- Oscar Bento. Paisajes infinitos
En una visita reciente a Madrid pasé casualmente por la calle Zorrilla y vi una galería de arte de la que no tenía noción, y eso que se encuentra muy cerca del Museo Thyssen. Se trata de B&B Arte Contemporáneo. Obviamente no dudé en entrar en ella, no tan solo por el hecho de que mi obligación como crítico de arte es conocerla, sino porque me llamaron la atención las pinturas y esculturas que se podían observar desde la calle, gracias a unos amplios ventanales que permiten visualizar lo que acontece en el interior.
El responsable de la galería es Oscar Bento, que resultó ser el autor de las obras que se exponían. Durante la conversación que mantuvimos salieron a la luz diversos temas, entre ellos que teníamos conocidos en común, como el pintor salmantino José Portilla, artista de reconocido prestigio a nivel internacional y que tiene estudio en Barcelona y Salamanca. Portillo ha realizado con asiduidad exposiciones en diversas salas de arte en Alemania, por ejemplo la galería IB Isabel Bilbao de Berlín, que estuvo abierta durante el periodo 2007-2010, aunque el local se conservó hasta el 2016. Isabel Bilbao es la esposa de Bento, y comparte también la dirección de la galería que tienen en la localidad alicantina de Jávea, Xàbia, la que desde el año 1989 acoge exposiciones con regularidad. La B&B Arte Contemporáneo se inauguró el año pasado.
Oscar Bento nació en Buenos Aires en 1950 y reside habitualmente en Xàbia desde el año 1980. Simultanea la pintura con la escultura y la fotografía, mostrando en todas ellas el mismo interés por desarrollar una forma de arte muy singular, tanto si se adentra en el terreno de la figuración como si lo hace a través de la abstracción. En el caso de la pintura combina ambas maneras de expresión creativa, aunque el paisaje es el tema más recurrente en sus composiciones. En la escultura le atrae más la abstracción; en sus piezas se atisban determinados aspectos que inducen a entender mejor cuál es su significado real. Respecto a la fotografía, no se basa en una única temática, sino que alterna el paisaje con los interiores, dotándolos de una cierta apariencia pop.
Su primera exposición individual en España tuvo lugar en el Centro Cultural de Xàbia en 1982. Siete años más tarde inaugura el espacio Atelier Uno, dedicado al arte contemporáneo. En 1990 conoce a Isabel Bilbao, quien dirigirá la galería que posteriormente llevará su nombre. En 1993 abre un nuevo espacio expositivo en Moraira, Alicante, denominado Collection, que será una extensión del de Xàbia. Como podemos deducir, desde su llegada a España ha ido alternando su trabajo creativo con la gestión de diversos sitios, tanto expositivos como culturales.
Respecto a su labor pictórica, podemos dividirla en dos apartados: en
el primero destaca su preocupación por el paisaje marino, cuyo protagonista principal es la representación del horizonte, que divide la composición en dos partes: en un primer plano aparece la playa o el mar, y en un segundo plano se observa el cielo, un cielo lejano que produce la sensación de que la obra va más allá de lo que nuestros ojos pueden llegar a percibir. En sus telas no aparece el ser humano, aunque su presencia se advierte de algún modo debido a las barcas deportivas que navegan velozmente entre el oleaje. Las olas que se rompen al alcanzar la orilla y mojan la arena producen la percepción de movimiento. Sus cuadros producen calma y tranquilidad. El movimiento queda compensado por la disposición cromática. En cuanto al color, las tonalidades neutras adquieren protagonismo, pero también lo tienen los primarios -azul y rojo-, debido a la presencia del mar, del cielo y del sol. Son paisajes posiblemente imaginarios, pero que no dejan de ser especiales y creativos, donde se aprecia claramente la intención de representarlos lo más
fidedignamente posible, y vincularlos con su obra fotográfica.
En el segundo apartado, Oscar Bento alterna la figuración con la abstracción, principalmente en esta última década, a través de las series Vino y Chocolate. En Vino relaciona el color con las diferentes variedades vinícolas: la garnacha, el moscatel, el chardonay… Se trata de mostrar el color mediante grandes manchas cromáticas; las podríamos asociar a una de las principales tendencias del expresionismo abstracto americano: el espacialismo, cuyo referente es Mark Rothko. En cuanto a Chocolate, se aproxima al trabajo de Cy Twombly, otro de los integrantes de esta corriente. Unas delgadas líneas verticales se despliegan por la tela, y el artista las asocia a las diversas clases de cacao existentes.
Sus esculturas en bronce no guardan relación con la pintura. En ellas el espectador se halla delante de una relación emocional a través del binomio hombre-mujer, fundiéndose en un abrazo, dándose un beso o simplemente compartiendo confidencias. Un espacio vacío divide a ambos personajes, deja respirar la obra; de algún modo recuerda al escultor inglés Henry Moore con sus formas onduladas y sus dilatadas concavidades.
Oscar Bento es un artista muy meticuloso y preocupado por la esencia del arte, tal como señala él mismo con motivo de una entrevista que le hizo Amalia García Rubí, y que se encuentra en el libro monográfico Oscar Bento. Más allá de un tiempo: «Mi realidad, mis sueños, mi razón, mis emociones, mi orden, el no al caos, sí a la forma, sí al color, ni vacío ni lleno, con contenido, mucha belleza, poca fealdad. Mi lenguaje gira alrededor de la síntesis, del encuentro, de compartir valores, de construir futuro».
Bento participará durante los meses de septiembre y octubre del presente año en la segunda edición de la feria Flecha (Feria de Liberación de Espacios Comerciales Hacia el Arte), que se celebrará en el Centro Comercial Artea de Leioa, población cercana a Bilbao, donde se dará cita un gran número de artistas de arte contemporáneo de diferentes países. Flecha también se muestra en Madrid -coincide con Arco, ARTMadrid, justMAD, Urvanity, Drawingroom…- y Palma de Mallorca.
Contemplo el mar, las olas.
Saboreo sus aguas,
feliz en esta tarde
que no ha de tener fin.
¿Por qué, por qué esta angustia
que me inunda de pronto
con sus aguas oscuras,
que me arroja desnudo
a la apagada arena
de la playa?
¿Por qué, por qué, si están
las gaviotas
volando tierra adentro
en la tarde tranquila
y las aguas me cubren
hasta saciar mi sed?
José Corredor Matheos
«Desolación y vuelo»
(Poesía reunida, 1951-2011).