo Récord Guiness, un habano de 20.40 metros de largo.

Lo más curioso de todo es que cada tabacón de estos puede fumarse como uno normal. De hecho, si se picara el de catorce metros, habría 800 tabacos estándar, perfectamente fumables y además de la mejor calidad, pues las hojas para los dos primeros récord de Cueto vinieron de las Vegas Robaina, la cuna del mejor tabaco del mundo, y para el de 20.40 metros fueron donadas por Partagás, reconocida marca por la exquisitez de sus brevas.

Y si usted es de los que necesita ver para creer, no se apure. Vaya a La Tríada, donde están los tres mayúsculos habanos, conservados a 17 grados Celsius y con una humedad del 60 por ciento, los cuales son apreciados cada día por más de 100 turistas, que no pueden creer tamaña exageración.

Eso sí, le doy un consejo: ¡Apúrese! No vaya a ser que cuando llegue allí encuentre al dios Zeus, negociando con Cueto para fumarse uno de sus tabacones.