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El fuego del Caribe no se apaga

Conocido popularmente como Fiesta del Fuego, el Festival del Caribe se ha convertido en un evento internacional artístico, académico y de espacios comunitarios, que convoca cada año a cientos de visitantes, en el rescate e intercambio de tradiciones, cultura e identidad.

Su primera edición tuvo lugar en abril de 1981 cuando surge como una verdadera fiesta que exalta las raíces más autenticas de la espiritualidad del cubano, con el nombre de Festival de las Artes Escénicas de Origen Caribeño.

Fue así que en los tres primeros eventos se tuvo solo un acercamiento desde la perspectiva nacional a la cultura de origen caribeño, pero luego, a partir de 1984 dedicaron su espacio a la memoria del ex presidente granadino Maurice Bishop y a ese hermano país, seguido en años posteriores por sentidos homenajes a Haití, Guyana, Brasil, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela, México, Honduras, África, el Caribe francófono y anglófono, Colombia, Panamá, las Antillas Holandesas, Aruba y Surinam, así como a temas más generales como la huella de España en el área, la diáspora del Caribe, y a José Martí y el equilibrio del mundo.

Este evento fue pautando un espacio por excelencia que aglutina la cultura y la identidad caribeñas, donde se desdibujan las barreras entre artistas y estudiosos. 

Allí el espectador durante una semana se da el gusto de intercambiar y disfrutar de agrupaciones y creadores diversos, de proyecciones bien distintas, en esta especie de encuentro sui géneris, que cada año reúne en Cuba, la mayor cantidad de expresiones de la cultura popular tradicional.

Organizada por la Casa del Caribe, y con el apoyo de las autoridades locales, la dirección de cultura del territorio y el Ministerio de Cultura, la Fiesta del Fuego está diseñada sobre un programa múltiple y variado donde se conjugan el ejercicio del pensamiento en torno a temáticas de la historia y cultura de los pueblos del área (el coloquio El Caribe que nos une es un ejemplo de ello), con una sólida programación que incluye la música, la danza, el cine, la literatura, las artes plásticas y las ceremonias mágico- religiosas afrocaribeñas.

Cada año la cifra promedio de participantes es de unos 600 artistas caribeños, que se suman a los aproximadamente 1 200 creadores cubanos. Desde sus inicios contó con la participación de importantes intelectuales del Caribe hispano parlante, de lengua inglesa y francófono. Hasta la Fiesta  llegaron hombres de la talla de Luiz Suardíaz (Cuba), Argeliers León (Cuba), George Lamming (célebre escritor barbadense), Eraclio Zepeda (poeta y narrador), Juan Bosh (República Dominicana), Rafael Murillo (Honduras), Thiago de Mello (poeta de Brasil), Argeliers León (Cuba), Guillermo Orozco (Cuba), Marta Jean Claude (Puerto Príncipe, Haití), Miguel Barnet (Cuba), Fernández Retamar (Cuba), Víctor Villegas (República Dominicana), Gabriel García Márquez (Colombia), Barry Chevannes y Rex Nettleford (Jamaica), Doudou Diáne (sociólogo senegalés), Geraldine Chaplin (California), entre otros.

La Fiesta del Fuego ha contribuido a la visibilidad internacional de los diversos factores de la cultura santiaguera, en los cuales, de forma inequívoca, han quedado registradas marcas de los africanos y sus descendientes cubanos y de otras zonas de las Antillas, unos traídos como mano de obra esclava, y otros que emigraron a la ciudad y sus alrededores en diferentes  épocas.

Cada año se le dedica a un país o conjunto de países de la región y todas las actividades convocan la participación del país invitado. En el marco del mismo se celebran diferentes actividades, tal es el caso del Coloquio Internacional el Caribe que nos Une, la entrega del Premio Internacional Casa del Caribe, el desfile de la serpiente, y para terminar la tradicional y esperada quema del diablo.