LAS ALPUJARRAS “Suspiros moriscos en el corazón de Andalucía”
En La Alpujarra, el elemento inicial que forma parte de muchas palabras árabes (al-), se nos irá apareciendo constantemente a lo largo y ancho de este bello recorrido. Va desde lo alto del Mulacén hasta la costa mediterránea, empapando los marjales de los valles, y serpenteando los numerosos caminos helicoidales por los cuales tendremos que viajar. Se trata de un lugar que, cada vez más, atrae a infinidad de viajeros y turistas procedentes de todos los rincones del planeta.
Los moriscos habitaron estas tierras alpujarreñas hasta principios del siglo XVII, marcando a la vez su fisonomía, sus tradiciones y su cultura, algo que ha hecho que perduren tanto tiempo, llegando hasta nuestros días. Si el árabe se rastrea en el español por este elemento minúsculo, en La Alpujarra (Albuñol, Alfornón, Alcazar, Almegijar...e incluso Alpujarra), no existe ni un sólo rincón en el que los musulmanes no hallasen asentamiento y en el que no dejaran la impronta de su espléndida cultura. El final de la civilización árabe nos lo indican las múltiples ermitas y las filigranas que los alpujarreños consiguen con las chacinas procedentes del animal grandioso, pero herético.
Visitar sus casi 60 pequeños y hermosos pueblos es toda una aventura, pues aunque la carretera se encuentra en bastante buen estado, existen algunos lugares que tienen un acceso algo más complicado, aunque no por ello difícil a la hora de llegar. La Alpujarra occidental cuenta con varias puertas de entrada para poder visitarla, delimitadas todas ellas por los cuatro puntos cardinales, aunque posiblemente sea la que comienza por el Este la más concurrida, bonita e interesante.
Nos referimos a la que parte de la ciudad de Granada, y discurre por la carretera N-323, con dirección a Motril. Una vez que hemos visitado la ciudad de La Alhambra, declarada Patrimonio de la Humanidad desde hace ya muchos años, y después de contemplar desde sus alturas gran parte de la Sierra Nevada, podremos partir hacia la famosa población de Lanjarón, una de las ciudades balneario más antiguas de España.
La ruta comienza a poco más de 45 kms. de Granada y atraviesa una serie de pequeños pueblos de gran belleza como son Órgiva, Lanjarón, S o p o r t u j a r, Pampaneira, Bubión, Capileira, Pórtugos, Trevélez, Laroles, Berluches, y un largo etcétera de otros igual de bonitos e interesantes.
Antes de introducirnos de lleno en La Alpujarra occidental es obligado pasar por el Puerto del Suspiro del Moro, donde se recuerda aquella frase histórica que muchos tuvimos que aprender en las escuelas, en la que Aixa, madre de Boabdil, último rey moro de Granada, sentencia a su hijo diciéndole: “Llora como una mujer lo que no has sabido defender como un hombre....”. Continuamos por la misma carretera hasta el desvío de Bezhar, donde tomaremos la C-333, para llegar a Lanjarón, una de las ciudades balneario más famosas e importantes de España. Aquí podremos admirar sobre una escarpada montaña de difícil acceso el Castillo de Lanjarón, del siglo XVI, cuyo emplazamiento resultaba inmejorable ya que dominaba el camino de entrada a La Alpujarra, así como el acceso a la capital granadina.
Y, después de haber bebido un “medicinal” vaso de agua, por aquello de que nos puede curar alguno de nuestros pequeños males, en su famoso balneario, continuaremos hasta Órgiva, capital de La Alpujarra Alta granadina, a donde la gente de los cortijos acude cada semana a comprar y vender todo aquello que es susceptible de someterse a intercambio. Esta población, en la que destacan las torres de su iglesia de Parroquial de Ntra. Sra. de la Expectación, se encuentra situada en la margen derecha del río Guadalfeo, sobre un espléndido valle de origen cuaternario,poblado de olivares centenarios.
Retrocedemos algunos kilómetros por la misma carretera que hemos venido para girar a la derecha y tomar la carretera GR-421, hasta llegar a Soportujar, un simpático pueblo serrano repleto de casas típicas con callejones estrechos, mesones, restaurantes, galerías de arte e infinidad de tiendas para el turismo. Un poco más arriba se encuentra Pampaneira, con edificios blancos repletos de balcones que están cuajados de flores que representan un signo de identidad de las poblaciones alpujarreñas. Seguidamente se llega a la villa turística de Bubión, de edificios grises, de tipo serrano, con terrazas y chimeneas humeantes en esta época del año.
Un poco más arriba nos topamos con Capileira,cuyas cercanas montañas son ideales para hacer algún que otro recorrido a pie, como el que lleva hasta el refugio de Poqueira, desde el cual se contempla una de las más bellas panorámicas de Sierra Nevada.
Y, con un poco de suerte podremos divisan los picos más altos de la península Ibérica: Mulacén y Veleta. Ya en lo alto de esta ruta se llega a Trevélez, el pueblo-atalaya de España, situado a 1.476 m. sobre el nivel del mar. Se trata además de uno de los principales puntos de reunión para los jóvenes que armados de valor y forma física, realizan excursiones por esas montañas.
En los secaderos de este pueblo, el frío se encarga de poner a punto los famosos jamones que llevan su nombre. Si continuamos hacia el Este, pasaremos por un pequeño puente sobre el barranco del río Trevélez, con dirección a Laroles. Desde este punto podremos regresar al inicio de esta ruta, es decir a las localidades de Órgiva y Lanjarón, por el camino del sur, o bien girar a la izquierda para cruzar el Puertode la Ragua con dirección a Guadix, desde donde podremos proseguir este maravilloso viaje por tierras de Andalucía.