Oso cubano, Exposición: United Buddy Bears en La Habana

Esta revista es como abrir una caja de pandora, rememorar caminos de ida y vuelta entre los dos continentes, ahora que las Américas se ponen de moda en las ferias y festivales de arte: Art Basel Miami rompió récords de ventas y de público en diciembre, Arco Madrid se dedica a Colombia en febrero, Arte América se prepara en Estados Unidos para marzo, mientras la XXX Bienal de La Habana concita todas las expectativas del venidero mayo. 
Ante sus ojos estará el primer mapa europeo en que un alemán coloca un rostro de América en 1507: esa lengüeta alargada tras la derrota de Colón que no era Asia, ni una sucesión de islas que se interponían en el camino. Y aunque hoy al pobre Américo Vespucio se le acuse de robar el nombre y el designio al Almirante de la Mar Océana, lo cierto es que el mundo fue otro desde entonces, aun cuando pervivan los rumores de que había noticias de la ruta en las tabernas de los portugueses, en los altares de Génova, en las naves de los vikingos, y hasta en viejos mapas chinos.
Por esa ruta-camino llegó la cruz a los primeros habitantes de nuestro continente y, con el mestizaje de españoles e indios, las vírgenes de América. Porque los conquistadores trajeron sus santos católicos, pero se mezclaron con aquellas «indias» los cemíes aborígenes y los orishas que bajaron de los barcos negreros. En estas páginas vamos desde el catolicismo hasta las creencias populares, de ida y vuelta, como mismo el tabaco de 1492 recorrió las cortes europeas, habitó burdeles, despachos y buhardillas, y ahora recibe en la capital de la Isla Grande de las Antillas a los más renombrados coleccionistas en el Festival del Habano de 2015.
Por causalidades, los osos Buddys que recorren el orbe desde el 2002 acaban de llegar a Cuba. Más de ciento cuarenta artistas del mundo los han pintado en nombre de la tolerancia, respaldando a dos artistas alemanes que los convocaron a Berlín para pintar osos amigos, y de allí han viajado de Hong Kong a Rio de Janeiro, de Kuala Lumpur hasta Buenos Aires. Ahora toca el turno a La Habana, elegida una de las siete ciu-dades-maravilla, donde el historiador Eusebio Leal enuncia su principio en la inauguración de United Buddy Bears, rodeado de estos plantígrados con los brazos en alto: «No quiero ser tolerado, quiero ser respetado».
Y eso deseamos en la América Latina, declarada zona de paz en la reciente Cumbre de Unasur en Quito, Ecuador: queremos ser queridos y respetados. Que este número 22 de Arte por Excelencias contribuya al conocimiento mutuo, ahora que necesitamos más que nunca la veneración de nuestro ancestros y tradiciones, y que, por encima de la espada y la sed de conquista, se imponga el respeto y la amistad entre nuestros pueblos y naciones.