La Habana es una ciudad llena de magia, portadora de numerosos encantos, que apuesta por su propia realización. De ahí que siga viviendo dignificada, preservada por sus propios habitantes. Esa es la imagen que ofrece la capital cubana a los participantes en la Feria Internacional de Turismo de Cuba, que realiza su vigésimo quinta edición -antes con el nombre de Convención-, este año en el Parque Morro Cabaña de La Habana, del 10 al 13 de mayo.

La cita se erige como sumamente importante, si partimos de que Cuba tiene en la llamada industria del ocio a su principal fuente de ingresos, estimados en alrededor de dos mil millones de dólares anuales. Los encantos naturales de la Isla y la seguridad para el turista, unidos a una infraestructura hotelera y extrahotelera confortable, llevaron a que por primera vez el pasado año el país superara los dos millones de visitantes. Para el 2005 se aspira a que esa cifra crezca y se totalicen dos millones trescientos mil turistas.

Sin dudas, la feria influye igualmente en el logro de ese crecimiento, ya que constituye el marco ideal para que se presenten productos turísticos tan sugerentes como la propia Habana y Santiago de Cuba. China y Francia asisten como invitados de honor a la cita, en la que se valora el crecimiento que va alcanzando el gigante asiático como emisor de turistas a la mayor isla de las Antillas, en tanto Francia sigue ubicado en lugar preferencial entre los emisores europeos.