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Brascuba, defensora del Patrimonio Cultural Cubano

La empresa mixta cubano-brasileña Brascuba goza de una merecida fama por la excepcional calidad de sus cigarrillos, en los que se unen la centenaria tradición cultural de los productores del mejor tabaco del mundo y las más modernas tecnologías industriales y de comercialización en el mercado global.
Formada mediante la asociación de Tabacuba y Souza Cruz,  la empresa cigarrera líder de Brasil, subsidiaria de British American Tobacco (BAT), que es la segunda empresa mundial de tabacos y cigarrillos, Brascuba se instaló a mediados de la década de 1990 en una edificación erigida en 1883, que albergaba una antigua industria cigarrera en el barrio habanero de Luyanó.
Construido sobre firmes cimientos, gruesos muros y sólidas columnas, la segunda planta exigía, además, un piso resistente que requirió un artesonado de vigas de madera dura, capaz de soportar el peso de muebles, máquinas y el trasiego de cientos de personas. Sin embargo, es evidente que los arquitectos se esmeraron en darle a la edificación una apariencia externa que encajara  en el entorno urbano de una avenida bordeada por los típicos portales de La Habana, con sus columnatas, así como una fachada de amplias puertas y ventanas que facilitaran ventilación, luminosidad, como en una lujosa residencia de la época.
A pesar de las exigencias industriales, quienes se acerquen hoy a la confluencia de la Calzada de Luyanó y Princesa, en el Municipio 10 de Octubre, podrán apreciar intactos detalles arquitectónicos de aquella fábrica de finales del siglo XIX, incluso un centenario sauce nacido en el patio interior, al pie de un grueso muro de piedra, desafiante del tiempo, admirado y protegido por obreros y funcionarios que disfrutan de su sombra.
Por razones prácticas, la nueva firma Brascuba ubicó la entrada a sus oficinas administrativas en la calle Princesa, a través de un corredor de líneas modernas, en el que con manifiesta intención estética se reprodujeron de forma estilizada los típicos arcos del exterior, como expresión de la vocación de la empresa por preservar los valores patrimoniales de una ciudad que en el 2019 celebrará el medio siglo de fundación.