Excellences Magazines Web Site
Cartagena. Entre fiestas, historia y tradiciones.

Cuando el general Asdrúbal el Bello refundó Qart Hadasht en 227 AC, sobre la ya existente Mastia (S. IV A.C.), seguramente no imaginaba que la hoy nombrada Cartagena sería una de las ciudades turísticas emergentes más prometedoras de lo que ahora es España.

Desde el lejano siglo II A.C., Qart Hadasht se convertiría la principal base del reino cartaginés fundado por Aníbal en España, si, el mismo que partió de esta ciudad con sus elefantes, cruzó los Alpes y amenazó conquistar Roma en el año 218 a. C.

Herencia cultural y patrimonial Sin embargo, aunque todo eso se pierde en la noche de los tiempos, queda la herencia cultural y las tradiciones. Hoy en día, Cartagena es famosa por sus fiestas mayores de Carthagineses y Romanos y las procesiones de Semana Santa, declaradas de Interés Turístico Internacional, así como un vasto patrimonio monumental y arqueológico. Gracias a su posición estratégica en el Mediterráneo levantino, Cartagena ha sido habitada desde tiempos muy remotos por civilizaciones que han dejado huella en en su rico patrimonio cultural, durante una gloriosa y accidentada historia. Para conocerla, existen diversos caminos: La Ruta Arqueológica comprende el Teatro Romano, que data de finales del siglo I A.C, y cuyo museo fue inaugurado en 2008, siendo el más visitado de la región de Murcia. Sobre el teatro se yerguen las ruinas de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, conocida como «Santa María la Vieja», de finales del siglo XIII y destruida durante la Guerra Civil. También en la ruta está la Muralla Púnica, construída en 227 A.C. con la fundación de la ciudad, y la Muralla Bizantina, conservada en un sótano cerca del teatro. La Ruta Barroca y neoclásica incluye el Campus Muralla del Mar, antiguo Hospital de Marina, construido tras la transformación de la ciudad en la principal base naval española en el Mediterráneo. Hoy es sede de la Universidad Politécnica de Cartagena. Otras construcciones barrocas o neoclásicas de origen militar comprenden la Muralla de Carlos III, la Escuela de Guardiamarinas, Capitanía (1740 y posteriormente reformado), la Puerta del Arsenal y el Parque de Artillería, sede del Museo Militar. Existen así mismo, numerosas iglesias barrocas y neoclásicas que merecen una visita, incluyendo las del Carmen, Santo Domingo, y Santa María de Gracia. La Iglesia de la Caridad, construida en el s.XIX, es una de las más importantes de la ciudad en tanto que es el templo dedicado a la Patrona de la ciudad, la Virgen de la Caridad. Su interior, de planta central, está dominado por una gran cúpula, y alberga una buena muestra de pinturas y esculturas del Barroco español e italiano, así como pinturas de Wessel de Guimbarda. La Ruta Modernista y Ecléctica sorprende por la gran cantidad de edificios modernistas de comienzos del siglo XX, cuando la burguesía se instaló en la ciudad debido al crecimiento de la industria minera local. Destacan especialmente los construidos por el gran arquitecto modernista Víctor Beltrí, entre ellos El Gran Hotel, El Palacio de Aguirre (sede del Museo Regional de Arte Moderno), el Palacio Consistorial (Ayuntamiento) y el Palacio Pedreño. Mención aparte merecen dos obras de “arqueología tecnológica”, el primer submarino autopropulsado, obra del ingeniero español Peral, que se conserva en su modelo original, y el Ascensor Panorámico.

Fiestas para todos los gustos En Cartagena hay ocasión de fiestas en todas las estaciones. Comienzan con el Carnaval, que se celebra en Febrero, el fin de semana anterior al Miércoles de Ceniza. Le sigue la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional, la más antigua de las celebraciones cartageneras y que concentra mayor número de visitantes, durante los diez días comprendidos entre el Viernes de Dolores y el Domingo de Resurrección. Cuatro cofradías ponen en la calle sus procesiones, caracterizadas por el orden de sus participantes, la luz, el colorido y la espectacularidad de los tronos cartageneros.

Las Cruces de Mayo Mayo también es mes de festivales, y este 2010 la Concejalía de Festejos organizó, como todos los años, la celebración de la llegada de la primavera con la tradicional fiesta de la Cruz de Mayo, coros rocieros y sevillanas incluidas, en diversas calles y plazas del centro de la ciudad y los barrios. La celebración de la santa cruz aparece desde antiguo en todos los calendarios de España, en relación con el relato del hallazgo por Santa Elena de la auténtica Cruz de Cristo, relato que figura entre los pasionarios del siglo X. La historia tiene, sin duda, mucho de leyenda, pero la celebración ha perdurado a pesar de los cambios que ha vivido su modo de conmemorarse, y en la actualidad sigue vigente, en torno al 3 de mayo, festividad de Santa Elena. Este año, fueron dieciocho los altares que otras tantas asociaciones, entre cofradías, asociaciones de vecinos y culturales, Carthagineses y Romanos y otros colectivos, colocaron con sus flores para decorar las calles y casetas para degustar comida y fino, ocasión que saca a la población a la calle para disfrutar de una jornada festiva, con actividades programadas por los colectivos, aprovechando el buen tiempo que envuelve esta época del año.

El festival más “joven” Cinco años atrás se unió a los festivales de Mayo el de más reciente creación, el de jóvenes talentos “Mucho Más Mayo”, pero ya con una concurrencia multitudinaria. Desarrollado anualmente con la participación de jóvenes creadores, se sirve de espacios colectivos como escenario para sus propuestas, ligadas al arte urbano, el cine y a la música, y organizado activamente por la Consejalía de Juventud y Turismo en colaboración con entidades privadas. Esta V edición, pese a haber reducido su presupuesto en aproximadamente un 20%, la organización del festival hizo un esfuerzo para optimizar los recursos disponibles y ofrecer una de las ediciones más completas e intensas. Como viene siendo tradicional, funciona como una constelación de propuestas culturales que tienen como eje la producción artística de jóvenes creadores en el más amplio sentido. Propuesta innovadora, explorando formatos y espacios diferentes, fue el proyecto “Directo en tu salón”, ciclo de conciertos de pequeño formato acústico que se realizan en casas particulares, en un ambiente íntimo e irrepetible, sin equipos de sonido, ni elementos que puedan maquillar o esconder la verdadera esencia de la música. El programa de talleres tuvo cinco propuestas: On the spot. Taller de performance, Escritura creativa, Intervención artística en contextos urbanos, Danza contemporánea y Danza urbana. El Festival incluye la Noche de los Museos, cuando ocho de ellos se abren gratuitamente el 15 de Mayo en horario nocturno, con un amplio programa de actividades culturales de música medieval, Jazz, polipoesía, música clásica, pop urbano, proyecciones, cine y danza, lo cual convierte la noche en una gran fiesta de la cultura y atrae cada año alrededor de 15.000 visitantes. Otra propuesta interesante fue la tercera edición de ART Hotel, con la cual diez galerías transformaron las habitaciones y terrazas de la última planta del hotel NH de Cartagena en estancias para exhibir las tendencias de arte más actuales, un museo de arte vanguardista en donde las galerías participantes sorprendieron una vez más a los visitantes con instalaciones, videocreaciones, pinturas y esculturas. La música tampoco se quedó atrás, con el festival “Mucho Más Música”, que ofreció un concierto multitudinario al aire libre, con grupos de música contemporánea. En fin, que muchas son las propuestas del más joven festival de Cartagena, pero aún cuando suenan los últimos acordes de la noche de clausura, el año de festivales aún no concluye en la ciudad, pues le sigue en Julio “La Mar de Músicas”, festival de Música del Mundo, y en noviembre el Festival Internacional de Jazz y el Festival de Cine. Sin olvidar que en Septiembre comienzan las famosas fiestas de Carthagineses y Romanos, que conmemoran la conquista de la antigua ciudad de Qart Hadsht por Roma, y, durante diez días sumergen la ciudad en la historia de la antigüedad. No está mal para una ciudad con más de dos mil años de historia. Sin duda, hasta Asdrúbal el Bello se hubiera sentido satisfecho.

Ricardo Potts