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Muchachas con perros

Desde remotas épocas, los conflictos existenciales han constituido el blanco de artistas y poetas; de ahí que proliferen las interrogantes sobre la verdadera esencia del ser humano, los sentimientos de desarraigo y soledad, el porqué y para qué vivimos, el papel de la responsabilidad y la voluntad… entre otros motivos de angustia o de reflexión. Tradicionalmente, estos conflictos han traído como consecuencia que se haya erigido el hombre como protagonista máximo de todas las grandes obras artísticas, independientemente de las técnicas, movimientos o escuelas, diversidad de formas expresivas o etapas por las que ha transitado el arte.

Para Annia Alonso Araña, joven artista nacida en la hermosa ciudad de Cienfuegos, en Cuba, estos motivos también alcanzarían un primer plano. Después de haber cursado estudios de pintura y escultura en la Escuela Nacional de Arte (ENA) y de haberse graduado como profesora de Artes Plásticas en la Universidad de Villa Clara, Annia, a pesar de alternar la pintura con la docencia, al fin descubrió que su verdadera vocación de artista se iba imponiendo, “de modo que comencé a pintar sin descanso”. Como la mayor parte de los pintores de todos los tiempos, la obra pictórica de la joven Annia ha transitado por diversas fases, cada una muestra de la mayor madurez y maestría que paulatinamente irían incorporándosele para enriquecerla.

En la que puede considerarse como una primera etapa, de experimentos y búsquedas, de reflexión y audacia, en la que ya el tema esencial de sus grandes obras se va perfilando y definiendo, la artista se distingue por buscar la colaboración del pintor naif Julián Espinosa Wayacón, en una primera serie titulada “A cuatro manos”; pero tanto en sus comienzos con “Pequeño archivo para el recuerdo”, como en los más recientes momentos, los que corresponden a “Encuentros al desnudo”, exposición realizada con su compañero de estudios, Agustín Bejarano, los referentes plásticos en su obra son de carácter ontológico; esto es, relacionados con los grandes conflictos inherentes al ser humano, quien se erige en verdadero protagonista y centro de reflexión principal de sus cuadros. Sus hombres y mujeres, desde el lienzo, expresan preocupaciones y sentimientos tan universales como la angustia y muy en especial, la soledad.

Ya en el clímax del dominio de una técnica y un estilo propios, el dibujo deviene medio expresivo fundamental. Figuras alargadas y colores que se funden en una paleta de un mismo tono, se integran para alcanzar el grado de refinamiento y belleza que caracteriza las producciones plásticas de Annia. Así, para el reconocido crítico de arte David Mateo, “lo más significativo en realidad es que, en la concepción y materialización del nuevo conjunto, la creadora alcanza el grado de fusión de aquellos elementos que había ido consolidando en su obra de forma paralela, mediante el ejercicio del dibujo y la pintura”.

Segura de sí misma, Annia declara que “ha llegado la hora de enfrentar un mayor reto: el de que mi obra se conozca y valore en la capital cubana…para eso me he preparado cuidadosamente y he tenido además la suerte de que mi buen amigo Bejarano sea el curador de esta exposición”. Se refiere a la que se ha exhibido en el hotel Maritim Panorama durante los meses de febrero y marzo del presente año; muestra que consta de 15 cartulinas realizadas en técnica mixta, en las que Annia vuelve al tema que siempre ha movido su pincel; aquel relacionado con el ser humano y la naturaleza. En esta ocasión, los lienzos reflejan mujeres solas, incomunicadas y carentes de afecto, estados de ánimo que son motivos de preocupación y expresión estética en artistas y poetas, y que se reiteran en las grandes urbes; se trata de un vacío existencial que muchas veces intentan llenar los seres humanos refugiándose en sus mascotas; en este caso, en el perro, considerado símbolo de amistad, amor y consuelo para la gente, sin distinción de estatus social.

Esta primera exposición en La Habana, con la nueva serie “Muchachas con perros”, continuidad de una anterior titulada “Encuentros al desnudo” (Toronto, julio del 2004), con la participación de Agustín Bejarano, constituye una oportunidad única de acercarse a la obra plástica de la talentosa pintora Annia Alonso Araña.

Daisy Aportela