Ricardo Leyva, director de la orquesta Sur Caribe

Autor de uno de los temas más populares de la música cubana actual, el director de la orquesta de música popular, Sur Caribe, devolvió la fama a un género musical cubano hasta ahora desterrado casi exclusivamente a los carnavales

La conga, ese género nacido de los tambores africanos, traspasó hace muchos años los marcos de los tradicionales carnavales, de los solares y las calles, para instalarse hasta en los sitios más insospechados.

Desde principios del siglo XX figuras de la música cubana como Eliseo Grenet, Matamoros y Ernesto Lecuona dieron a conocer este criollísimo ritmo allende los mares, y Rafael Ortiz, Mañungo, compuso un tema que puso a bailar a medio mundo, ese que dice: «Uno, dos y tres, que paso más chévere, el de mi conga es...».

Pero aquellos eran otros tiempos. Por eso ha sido recibida con un aplauso rotundo Añoranza por la conga, una pieza musical que en poco tiempo se ha convertido en la más popular de Cuba, y cuyo autor, Ricardo Leyva, director de la orquesta Sur Caribe, pero también compositor, orquestador, productor y cantante, acaba de alzarse con dos premios en la importantísima feria musical Cubadisco 2006.

En busca de las claves ocultas que han hecho revivir este ritmo y sacarlo de su ambiente original, con un timbre nuevo, moderno y pegajoso, Excelencias Especial Cuba conversó con Leyva, un hombre a quien los triunfos no le han hecho perder su serena sencillez.

Tres nominaciones en el evento más importante de la discografía en Cuba, y dos premios. ¿Satisfecho? Nosotros no trabajamos por los premios. Lo más importante es lo que tu agrupación represente para el pueblo: que se te acerque una señora y te diga que su nieto tiene dos años y solo sabe cantar Añoranza por la conga; que una muchacha operada de la cadera te diga:

Maestro, mi primer movimiento en la rehabilitación fue con su conga; que alguien te envíe una carta y te escriba: usted cambió mi manera de mirar a los tambores... Eso es lo que más vale para un artista.

«En Cubadisco se premió el diseño de Credenciales, el cual considero fabuloso, porque se trabajó mucho para lograr esa imagen negroide pero elegante.

Igualmente se premió el video clip, al cual despojamos de efectos especiales y cosas sofisticadas para priorizar los planos con esos rostros naturales, que parecen haber estado desde siempre esperando que alguien los descubra.

«No convocamos a nadie cuando se rodó Añoranza..., excepto a la Conga de los Hoyos. Se llegó con la cámara y desde el primer campanazo el barrio entero se tiró a la calle: las mujeres en bata de casa, los niños con palanganas en las manos, porque así es la conga de espontánea y pegajosa

«¿Sabes cuál es el mayor premio? Que los niños se hayan enterado por Añoranza... que existía un género de la música cubana llamado conga, que a gente de toda Cuba y de otras partes del mundo les haya pasado igual. No creo que la vida me dé otro elogio tan grande».

Con la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales de Cuba (EGREM) habían hecho tres discos. «Con tó», el primero, se convirtió en el más vendido en su momento.

Sin embargo, no es hasta «Credenciales» que Sur Caribe alcanzó la fama. ¿Por qué? Eso es algo curioso. Sur Caribe se fundó en Santiago de Cuba hace casi 20 años. Su nombre surgió por haber nacido en la bien llamada capital del Caribe.

Y es que quienes vivimos en las tierras bañadas por este mar tenemos una ritmicidad que va más allá de la música y el baile.

«Aunque ya grabamos tres discos con la EGREM en CD, antes habíamos hecho dos en casetes. El primero se llamaba Éxitos de Sur Caribe que, como su nombre lo indica, recogía los temas que habían pegado en la zona oriental de Cuba.

No obstante, es con los CD de la EGREM que nuestra obra comenzó a tener un alcance nacional e incluso internacional.

«De cada proyecto hemos extraído buenas y malas experiencias, aunque es verdad que el disco más reciente, Credenciales, rompió todos los pronósticos».

Creciste con la Conga de Alto Pino, la cual toma su nombre del lugar donde naciste.

¿Entonces por qué escogiste la Conga de los Hoyos para hacer Añoranza...? —Añoranza por la conga es un homenaje musical al aniversario 490 de la fundación de Santiago de Cuba. Soy de los que piensa que si de Son se trata, hay que pensar en Son de la loma; y si de Trova santiaguera, en Sindo Garay y Ñico Saquito.

Nosotros decidimos irnos por un género que no se había tocado en grande: la conga. Y como fue en Santiago donde se fundó la Conga de Los Hoyos, le debíamos también un reconocimiento a esa institución con más de un siglo de existencia, que ha estado en varias ocasiones nominada al Premio Grammy.

«Curiosamente en la grabación participaron también congueros de otras agrupaciones, pues este es un movimiento popular muy grande, que aúna a muchas familias y personas, donde tocan gente que no son músicos profesionales, que tienen sus oficios, pero a quienes los une el amor por la conga, y por eso no tienen a menos unirse a una insigne como Los Hoyos.

¿Lo de la conga en Credenciales fue casual o te has propuesto rescatar otros géneros «olvidados» de la música cubana? En Sur Caribe queremos velar porque no se pierda el abundante patrimonio cultural cubano. Yo creo en lo auténtico, en la conga, el changüí, el son, el danzón, el guaguancó, la rumba, el bolero... son géneros muy nuestros, que a veces los olvidamos.

«Algunos dicen: «para qué tocar un danzón si eso no lo baila nadie. Es música de viejos».

Quizá no lo baile nadie, pero es nuestra responsabilidad traerlo a estos tiempos y hacerlo que suene de una manera más contemporánea. Por eso en Añoranza por la conga trabajamos con la Sinfónica de Santiago de Cuba, buscamos hacer algo tradicional y a la vez contemporáneo, novedoso».

—Añoranza por la Conga habla de una mujer que está ausente y extraña a su gente, su ritmo… ¿Quién es Micaela? ¿Existe en verdad? —Micaela sí existe, pero no es ni una vecina, ni una conguera famosa, ni una muchacha que se fue para otro país. Micaela es mi orquesta, Sur Caribe, que después de estar casi 20 años en Santiago de Cuba se instaló en La Habana, e independientemente de los éxitos, del cariño y el respeto del público, sigue añorando su barrio, su gente, su conga.

«Todas las noches nos acostamos pensando en nuestras montañas, en las luces de la bahía de Santiago, en los amigos de allá. Incluso después de haber viajado al extranjero, de estar en Londres y tocar allí en el carnaval cubano durante tres días para 80 000 personas, sentimos todavía mucha más nostalgia por el lugar donde nacimos. Añoranza por la conga es una gran metáfora, es la añoranza por tus orígenes».

Ahora que Sur Caribe va a cumplir sus 20 años en el 2007, ¿qué planes tienen para celebrarlos? Actualmente tenemos varios compromisos nacionales e internacionales, y discográficos.

También empezamos a rodar un documental que habla sobre la historia de la conga y de Sur Caribe, dirigido por Isis Benavides, el cual queremos presentar en el venidero Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.

«Pero para nosotros son muy importantes las fiestas populares, porque hacer bailar a la gente es nuestra esencia. Por eso seguiremos tocando en ellas. Y también por eso la fiesta que hagamos en los veinte años será para todo el mundo. Queremos hacer un gran concierto donde vaya mucha, mucha gente.

¿Y en los próximos discos habrá algo similar a Añoranza por la conga? Hasta yo me pregunto si puede haber algo superior a eso. A veces creo que ese éxito es insuperable. Aunque sí hay cosas que mantener, conceptos que no se pueden cambiar: el respeto hacia el público, al cual no puedes defraudar.

Ese es nuestro reto, que es tan o más difícil que componer otro tema como Añoranza..., porque eso no se logra con otra conga u otro «hit» musical, sino con tu conducta como artista.

«No obstante, no puedo negar que estamos contentos. Hasta ahora la conga solo se bailaba en carnavales. Después se guardaban los tambores y hasta la próxima.

«Hoy la conga está de nuevo en la calle, entre los jóvenes, los niños. La tenemos en verano, en invierno, en la casa, en el auto, hasta en las discotecas, y eso para Sur Caribe es un gustazo».