Viaje a la ciudad perfecta en la tierra más hermosa…
Holguín lo tiene todo para cautivar a sus visitantes. La ciudad capital de esa provincia del oriente cubano, la tercera más grande del país, con más de un millón de habitantes, sobresale por su ordenamiento urbano y sus calles que siempre nos llevan a un parque donde encontrar sombra y reposo.
La rica tradición cultural e histórica encuentra en su gente amable y educada, el ingrediente más atractivo para encantar a los turistas con un trato amistoso y una sonrisa.
Don Francisco García Holguín, guerrero en la conquista de México, puso bajo la protección de San Isidoro el caserío de indios y unos pocos españoles que reunió para poblar las tierras recibidas en Cuba como merced real en 1545, en premio a sus hazañas. Su apellido materno terminó por darle nombre al poblado y al territorio circundante, un lugar óptimo para el descanso activo.
Aunque surgió mucho después de las primeras 7 villas coloniales, para 1752 se convirtió en la cuarta población cubana que recibió la condición de ciudad. Albergaba 1 291 personas blancas y 135 esclavos. Contaba con 211 casas, una escuela pública y un trazado urbano perfecto que llegó hasta nuestros días y la consagró como “la Ciudad de los Parques”.
Situada a 743 km al este de La Habana, en el norte de la región oriental de Cuba, a Holguín llegan anualmente decenas de miles de turistas. La mayoría repiten, una y otra vez, apegados a sus paisajes y las mil maneras de disfrutar un ambiente seguro, sano y de gran riqueza cultural.
Muchos visitantes foráneos llegan en vuelos directos al Aeropuerto Internacional Frank País, al que vuelan numerosas aerolíneas, en particular de Canadá, Gran Bretaña y Alemania, entre otras naciones. Los que vienen por mar en sus propias naves pueden atracar en la marina internacional de Puerto de Vita, con 38 atraques, servicio de prácticos y remolque, buró de turismo, alquiler de barcos y tripulación, entre otras propuestas.
Desde La Habana también se puede viajar a Holguín por avión, en vuelos regulares. Sin embargo, recorrer en automóvil los casi 750 kilómetros que separan la capital cubana de la Ciudad de los Parques apenas toma unas pocas horas. Para ganar tiempo se debe aprovechar el tramo más rápido y seguro de la Autopista Nacional hasta Sancti Spíritus (386 km). De ahí el viaje prosigue por la Carretera Central, una vía más estrecha y lenta, pero a través de un territorio llano y sin obstáculos.
Por algo Holguín es el tercer polo turístico del país, después de La Habana y Varadero. En la actualidad dispone de 5 419 habitaciones en hoteles de tres, cuatro y cinco estrellas. También es posible alojarse en una de las tantas casas particulares destinadas a la renta, con excelentes condiciones.
La ciudad vibra cada año durante las Romerías de Mayo, una espectacular fiesta de la Cultura Iberoamericana. Una vez aquí hay que subir 458 escalones para disfrutar la formidable panorámica que ofrece desde sus 261 m de altura la Loma de la Cruz, un sitio de leyenda.
Otro recorrido indispensable incluye la plaza y el parque Calixto García, la catedral de San Isidoro, el teatro Eddy Suñol, las casas de cultura y de música tradicional cubana, y los museos, como La Periquera en el centro de la urbe. La hotelería ofrece sitios con un particular encanto como el Pernik, El Bosque y el Mirador de Mayabe.
En ruta por el litoral norte, a 78 km, aparecen el megahotel Playa Pesquero, con 1 000 habitaciones, de ellas 56 con Servicio Real, recién inauguradas. Más adelante, los hospedajes Playa Turquesa y el Costa Verde. En la misma línea costera se encuentra Esmeralda, un balneario de lujo donde deslumbra el Paradisus Río de Oro, merecedor de varios premios internacionales. En la propia franja turística descuella el Sol Club Rio Mares-Luna y un poco más al oriente el Brisa y el Club Amigo Atlántico, en el corazón de Guardalavaca. Más adelante, en la preciosa ciudad colonial de Gibara, sede del peculiar Festival Internacional de Cine Pobre, aguarda el recién construido hotel Ordoño.
Muy cerca hay otros puntos de interés como el cementerio indígena y la Aldea Taína de Chorro de Maíta, el mayor sitio arqueológico de la cultura caribeña. También se puede llegar hasta Bariay, el punto donde desembarcó Cristóbal Colón.
Los visitantes de Holguín pueden trasladarse por carretera a otros senderos para disfrutar la naturaleza, su fauna y flora, en sitios como Pinares de Mayarí , a unos 700 m de altura, entre sierras, donde cae el mayor salto de agua del país: El Guayabo.
Holguín fue tradicionalmente una potencia agropecuaria, pero en la actualidad es además una importante región industrial de Cuba, que aporta el 20 % de los ingresos económicos del país por concepto de exportaciones, debido a sus yacimientos de níquel asociado con cobalto a cielo abierto, considerados los mayores del mundo, los que son procesados en una fábrica radicada en Moa.
Hermosa, con abundantes riquezas naturales y una población culta, alegre y abierta al mundo, la oriental provincia de Holguín y su capital, la famosa Ciudad de los Parques, posee todos los encantos y atributos para brillar con luz propia y seducir a todo el que se sumerge en sus playas o se adentra en algunas de sus deslumbrantes zonas montañosas, que hoy como cinco siglos atrás hacen exclamar a sus visitantes: tenía razón Colón, esta es la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto.