UNA DE LAS MÁS RICAS LEYENDAS DEL MUNDO DEL AUTOMÓVIL, ES LA DEL INGENIERO FERDINAND PORSCHE. SUS AUTOS SIEMPRE FUERON FAMOSOS POR UNA U OTRA RAZÓN Y, TODAVÍA, TRAS 56 AÑOS DE SU MUERTE, LA MARCA PORSCHE SIGUE SIENDO SINÓNIMO DE UN EXCELENTE AUTOMÓVIL, TRADICIÓN CONTINUADA POR SU HIJO FERRY Y SU NIETO LEE PORSCHE. HOY LA FAMILIA PORSCHE ES LA MAYOR ACCIONISTA DEL GRUPO VOLKSWAGEN (AUDI, SKODA, SEAT, LAMBORGHINI). Y LA MARCA PORSCHE VENDE UNOS 50 000 AUTOMÓVILES CADA AÑO.

Nada ha podido derrotar la calidad de Porsche: ni los grupos financieros, ni la competencia, ni siquiera el tiempo. Ahora mismo, en la lista de los 10 autos más famosos del mundo, hay un Porsche. Y entre los autos ganadores de las más importantes competencias de velocidad del mundo, hay un Porsche. Todo automovilista de pura cepa, desea conducir al menos una vez en su vida, un Porsche.

Esta historia comienza el 3 de septiembre de 1875 en la ciudad de Maffersdorf, hoy República Checa. Por lo tanto, el nacimiento de Ferdinand queda desmitificado, pues no es austriaco ni alemán, sino checo. Pero qué importa donde haya nacido si hoy es admirado por el mundo entero. Como otros tantos, estudia ingeniería mecánica y se va a trabajar a Viena, capital de Austria. Con solo 26 años (1901), aparece entre las seis factorías que construyen automóviles en ese país con la marca Lohner-Porsche.

Y ya se ha hecho sentir: la firma Lohner-Porsche presentó el año anterior (1900) un automóvil revolucionario con motor eléctrico que resultó muy admirado. Desde sus inicios, Porsche no fue “del montón”. Sin embargo, como muchos otros su fábrica se arruinó y la firma terminó por desaparecer. En 1905 entra a laborar como diseñador en la firma Austro-Daimler, filial vienesa de la poderosa empresa alemana Daimler A.G.. Su trabajo destacado no pasa inadvertido y en 1923, cuando los banqueros germanos acosan a Paul Daimler (hijo del legendario Teófilo Daimler), llevan a Porsche como Director Técnico a la casa matriz en Stuttgart, Alemania.

Los banqueros que hicieron renunciar a Paul (que se fue a Horch, fabricante de autos rival), se basaron en el fracaso de los autos de competencia Mercedes en la carrera de Indianápolis (1923), Estados Unidos, y la caída de las ventas en ese importante mercado. Paul estaba trabajando en los motores sobrealimentados por compresor de aire, pero descuidó su puesta a punto. Contra el parecer de los banqueros, Porsche siguió los pasos de Paul (a quien admiraba por sus trabajos) con los motores sobrealimentados y al año siguiente (1924) ganó la carrera Targa Florio, entonces la más importante de Italia. Y Mercedes recuperó su prestigio.

Con ese aval, Ferdinand se dedicó a diseñar nuevos modelos deportivos de Mercedes. Así nace la serie S y luego los autos de competencia SS y SSK, los cuales se convirtieron en los carros más veloces del mundo en la década del 30. En 1926, las firmas alemanas Daimler y Benz se unen y comienzan a fabricar automóviles Mercedes-Benz. Pronto esta marca se convierte en la más importante de Alemania, y Porsche en el ingeniero más famoso. Tanto que Adolfo Hitler lo manda a buscar en 1933 para que construya el “Auto del Pueblo” (Volkswagen). En Berlín, Hitler le dicta a Porsche sus exigencias para este automóvil. Consumo: 7 litros por cada 100 km, velocidad: 100 km/h, costo: no más de 1 000 marcos, capacidad: 5 personas (dos mayores y tres menores).

Porsche comentó: el “füher” no necesita un ingeniero, le hace falta un mago. Un auto así era prácticamente imposible en esa época. No obstante, Porsche regresó a Stuttgart para comenzar a trabajar con la colaboración de su hijo Ferry. En enero de 1934, Porsche presentó con su firma los primeros diseños y cálculos, pero el costo no bajaba de 1 550 marcos. Hitler enfureció y sentenció: dije mil y serán mil marcos lo que cueste. Le dio 10 meses de plazo a Porsche y le asignó a su firma 20 000 marcos mensuales para gastos. Porsche tenía alguna experiencia, pues ya venía manejando la idea de un auto del pueblo y había trabajado en 1931 con la fábrica de motocicletas Zundapp y, luego, con la fábrica NSU, de motos también. Pero la meta del “füher” era imposible.

En 1937 Porsche tenía un prototipo aceptable. El motor era fabricado por BMW, de cuatro tiempos y cuatro cilindros horizontales opuestos. La carrocería la hizo NSU. Lo probaron 50 000 km con buenos resultados. Pero aún era muy caro. Finalmente Hitler decidió construir los primeros 30 Volkswagen en la factoría de Daimler-Benz. En 1938 se inició la construcción de la futura fábrica Volkswagen en la localidad de Wolfsburg, pero la Guerra detuvo toda construcción y la producción de vehículos se dirigió a la empresa bélica. Porsche se vio obligado a diseñar y fabricar el carro de combate Tigre. Pero Hitler terminó por pelearse con Porsche y éste tuvo que huir. Finalizada la Guerra en 1945, fue juzgado en Francia por colaborar con el régimen nazi, pero resultó absuelto.

Con 70 años, cansado pero no vencido, regresó Ferdinand Porsche a Stuttgart, reorganizó su firma y comenzó a producir automóviles deportivos en Gmund. El primero (1947) fue el Porsche 356, cuyo motor se basó en los estudios hechos para el Volkswagen, pero sin restricciones de potencia, velocidad y precio. Los automóviles Porsche comenzaron a ganar carreras y a fomentar fama de potentes, seguros y fiables, todo lo cual se mantiene hoy día. Finalmente, con poco más de 75 años, Ferdinand Porsche falleció en 30 de enero de 1951.