La cocina actual tiene sus fundamentos en las culturas que poblaron el país como la maya, la tolteca o la teotihuacana. Si tuviéramos que elegir entre alguno de sus componentes básicos serían el maíz, el chile, jitomates, frijoles, cilantros, aguacates, cebollas o limones, pero se utilizan un sin fin de elementos como la vainilla, pimienta, flores, hojas, frutos…Las técnicas son infinitas, se fríe, se cuece, se hornea, se ahuma y se deshidrata, todo se mezcla para conseguir los resultados mas increíbles y sabrosos, los guisos mexicanos.
La cocina tiene también mucha relación con los diferentes acontecimientos y festividades, siendo diferente en cada estado.
Además de los platillos principales como las enchiladas, tacos, tostadas, zopes o gorditas son relevantes los dulces y las bebidas.
Entre los dulces el chocolate, originario de México es uno de los principales, también el ate (queso dulce de frutas de guayaba o membrillo), la cocada (dulce de coco rayado), la cajeta (pasta dulce de queso de cabra), obleas etc.
En cuanto a las bebidas, el tequila es la bebida nacional hecha de agave azul y originaria de Jalisco. También de este estado el tepache, bebida fermentada de cáscara de piña endulzada con piloncillo. El mezcal conocido internacionalmente se realiza con la base del agave quemado.
Puerto Vallarta ofrece una variedad gastronómica poco común en un destino turístico. Su encanto especial llega también a conquistar nuestro paladar dándonos la oportunidad de elegir entre el glamour más sofisticado o la autenticidad más mexicana.
Recuerdo mi primer día en Puerto Vallarta, cenando en un restaurante en pleno malecón, tradicional en colores, sabores y texturas y viendo como el María Galante llegaba a la orilla para dejarnos iluminados por sus mil colores en el aire.
Entre mis memorias está también el puesto de tacos de la esquina de mi casa, o birrieria(llamada así por la birria, forma especial de cocinar la carne en grandes ollas en su jugo), deliciosos tacos de barbacoa, con limón, rabanitos y salsa, sentada en una banqueta, mirando la increíble montaña bebiendo el agua fresca del día.
También ha habido noches en las que he necesitado sentirme cosmopolita y elegante. Subida a mis tacones y en mi vestido más a la moda, he podido sentirme como en París o Nueva York, cenando a la orilla del río o bajo las notas suaves de jazz.
Una de mis comidas favoritas es el desayuno, huevos rancheros con chilaquiles, energía para caminar Puerto Vallarta. En México se desayuna fuerte y rico, omelettes, hotcakes, frutas fresas, jugos, pan dulce (pastelillos), una delicia para disfrutarla sin prisa, en los múltiples cafés o restaurantes, preferiblemente viendo el mar o en Olas Altas, el pequeño París.
Otra palabra importante para recordar es “comida corrida”, menús servidos en fondas, lugares pequeños y coquetos en los que por 30 a 50 pesos puedes comer dos platos, postre, botanas y agua fresca del día. Un respiro encantador del sol ardiente.
En Puerto Vallarta cualquier momento del día es perfecto para comer, botanear, beber un licuado, un jugo, un agua fresca de sabores, una paleta de hielo, un esquite (maíz hervido con chile, queso y mayonesa), fruta, un rico capuchino en un café escuchando música o la más deliciosa comida de cualquier lugar del mundo, italiana, india, china, japonesa, francesa, internacional o mexicana. Olvídese de las dietas y entréguese al disfrute de los sabores y los olores, eso es parte de vivir Puerto Vallarta.
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