Revolucionario por excelencia, pocos han sido los artistas que con tanto ingenio han desarrollado una obra inagotable en su diversidad, aun a los ojos del nuevo milenio. Roberto Sebastián Matta llegó al arte como quien apuesta la vida. Tanto es así que la idea del artista como dador de luz que emerge del “desarrollo de la imaginación creadora, de una inteligencia que pueda servirse de la imaginación poética, de la imaginación subversiva, de la imaginación erótica incluso”;1 lo animó a cambiar los planos y la arquitectura por la pintura, la gráfica, el objeto.

Y es que para este pequeño-gran hombre/artista, la libertad y plenitud creativa solo podía alcanzarse al luchar “contra sus tiranos interiores: la hipocresía y el miedo”. ¿Qué son si no sus búsquedas dentro del contexto del surrealismo, aquellas que lo llevaron a interrogar la “realidad” con ojos frescos, perspicaces? Este chileno de nacimiento y universal por (ad)opción, fue también un comunicador que gustaba de transitar por el lenguaje como quien penetra en las esencias: del campo visual al oral, de ahí a la escritura.

La palabra como territorio a conquistar desde el juego etimológico, con humor y sabiduría, está presente en muchas de sus obras. De esta forma, la conjunción del texto y la imagen en algunos de sus dibujos y propuestas gráficas, puede verse como parte de un interés que lo llevó también a explorar el universo del libro –como objeto artístico, como lugar para la comunicación, la creatividad, el disfrute y el conocimiento.

La propuesta de homenaje que Casa de las Américas rinde al centenario del artista, a través de la exposición Matta: del arte al libro,2 forma parte de las celebraciones que han venido realizando diversos museos del mundo.3 La Casa, que ya en 2006 había dedicado todo un año a la obra de este artista,4 amigo entrañable de la institución y de Cuba, no quiso pasar por alto tan importante aniversario, y para ello seleccionó un conjunto de obras que exploran el campo del libro-objeto (de arte) –también conocido como “libro de artista”.

Si bien es cierto que todo lo que se propuso explorar en el arte, Matta lo llevó a cabo, no nos asombra descubrir ángulos siempre nuevos desde los que disfrutar su obra. La singularidad de cada ejemplar seleccionado en Matta: del arte al libro evidencia los caminos que transitó, así como la diversidad de referentes literarios que lo inspiraron: de Cervantes a Antonin Artaud, pasando por Rabelais, o sus contemporáneos Alain Jouffroy y Daniel Ponmerculle.

Igualmente, en el volumen Come detta dentro vo significando (1962), Matta lanza sus interrogantes al jugar también él con las palabras (“Venus de-venus”, “Conscience-fictions”), sugiriendo significados intrínsecos, escondidos entre sílabas, esperando emerger para iluminarnos. Este libro-objeto ilustrado con un conjunto de aguafuertes de gran belleza, semeja una mirada interior que el artista dirige tanto en el texto como la imagen hacia el espacio, interior o imaginado. De hecho las figuras representadas flotan etéreas, inmóviles, cual naves espaciales de un universo por descubrir, esperando algo que las impulse. Todas parten de un imaginario cuyos antecedentes es posible rastrear en sus obras Intronautas (1965) y Emospheral (1973), o en la serie Oro (1965).

La muestra incluye también rarezas bibliográficas como la miniatura litográfica El Ingenioso Hidalgo Don Quixote de la Mancha (1991), en la que Matta apunta: “(…) La verité on la trouve dans les détails, entre les lignes, dans les plis. Don Q. se plie en 8 pour vous la faire voir”. En la obra, el artista chileno utiliza la forma del libro-acordeón de bolsillo para, a través de pequeñas litografías a color y en escenas –como las historietas o cómics–, contar “entre líneas” algunas de las hazañas del héroe literario universal. De la misma manera, es posible apreciar la magnificencia del gran formato de un ejemplar como La Araucana (1978), en el cual la iconografía del artista se nutre del texto y a su vez lo enriquece. En efecto, las litografías comparten protagonismo con el canto primero del poema homónimo escrito por Alonso de Ercilla y Zúñiga en 1569,5 dotándolo de color, vibrando al unísono, para hacer más cercano el tono solemne del texto escrito en español antiguo.

Por otro lado, en el volumen Garganta Tua (1981) Matta explora tímidamente lo que los especialistas denominan “ingeniería de papel” –recursos por medio del cual un creador hace emerger una estructura de papel entre dos páginas–, con un resultado visual atractivo e ingenioso, aunque puntual, sobre todo para quien como él se acercaba por primera vez a esta técnica. Otra vez el juego de palabras y el humor para homenajear a uno de los grandes de la literatura mundial: François Rabelais y su Gargantúa y Pantagruel.

Sin embargo, Matta quiso explorar más la morfología del libro-objeto cuando concibió el volumen L´abolition de l´art (1968). Aquí retoma la idea de los códices antiguos y la fusiona con la tira cómica o historieta, creando un tipo de objeto de arte que apela a la imaginación del espectador para comprender la “historia” contada. Historia que, en dependencia de dónde se ubique el visitante y cómo interactúe con la pieza, puede entenderse a través de personajes que “reflexionan” o no sobre sí mismos, o al descubrir pistas aquí y allá que nos guían en el significado –letras escondidas en los dibujos que llegan a formar el mensaje: “… un code réel. Un coup…”–, generando nuevas interrogantes acerca del papel del arte en la sociedad, su poder sobre los “otros”.

Extendido cual pliegos de un libro en los muros de la galería, cada volumen dialoga con el espacio de una forma natural, especial. De hecho, la curaduría –a cargo de la conservadora y restauradora Yoani Rivera Víctores–, no presupone un orden cronológico, sino que intenta poner de relieve aspectos y figuras característicos de cada ejemplar que van llevando al espectador a adentrarse en siglos de historia y cultura en un corto período de tiempo. Al reproducir en gran formato una de las imágenes (Come detta dentro vo significando) con elementos tridimensionales, o en la sorpresa de encontrar algunos de los personajes “habitando” con alegría igualmente en el papel y las paredes de la galería, nos invita a seguir, a buscar otra visión del mundo.

Matta: del arte al libro en el vórtice, ahí donde la creación, lo lúdico y el saber se funden para explorar y recorrer el vasto universo de la Cultura (con mayúsculas), la que este creador profesó y supo cultivar en los demás.