En el principio fue la rueda. Siglos después apareció un instrumento formado por ruedas y un habitáculo central, que permitía el desplazamiento de personas. Así surge el concepto de vehículo como medio de transporte, y a medida que se multiplicaban, aparecieron los problemas que tenían que ver con los derechos de paso.

En la tragedia clásica «Edipo Rey», escrita hace 2 500 años, Edipo mata a su padre a raíz de una discusión sobre derecho de paso en un cruce de caminos.

Los romanos, por su parte, construyeron una red viaria de gran extensión para el desplazamiento de la población que contara con vehículos. A fin de hacerlo más ordenado, cómodo y rápido, diseñaron un código de señales de tráfico. Una de ellas, la que hoy conocemos como «PARE», era representada por la figura del dios Hermes con el brazo en alto.

En España, en época de Isabel la Católica, los carreteros que causaban accidentes por conducir ebrios, tenían que pagar una multa. En 1767, el Rey Carlos III estableció multas a los infractores que circulaban por el camino de Madrid a Aranjuez, destinándose los ingresos a reparar la importante ruta.

Ya en la época moderna, la primera señal de «PARE» se diseñó en Alemania, en 1892, y causó gran pánico entre los viajeros, pues consistía en una calavera metálica que se iluminaba en la noche.

El desarrollo del transporte terrestre autopropulsado en el siglo XIX con el uso de la máquina de vapor inició una nueva era de viajes más rápidos. El Reino Unido fue el país donde se dictó la primera Ley de Tránsito en la historia del automóvil, conocida como «Locomotive Act», que empezó a regir en 1836.

En las primeras décadas del siglo XX los vehículos eran capaces de desarrollar velocidades cada vez más altas, y la producción en serie elevó cada día más su número, por lo que se hizo impostergable la necesidad de desarrollar elementos de seguridad para evitar accidentes. De ahí surgió el Código de Vialidad y Tránsito, que tiene como instrumento indispensable la Señalización Vial.

La señales viales se clasifican en Verticales, Horizontales, Luminosas, Transitorias, Manuales y Sonoras. Entre las Verticales las hay de Reglamentación, Prevención e Información.

Las primeras indican limitaciones o prohibiciones, son generalmente de forma circular, aunque algunas, como la de «PARE» es octogonal y la de «CEDA EL PASO», un triángulo equilátero invertido. Cuando están atravesadas por una banda diagonal roja, prohíben. Cuando no la tienen, obligan o restringen.

Las segundas avisan de antemano sobre la proximidad de una circunstancia o variación de las condiciones de la vía que puede resultar sorpresiva o peligrosa para el conductor.

Y las terceras no transmiten órdenes ni previenen, salvo que contengan señales reglamentarias o preventivas, por lo que carecen de consecuencias jurídicas, pues están destinadas a identificar, orientar y hacer referencia a lugares, servicios o cualquier otra información útil para el viajero.

La señalización vial resulta de vital importancia para todos los que transitan por la vía pública, sean conductores, viajeros o peatones, y tiene un alcance universal.