El arte nos salva de las miserias todas
Ha regresado a México el Ballet Nacional de Cuba, después de una década y media de ausencia. Lo hizo en grandes escenarios, como corresponde a su cimero sitio en el mundo de la danza internacional, y trajo a Giselle, según la crítica especializada la coreografía más brillante de Alicia Alonso, inspirada en la original de Jean Coralli y Jules Perrot.
El acompañamiento musical estuvo a cargo de la Orquesta Sinfónica de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), con un desempeño a la altura de su prestigio y el de la famosa compañía cubana de ballet.
La memoria guarda en sus laberintos que Giselle tiene una gran importancia dentro del Ballet Nacional de Cuba, por su significado en sí desde aquel 28 de junio de 1841 cuando tuvo su estreno mundial en la Ópera de París, pasando por el 2 de noviembre de 1943, cuando Alicia Alonso la interpreta por vez primera vez durante la temporada del Ballet Theatre de Nueva York, y además porque con esta obra y con Alicia Alonso, su excepcional intérprete, Cuba transcendió por primera vez en el ámbito internacional de la danza.
Un cuerpo de baile de excelencia y brillantes desempeños de los personajes principales nos acercaron a un espectáculo de gran empaque y trascendencia artística. Exaltaron y apaciguaron los corazones de los presentes y dejaron la certeza de que Giselle, en la versión del Ballet Nacional de Cuba, continúa con aquella perfección escénica que guardaba la memoria.
Viengsay Valdés es una diosa. Condiciones técnicas e interpretativas se funden en cada movimiento y la vemos volar, amar, temer, sufrir… en los diferentes momentos de sus apariciones. Su amado Duque de Silesia, interpretado por Dani Hernández, cautivó a todos. Aplaudimos con entusiasmo y agradecimiento el desempeño de cada personaje y, tengo que repetirlo, ese cuerpo de baile sin igual que ha caracterizado siempre a esta compañía.
La noche en el Auditorio Nacional fue mágica.
En la temporada 2020 de Giselle, que como cada año tendrá lugar en el Palacio Nacional de Bellas Artes, Alicia Alonso será homenajeada con una Gala por la Compañía Nacional de Danza de México en el año de su centenario, ocasión inmejorable para ponderar el legado de nuestra prima ballerina absoluta en un país que como tantos otros la pudo disfrutar en el desempeño escénico de su asombrosa maestría.
¡Viva Cuba! ¡Viva México! Una vez más unidos en las artes como en la historia.