¿Quién no ha oído hablar de las Bacanales de Baco? ¿De las exuberantes comidas en las mesas de los emperadores romanos cuando disfrutaban de fiestas? ¿O de los banquetes reales en la época feudal?
Las rústicas mesas de esa época eran inmensas, muy largas, con todos los alimentos y vinos encima, y los invitados sentados alrededor de ella, consumiendo hasta detonar, en orgías que duraban días.
¿Se imaginan estar comiendo de esa forma descomunal durante una semana o quince días? ¡Y además tomando vino sin frenar!
Afortunadamente la civilización, con el tiempo, ha ido llevando a la sensatez esta conducta, aunque todavía queda, como si fuera un recuerdo de aquellas épocas, una de las formas de servicio más extendida por todo el mundo.
El Buffet o Smorgarbord (Mesa Sueca) es el término utilizado en restauración para definir un servicio donde los productos son expuestos en mesas calientes y frías para el libre acceso del cliente.
En restaurantes, hoteles, tertulias, recibos diplomáticos, se disponen así los diferentes platos, para que los comensales se sirvan ellos solos.
Los buffets pueden ser para desayuno, o el denominado brunch (que enlaza el desayuno y el almuerzo), buffet de tarde, con platos más ligeros, usados en los hoteles para sus clientes VIP, y por último el de noche o cena.
El “buffet” puede ser frío, caliente o mixto (platos fríos y calientes), aunque en ambos casos los alimentos presentados deben ser sencillos de servir y de comer.
Además, debemos tener en cuenta que en este tipo de servicio es frecuente servir varios alimentos en un mismo plato, y que se cobra por un precio fijo por ello, si bien en casi todos se excluyen las bebidas, especialmente cuando se piden más de una o dos de ellas.
Con las nuevas tendencias en el servicio buffet también se ha impuesto el cooking show, donde el cocinero puede elaborarle al cliente platos de fácil confección como huevos en las diferentes formas, espaguetis a su gusto, bistecs con los diferentes tipos de cocciones, pescados e incluso un surtido de sushis.
La Mesa Buffet da la posibilidad al cliente de recibir un servicio rápido, con una influencia marcada en la variedad de la oferta, la cual se presenta de manera agradable y con predominio en los contrastes de colores y texturas.
Un aspecto de interés, que hace que los clientes se sientan atraídos por esta modalidad del servicio, es la posibilidad que se le brinda de comer a voluntad, y de elegir libremente los alimentos y la cantidad de estos que desean consumir.
¿Cómo organizar un buffet en casa?
Para que su buffet resplandezca debe tener en cuenta los siguientes aspectos, que siempre serán importantes para cualquier ocasión, sea de nivel o informal, pues lo que no debe faltar en ningún caso es la calidad.
•Al principio de la mesa se colocan los cubiertos, platos limpios y servilletas, para facilitar el servicio.
•Los manteles deben estar pulcros y planchados. Es importante acotar que deben quedar parejos en los bordes, tanto en el frente como en los costados.
•Se debe tener sumo cuidado al elegir dimensiones apropiadas de los platos y vajilla en general.
•Ubique siempre cubiertos para servir diferenciados por cada plato o fuente de comida. Además de que facilitará el servicio, evitará las mezclas de alimentos e incluso las intoxicaciones derivadas de la intolerancia de alguien a uno o varios de ellos.
•Si presentamos piezas grandes, deben estar parcialmente porcionadas, y si son calientes mantenerles en baño de maría.
•Evitar el uso de zócalos elaborados con pan o arroz porque en la mayoría de los casos no se pueden consumir.
•El buffet debe ser variado. Se debe presentar un menú extenso balanceado en colores, sabores y texturas.
•Puede constar de entremeses, quesos, carnes frías, crepes, pastas, arroz, pescado, cerdo, aves, res, ensaladas, verduras, todos preparados en diferentes formas.
•Se debe prescindir de usar decoraciones no comestibles en la elaboración de los platos.
•Incluso si se hace en caso, es importante colocar en puntos estratégicos del lugar al menos tres mesas con la comida para evitar que se hagan colas y los invitados no tengan que esperar para servirse. También se puede hacer en forma de islas, o sea, una mesa mediana con los primeros platos, una mesa mayor para los platos más categóricos y finalmente otra mediana para los postres.
•Es necesario que las guarniciones de los platos estén en relación con los platos preparados y con el número de porciones.
•Todos los manjares deben servirse en fuentes de acero inoxidable o loza.
•Se pueden decorar todos los platos y todas las piezas de manera llamativa, pero simple.
•Trate de evadir los alimentos confeccionados con vísceras. Además, debemos tener en cuenta si los invitados pertenecen a una religión, hay quienes no consumen ciertos alimentos.
•Evitar el empleo de salsas frías o calientes demasiado espesas.
•Tenga cautela con el uso de gelatinas.
• Los postres deben ser como la pastelería francesa o similar, no deben estar los dulces muy almibarados, son difíciles para servirlos de los pozuelos, y pueden manchar la mesa.
•Respecto a las bebidas no deben faltar los vinos, pueden ser jóvenes, blancos y tintos. Tenga reservado algún rosado por alguna eventualidad. Conviene tener jugos, aguas, cervezas y bebidas espirituosas.
•Contrate un bartender, lo puede sacar de un apuro si algún invitado desea un cóctel, como también si usted desea recibir a las personas con un trago de bienvenida.
•No se debe olvidar que el sabor y la calidad de los productos es muy importante para tener éxito.
•Cuando usted decida finalizar la velada, lo ideal es brindarle a los invitados café o té, o si este ya está dispuesto puede elegir habanos y algún espirituoso que maride. Así los más entendidos percibirán que el buffet está llegando a su fin.
Sommelier Martha Señán
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