El Corazón de la Estepa Castellana
SITUADA entre León y Burgos, descubrir esta increíble llanura es un camino que nos adentrará en zonas donde la historia ha vivido gran parte de sus días. La mayor concentración de monumentos románicos de Europa está aquí. Desde pequeñas ermitas que parece que siempre formaron parte del paisaje, hasta grandes conjuntos monásticos, crean una provincia en la que podrás encontrar la mejor lección de arte románico del mundo. Tres zonas fundamentales pueden dar una visión mejor de lo que es Palencia, con increíbles "páginas de cultura, arte e historia". Siguiendo el Camino de Santiago encontramos la montaña Palentina (norte) y el sur, alrededor de la ciudad de Palencia.
La zona más castigada por los rigores del clima y donde sus tierras áridas y secas son de repente bañadas por el agua de los ríos, arroyos y canales que las convierten en pequeños oasis, es el Camino de Santiago.
Mucho más que un simple espacio geográfico donde nacieron y crecieron pueblos, villas y ciudades. El Camino de Santiago se forma de la hospitalidad de las gentes que habitaban estos parajes y que ofrecían aunque sólo fuese una sonrisa a las personas en tránsito. Poco a poco fueron recibiendo el movimiento económico de una ruta mercantil y con él, el ingenio de los hombres que con sus obras de arte cincelaron un camino que se ha convertido en el "Primer Itinerario Cultural Europeo" y "Patrimonio de la Humanidad".
Arte que se ve y arte sobre el que se camina. Nuestro recorrido por tierras palentinas comienza cruzando uno de los más bellos y largos puentes que existen en la Ruta Jacobea: "Puentefitero", que sirve de límite entre las provincias de Burgos y Palencia y con sus doce ojos peina las aguas del río Pisuerga. Siguiendo la ruta empezaremos a encontrarnos con los pueblos en los que se esconden construcciones de gran valor artístico e histórico.
Boadilla del Camino, un alto en el camino imprescindible. Aquí se conserva, entre otros monumentos, un rollo jurisdiccional gótico del siglo XV que junto a la iglesia sirvió para exponer a los reos atados a una argolla de hierro. Hoy en día es uno de los hitos más visitados de esta zona junto con la Iglesia Parroquial de tres naves, que cuenta con algunos restos románicos en la zona de la torre y un destacado retablo de gusto italiano del siglo XVI que compite en importancia con la pila bautismal del siglo XIII, que sobre doce columnas se alza como una excepcional obra de arte. Recorriendo las sirgas del Canal de Castilla y dejando atrás Boadilla llegaremos a Frómista, conocida como "Villa del Milagro". Con templos de diversos estilos que conocer, es imprescindible, visitar el de San Martín, uno de los mejores ejemplares románicos de cuantos existen en el mundo y donde se puede apreciar con detalle la perfección del románico. No hay que dejar este lugar sin admirar las 24 tablas castellanas de influencia flamenca que pertenecieron a la Iglesia de Nuestra Señora del Castillo, y que ahora se encuentran en la Iglesia Parroquial de San Pedro (s.XV).
Carrión de los Condes fue, en el medioevo, lugar próspero que atendía a los peregrinos medievales con abundantes viandas. Uno de los enclaves más destacados del Camino de Santiago Palentino y ciudad muy determinante de la meseta norte en los siglos románicos. Contaba con doce parroquias y doce mil vecinos, ya que era capital del célebre Condado de los Beni-Gómez y residencia de los afamados infantes de Carrión, así como de ilustres literatos como el Primer Marqués de Santillana o el Rabí Dom Sem Tob.
Hoy es un punto destacado del camino donde peregrinos y turistas quedan sorprendidos, en primer lugar, al visitar el Real Monasterio de Santa Clara, fundado sobre un palacete cuya estructura conserva una arquitectura típicamente castellana, y ante el friso de la Iglesia de Santiago (finales del s. XII). Este espectacular pórtico nos muestra la plenitud de la escultura románica y nos da un pequeño adelanto del arte que podremos encontrar en el Pórtico de la Gloria, en la meta Compostelana.
Recorrer el Camino de Santiago a su paso por Palencia es la oportunidad para encontrarse a sí mismo rodeado de historia y arte, sorprendiéndote a cada paso del camino por sus gentes, sus monumentos y sus leyendas.
Limitando con León, Cantabria al norte y al este con Burgos encontramos una zona privilegiada con multitud de recursos culturales, naturales, deportivos paisajísticos y turísticos: la montaña palentina. Dividida en cuatro zonas concretas, cada una de ellas tiene diferentes maravillas que enseñar al viajero.
Fuentes Carrionas es un espacio insólito en el que se yerguen los más altos picos de la montaña palentina y donde nace el río Carrión, que cruza la villa dibujando un gran valle para el asentamiento humano. Espacio codiciado por su riqueza de bosques de roble y haya, por sus excelentes pastos y por la calidad y cantidad de caza y pesca. Un entramado de pueblos y un rosario de sueños ancestrales en los que rutas como el Valle de San Quince o el Alto de Torales otorgan al paisaje una belleza singular, quizás mágica.
La Peña constituye el centro de la montaña palentina y es frontera entre Cantabria y la meseta. El ser el punto más alto la convierte en un signo territorial que tiene tanta fuerza en el espacio de la Sierra del Brezo, que hasta los pueblos llevan su apellido: Santibáñez de la Peña.
Una zona en la que perderse para descubrir, por ejemplo, los páramos de Cordón de la Peña, los restos del Monasterio de San Román de Entrepeñas, los tejos de Tosande, la "berrea" de los ciervos en celo, el fantástico gótico de Pisón de Castrejón y Traspeña de la Peña y tantas cosas más.
La Braña está formada por pueblos que en los años cincuenta llegaron a su mayor esplendor al descubrir que bajo sus pies se encontraban las poderosas vetas de carbón que la transformarían en un sitio privilegiado llegando a los 9.000 habitantes. Pies que también caminaron y caminan por tramos enlosados de la calzada romana que discurre por Salcedillo y Somahoz. Valles con una envidiable variedad de cromatismos y texturas que recogen miradores naturales de un paisaje digno de ser admirado por largas horas. Campoo, la parte más baja de la montaña, tiene una belleza especial capaz de deslumbrar a quien lo contempla. Zona geográfica de transición entre Cantabria y Tierra de Campos, donde la historia y la naturaleza son protagonistas. El peso histórico y artístico está en Aguilar de Campoo o Ruta de los Monasterios, donde la presencia de casonas y palacios con profusión de heráldica acreditan una historia política y social fuera de lo normal rodeada por cinco de los monasterios más apreciados del arte palentino.
En Moarves de Ojeda podremos contemplar la bella portada de su pequeña iglesia con un friso muy bien conservado que nos muestra las cotas de elegancia que puede alcanzar el románico popular.
Un arte con el que el paisaje parece que quiere competir, pero que alcanza su mayor esplendor entre Pomar de Valdivia y Gama. Lugar en el que el agua se ha entretenido a lo largo de miles de años creando una singular tarea de esculpido. La Cueva de los Franceses es uno de sus frutos. Un mágico mundo de estalagmitas y estalactitas que pueden recorrer alrededor de los quinientos metros.
Las tierras del Sur ofrecen algunos de los monumentos más singulares de todo el recorrido. La primera construcción de la región castellana, la cripta de la Catedral de Palencia, que data del año 1035. La Parroquia dedicada a Santa María la Mayor, cuya torre es una de las más recias de la región. El Monasterio Cisterciense de San Isidro, de portada, planta y volúmenes románicos.
Palencia es una provincia para descubrir y con la que sorprenderse. Con muchas maravillas constructivas e históricas, de las cuales aquí sólo hemos hecho una pequeña reseña. Un lugar mágico en el que la historia nos brinda la oportunidad de recorrer, cogidos de su mano, los rincones por los que han pasado, durante siglos, desde reyes y altos mandatarios a gentes sencillas que intentaban encontrarse a sí mismos, y lo que dejaron a su paso fue un mundo de leyendas y arte para que otros pudieran contemplarlo y completarlo con su paso por el corazón de la estepa castellana, Palencia.