Excellences Magazines Web Site
Arquitectura todos los estilos

La Habana es la dueña del tiempo y la memoria, dice el poeta Miguel Barnet. El arquitecto norteamericano Andrés Duany asegura que la capital cubana, como Ciudad, tiene en la América el potencial de Roma. Para García Lorca, La Habana era, sencillamente, “una mirilla”. De su “irreductible ambivalencia” le ve nacer su encanto a la ciudad la ensayista y crítico Graziella Pogolotti, en tanto que para el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal definir La Habana es algo tan difícil como definir la poesía. La Habana, esta ciudad bulliciosa y parlera –tan bien apresada en los lienzos de René Portocarrero- marítima, abierta y desprejuiciada, que sabe sin embargo vivir su propia vida interior, es una urbe con todos los estilos y ningún estilo, “un estilo sin estilo que a la larga, por proceso de simbiosis, de amalgama, se erige en un barroquismo peculiar que hace las veces de estilo”, como afirmara el gran novelista cubano Alejo Carpentier. Ciudad barroca, en su sentido heterogéneo y abigarrado, y también tímida, sobria, como escondida, construida a escala humana, sin que la arquitectura llegue jamás a aplastar al hombre. Así sucede en el centro histórico y también en La Habana moderna donde los rascacielos y edificios altos, a veces un tanto impersonales y sin carácter, no tapan el sol ni impiden el paso de la brisa marina. Es una de las ciudades americanas que mejor conserva su legado histórico y su núcleo colonial. El casco fundacional de la villa, en la llamada Habana Vieja, es uno de los conjuntos urbanos más importantes del continente. Allí pueden verse 88 monumentos de valor histórico-arquitectónico, 860 de valor ambiental y 1 760 construcciones armónicas, edificadas entre los siglos XVII y XIX. “Es una zona monumental por excelencia; el 90 % de sus edificaciones son valiosas...” precisa el doctor Eusebio Leal. De La Habana moderna, lo mejor es el Vedado, una de las manifestaciones más coherentes del urbanismo contemporáneo . En eso coinciden todos los especialistas. Una zona muy maltratada y dañada como muchas otras de la ciudad, pero que está ahí y sigue siendo el lugar más codiciado por los habaneros para residir. A juicio del arquitecto Mario Coyula, se insiste tanto en el valor de La Habana Vieja que se corre el riesgo de pensar que el resto de la ciudad no lo tiene. Más de la mitad de La Habana tiene valor arquitectónico porque en ella aparecen estilos y tendencias de todas las épocas, añade Coyula, y precisa: “La esencia de La Habana es el concierto que ella misma organiza y ahí lo más importante es la escala, el ritmo que la luz y la sombra establecen en sus fachadas”. Para el destacado arquitecto, hay dos edificios emblemáticos en la ciudad: el Palacio de los Capitanes Generales, en La Habana Vieja, y el restaurante Las Ruinas, en el Parque Lenin, en la periferia habanera. Claro que hay muchos otros que vale la pena conocer. Iniciemos entonces el recorrido.

Leonardo Anoceto