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Grandes Hoteleros Españoles en el Caribe

Según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), la inversión comprometida para el desarrollo de nuevos hoteles en el Caribe durante el próximo lustro superaría los 100 mil millones de dólares. Dentro de ese monto, figuran propuestas de la mayoría de las grandes marcas internacionales, las cuales, no obstante, ajustan sus proyecciones a causa de la crisis económica mundial. Son los grupos españoles –grandes y pequeñas cadenas, lideradas por empresas de Baleares–, los que encabezan la inversión hotelera en países caribeños. Entre las principales tendencias que están definiendo esa presencia, puede señalarse la apuesta del empresariado hotelero español por alojamientos de lujo con valores de marca, buscando atraer viajeros en los segmentos de la gama alta del mercado. Especialmente se decantan por los megaresorts vacacionales con ofertas Todo Incluido y dotados de SPAS, campos de golf, restaurantes temáticos y un importante componente residencial, aunque están empezando a prestar atención a las posibilidades que ofrecen las ciudades, como por ejemplo es el caso de Barceló. También sobresale su interés por entrar en el Caribe anglófono y holandés, en destinos como Jamaica, donde las empresas españolas están invirtiendo más que Estados Unidos; y Aruba, foco de atención de grupos como Occidental, Riu y Sol Meliá. Este afán de expandirse por las Antillas de habla inglesa se produce sin descuidar los destinos tradicionales hispanos como República Dominicana, el Caribe mexicano o Cuba, más afines por históricos lazos culturales. Quintana Roo, asiento de Riviera Maya y Cancún, registró en el 2008 cerca de 300 millones de dólares en inversiones españolas para hoteles y de la fecha actual al 2012, las oportunidades de negocios que se estudian rondan los 250 mil millones de dólares. El 70 % de la inversión hotelera en República Dominicana, se concentra en cadenas españolas como Occidental, Riu, Barceló, Bahía Príncipe, Sol Meliá, Iberostar, Fiesta Hotel Group, Hotetur, Globalia, Catalonia, Princesa Hotels, H10, Best Hotels y Blau. República Dominicana tiene proyectos de inversión turística por cerca de 7 000 millones de dólares, que se desarrollarán principalmente en zonas como Bávaro, Punta Cana, Juan Dolio, Puerto Plata y Las Terrenas, e incluyen hoteles, villas, apartamentos y campos de golf. A partir de programas de desarrollo en terrenos con bajos precios para las inversiones, la República Dominicana fue la puerta de entrada de las hoteleras españolas al Caribe, cuando Barceló abrió la senda en 1985, seguida por Sol Meliá en 1987. También es mayoritaria la presencia de cadenas españolas en la gestión hotelera en Cuba, donde continúan incorporando nuevos establecimientos, algunos bajo marcas de lujo o renovando los ya incluidos en su portafolio de gestión para dotarlos de mejores servicios y productos más competitivos. Sol Meliá inauguró la presencia extranjera y española en el turismo de la mayor de las Antillas, después le siguieron Iberostar, Barceló, NH, Blau, Occidental, Hotetur, Hoteles C, y más recientemente se sumaron Oasis, Hotusa y Sirenis. Puerto Rico, donde sólo está implantada Sol Meliá, quiere abrirse a la inversión española, pues la isla espera contar con unas 30 mil habitaciones en 2020, para lo que ofrece incentivos como la cesión de terrenos, una ley de desarrollo de créditos oficiales y exención fiscal de hasta 90 %. Esta expansión por el Caribe es resultado de la saturación del mercado español. Los grupos españoles han debido consecuentemente internacionalizarse, diversificando la forma de explotación hotelera con fórmulas como la gestión, el alquiler, las franquicias o la formación de alianzas con otros grupos del sector. Entre las zonas que los expertos recomiendan especialmente figura el Caribe, por sus altas tasas de retorno de la inversión, depreciación del dólar estadounidense frente al euro, bajas imposiciones fiscales, potencialidades más allá de la opción de sol y playa, buen clima en cualquier época del año y ser un destino para viajeros norteamericanos, canadienses, europeos y sudamericanos. De acuerdo con un estudio de la consultora Jones Lang Lasalle, en España «el apetito por invertir en hoteles continúa fuerte», en tanto las intenciones de las cadenas se centran en el Caribe y Suramérica. La presencia de los hoteleros españoles en la región, resulta significativa. Sol Meliá, sigue teniendo la posición líder, con NH Hoteles, Barceló, Iberostar, RIU y Oasis. Más allá del ámbito caribeño y latinoamericano, el ranking es más o menos el mismo: la empresa de la familia Escarrer a la cabeza, aunque con un decrecimiento, debido a anular en su portafolio un 50 % de su oferta en Luxury Life Style Hotels & Resorts y la compañía del Grupo Globalia consolidándose entre los grandes, con nuevas incorporaciones de unidades alojativas y una fuerte estrategia de expansión. Como una expresión de experiencia compartida puede considerarse el know how turístico español en el Caribe y América Latina, desde que los capitales del país ibérico consignaron un importante crecimiento en la región, ayudados por un clima económico internacional favorable y la ventaja que sigue suponiendo hasta nuestros días, la afinidad cultural e histórica entre las dos partes. Desde entonces, los hoteles transnacionales de España han jugado un importante papel en la transferencia de habilidades, el diseño de productos, tecnologías, apertura de mercados, técnicas de producción y generación de cultura económica y de servicios, ponderando todos los criterios de calidad a partir de la formación de personal autóctono, una prioridad común, dada la importancia que el sector hotelero otorga a la reputación de su imagen de marca, como una de sus ventajas de propiedad más valoradas. Por cada establecimiento ubicado en el extranjero, el hotelero traslada una o dos personas desde España –normalmente el gerente y algún especialista de restauración–, mientras que para el resto de la nómina se consideran personas del país de destino. En esta línea y sobre todo en los períodos iniciales de los hoteles, el personal español suele realizar una importante labor de formación, que a lo largo del tiempo tiene seguimiento. El Caribe es estratégico para las cadenas hoteleras españolas y ellas son igualmente un factor estratégico y conveniente para el Caribe, donde una de cada 3 habitaciones que tienen esas cadenas en sus hoteles en el exterior se localizan en cuatro países: Cuba, República Dominicana, México y Jamaica; mientras que de las 350 mil habitaciones hoteleras en el Caribe, una de cada cuatro, está administrada por alguna cadena española, con los consiguientes beneficios de empleo y desarrollo.

Regino M. Cruz Y José Luis Perelló