El Carnaval es un tema recurrente cuando hablar de simbiosis de diversión y cultura se trata. El de La Habana tiene una historia como para entusiasmar al más exigente de los investigadores. Uno de ellos, el ya fallecido Helio Orovio, en su ensayo El carnaval habanero, expresó refiriéndose a este: «Sin duda, el carnaval, la conga, la comparsa, con toda su riqueza y colorido, están imbricados en la médula cultural del caimán sonoro».
En días en que se prepara la edición del 2018 de esta fiesta de fiestas, fui en busca del director artístico Efraín Sabás, quien con más de veinte años de experiencia maneja los hilos de estas y otras celebraciones. Me recibe un sábado en su oficina de la empresa donde se gesta la principal celebración de la capital habanera. Para él, un día más de trabajo.

Perteneces a una generación que nació en la época de oro del Carnaval de La Habana. ¿Qué evocación sentimental te produce hablar de ello?
Tuve la suerte de pertenecer a una familia a la que le gustaban los carnavales, y de niño siempre me traían y nos sentábamos en los palcos a disfrutar el paseo. Una de las expectativas era, por ejemplo, ver con qué vestuario arrollaban Los Guaracheros de Regla, con qué lujo salían las comparsas y las carrozas. Estas últimas, en su mayoría, la hacían los sindicatos, que competían entre sí por sacar a la calle la más sobresaliente. Había mucho esplendor.
La vida me trajo a dirigir la parte artística de los Carnavales, y es lógico que uno sienta nostalgia de aquella época tan esplendorosa. Ahora todo es más difícil. Pero tenemos el interés de irlo recuperando. Ya hemos logrado la incorporación de orquestas de primer nivel a las carrozas, diseños de mejor calidad, una estructura artística en función del Carnaval…
Yo llamo a todo aquel que hable de los carnavales actuales a que venga a verlo desde dentro. Nadie sospecha el trabajo que pasamos para echarlos adelante.

¿En qué medida se ha tratado de rescatar las tradiciones de una fiesta tan importante para la identidad nacional?
Tuvimos una época en que no hubo carnaval en La Habana, solo el resto del país continuó la tradición. En el 2012 se decide recuperarlos. Y esa inactividad hizo daño. Fíjate que en ese año muchos palcos estuvieron vacíos, la gente no asistía. Hoy es diferente: desde el primer día que se comienzan a ofertar las capacidades, se vende el Carnaval entero. Claro, en una ciudad de dos millones de habitantes, más todo el que viene de visita, qué son siete mil personas sentadas en un tramo todavía pequeño. Pero son más cada año los que creen en nosotros y asisten con su familia.
Si queremos rescatar algo tan tradicional y tan popular como el Carnaval se hace imprescindible retomar el concurso para escoger la Estrella y los Luceros, es el reclamo mayor que nos hace la población. Y es indiscutible que eso forma parte de la identidad cultural y de la tradición del Carnaval de La Habana.

¿No conspira también el que los Carnavales no tengan fecha definida?
Muchísimo. La fecha original, febrero, se cambió hace muchos años, y luego se volvió a cambiar la de julio. Que terminemos un año y no podamos dar la fecha del próximo es fatal, porque se supone que el Carnaval sea fuente de exportación, de dar a conocer nuestra cultura, y no puedes atraer público y artistas del extranjero si no puedes ofrecerle seguridad en una fecha, porque una tradición comienza desde ahí.

¿Puede convertirse el turismo en elemento insoslayable para el sostén económico del Carnaval habanero?
Hace poco tuve la experiencia de ir a Italia, nos invitaron a un carnaval en una ciudad que se llama Fano. Es el más antiguo de Italia, se celebra desde 1340. No imaginas el impacto de que hubiera una representación artística cubana, fue un atractivo tremendo, todas las emisoras querían entrevistarnos.
El Carnaval de La Habana es un referente para muchos carnavales del mundo, y eso tenemos que concientizarlo. Cuando seamos capaces de respetar una fecha y de vender el Carnaval como producto cultural y turístico, indiscutiblemente podremos sufragar muchísimos de los gastos que genera, porque es una celebración muy cara.

¿Qué puede esperar La Habana de su Carnaval en el aniversario 500 de la villa?
El Carnaval de los 500 se comenzó a preparar desde el 1ro. de septiembre. Fue una decisión tomada por el Gobierno de la ciudad y la Dirección Provincial de Cultura. Se convocará a un coloquio para que los estudiosos y todos aquellos que amen las tradiciones culturales nos sentemos a hablar sobre el Carnaval que fue, el que es y el que será.
Queremos que en el 2019 artistas de todo el país le tributen a la capital, e invitaremos también a algunos de los principales carnavales del mundo. Más que una meta, es un reto. Será un punto de partida para lograr el Carnaval que deseamos y tanto merece la población.